México, Octubre 27, 1855.
Como me explicó de plano Comonfort que la revolución seguía el camino de las transacciones (sic) y como yo soy de los que se quiebran pero no se doblan, dejé el ministerio. La casera pedía las llaves y yo, que me encontraba sin título para retenerlas, las entregué. Dudo mucho que con apretones de mano, como Comonfort me dijo que había apaciaguado a México y se proponía seguir gobernando, pueda conseguirlo, cuando yo creo que los apretones que se necesitan son de pescuezo. El tiempo dirá quién se engañaba.
[Pola, t. II, p. 373].
Obras Completas de Don Melchor Ocampo, Tomo IV. Raúl Arreola Cortés.
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