sábado, 18 de octubre de 2008

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Jornada: Desfiladero



Desfiladero
Jaime Ávilés
■ Adiós al mercado, adiós al Estado, ¿adiós a Pemex, adiós al país?


Mañana, a las 11:00 horas, habrá un pase de lista de adelitas en el Monumento a la Revolución. Pasado mañana, pero por la tarde, habrá otro, allí mismo, con las brigadas de varones. En ambos casos estará presente Andrés Manuel López Obrador, porque el martes, en el Senado, PRI y PAN tratarán de consumar la privatización de Petróleos Mexicanos mediante “pequeñas reformas” –“las que menos nos dividan” como país, según Manlio Fabio Beltrones– para que poco a poco los grandes consorcios internacionales en materia de hidrocarburos empiecen a adueñarse de la renta nacional de Pemex.


Claro está que eso no va a suceder, de ninguna manera, a menos que el Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo, que se ha preparado para honrar su compromiso con la historia en estos momentos, sea derrotado en la batalla cívica: eso marcaría la cancelación de cualquier tipo de expectativas para México como país viable. Pero ésta no es una argucia para agitar a los indecisos de última hora: es la lógica conclusión de un análisis colectivo que han puesto en marcha pensadores como el premio Nobel de Economía Paul Samuelson, y el escritor catalán Ignacio Ramonet.


En opinión de Samuelson, la debacle de Wall Street y todas las bolsas de valores del mundo “es para el capitalismo lo que la caída de la Unión Soviética fue para el comunismo”. Para Ramonet, se termina el periodo, abierto en 1981, con la fórmula de Ronald Reagan: “el Estado no es la solución, es el problema”. La verdadera solución de todas las necesidades de la humanidad, se nos dijo tercamente desde entonces, es el mercado. En estos casi 30 años, continúa Ramonet, se formó una burbuja financiera de 250 billones de euros, una masa virtual, de papel, seis veces mayor que el total del dinero circulante en el planeta. Pero de pronto, hace unas semanas, esa burbuja reventó.


En un abrir y cerrar de ojos se esfumaron “más de 200 mil millones de euros”. Acto seguido, la banca de inversión “fue borrada del mapa”; sus cinco entidades principales –Lehman Brothers, Bear Sterns, Merrill Lynch, Goldman Sachs y Morgan Stanley–, dice Ramonet, “se desmoronaron”. Con esos gigantes, agrega, se hundieron “los bancos centrales, los sistemas de regulación, los bancos comerciales, las cajas de ahorros, las compañías de seguros, las calificadoras de riesgos (de inversión en cada país)” y todos los eslabones de la cadena financiera mundial. Los rescates hechos en estos días por los gobiernos nacionales de Estados Unidos, Europa y Asia, subraya, “demuestran que los mercados no son capaces de regularse por sí mismos. Se han autodestruido por su propia voracidad”.


¿Cómo? ¿Los mercados se han autodestruido? ¿Entonces, en países como el nuestro, ya no tenemos ni Estado ni mercado, porque uno renunció a su rol social en beneficio del otro? ¿Y si esto efectivamente es así como parece, qué nos queda entonces? ¿Nuestras “sólidas” reservas internacionales? No tanto, porque esta semana se le evaporaron a Carstens alrededor de 10 mil millones de dólares y el peso cerró a 13 por uno, y no sabemos qué pasará la próxima. Recordemos que a Zedillo se le vaciaron las arcas entre el uno y el 19 de diciembre de 1994. Y Salinas de Gortari tuvo mucha culpa en ello.


¿Qué nos queda entonces? ¿Las remesas de los braceros? Tampoco: éstas cayeron más de 50 por ciento con respecto a 2007, y decenas de miles de migrantes vienen ya de regreso, sin perspectivas de trabajo, sin ahorros ni capacidad de seguir sosteniendo a sus familias. ¿Los excedentes de la venta del petróleo? Se ve difícil: los precios internacionales del crudo se desplomaron esta semana en forma tan alarmante que la OPEP se reunirá de emergencia para tomar medidas extraordinarias.


¿Podemos confiar, al menos, en los efectos refrescantes que tendrán en nuestra economía las utilidades de las empresas mexicanas que exportan a Estados Unidos? Desde luego que tampoco: Estados Unidos está prácticamente en recesión y, peor aún, se aproxima a una depresión, peor que la de 1929.


¿Qué, repito, nos queda entonces? ¿Los proyectos de inversión directa, las divisas que traerán los turistas? No, la respuesta es, una vez más, no: si los grandes bancos de inversión privada se hundieron, si la crisis en Europa, Japón y Estados Unidos obligará a millones a permanecer en sus hogares con una mano por delante y otra por detrás, tampoco podremos apostarle a los vacacionistas ricos.


Lo único que nos queda en estos momentos es el petróleo, y la capacidad de defenderlo, mediante la movilización ciudadana, para impedir que un grupo de oportunistas con disfraz de pingüino haga el negocio de su vida, abriendo “pequeñas” rendijas jurídicas en las leyes secundarias de la Constitución, de modo que tales agujeritos se conviertan en boquetes que poco a poco le permitan a Repsol, Halliburton, British Petroleum y otros piratas del Golfo robarnos la renta nacional de Pemex y la viabilidad del país.


Total, si esta vez, excep-cio-nal-men-te, las cosas no salieran como ellos calculan que van a salir para que México “viva mejor” ; si factores imponderables alteraran sus patrióticos planes y a la hora de la hora las petroleras de Bush y Cheney nos arrebatan mucho más de lo que ellos habían previsto; si por casualidad México se va a la quiebra, como se fue Argentina con el “corralito” siete años atrás, esos políticos, para entonces, tal vez habrán cobrado la ansiada recompensa que les tienen prometida, y si aquí la situación se pone insostenible, incluso para la permanencia de la actual caricatura de “gobierno”, huirán en sus aviones privados, a gozar de sus fortunas en paraísos secretos que siempre estarán disponibles para ellos, donde compartirán la nostalgia y el caviar del exilio con la íntima satisfacción de haber hecho lo que se les pegó la gana en contra del incierto futuro y las legítimas aspiraciones de todo un pueblo.


Para bien o para mal, sin embargo, todo indica que eso es justamente lo que van a tratar de hacer el martes. En la reforma energética, dijo Calderón anteayer, “deben prevalecer criterios técnicos, no políticos”. No debemos fijarnos, según esto, en los riesgos enormes que va a correr el país si lo despojan de su última fuente nacional de riqueza: debemos pensar en las transferencias de divisas que quizá ya estarán pendientes de firma en alguna parte del globo, esperando los cables de las agencias internacionales de noticias que anuncien la privatización de Pemex, la que “menos nos dividirá”.


La semana próxima la historia va a saber dónde y cómo habrá de escribir los nombres de Manlio Fabio Beltrones, Francisco Labastida, Gustavo Madero, Santiago Creel, Carlos Navarrete, Graco Ramírez, y detrás de ellos, Jesús Ortega, Guadalupe Acosta Naranjo, Ruth Zavaleta, Beatriz Paredes, Claudio X. González y, detrás de todos ellos, Carlos Salinas de Gortari.
Para comunicarse con esta columna, escriban a
desfiladero@gmail.com y para recibir información fresca de las movilizaciones venideras consulten http://patindeldia.blogspot.com.

Jornada: Gordillo


Jornada: PEMEX

■ Intenta en el Senado meter a las pláticas el tema de las refinerías privadas
El PRI atasca las negociaciones sobre la reforma petrolera
■ La norma de la Comisión Reguladora de Energía, aprobada con modificaciones
■ Postergan para mañana la discusión de la Ley para el Aprovechamiento de Energías Renovables
Andrea Becerril

Pese al optimismo de los coordinadores del PRD, Carlos Navarrete, y del PAN, Gustavo Madero, de llegar este fin de semana en el Senado a un acuerdo consensuado en torno a la reforma energética, las negociaciones se complicaron ayer, ya que el PRI hizo un último intento por introducir el tema de las refinerías privadas, el cual había retirado días antes.
Madero no desacreditó los acuerdos por mayoría; sin embargo, insistió en que es mejor lograr “un respaldo más amplio” para la reforma a Petróleos Mexicanos (Pemex), y Navarrete dijo a su vez que está alerta, en pláticas sobre lo que aún no se concreta y en espera de que “todos honren su palabra” y se lleve “lo acordado” a dictámenes.
Ayer, durante la reunión de las comisiones, en la que se tenía previsto aprobar otros dos dictámenes, el que se refiere a la Ley para el Aprovechamiento de Energías Renovables quedó pendiente, ya que el PRD advirtió que viola la Constitución al establecer mecanismos para que trasnacionales generen electricidad a partir de fuentes alternas y reciban subsidio gubernamental.
Los senadores perredistas Pablo Gómez y Arturo Núñez advirtieron que no avalarán la ley en esos términos, y después de un largo debate, en el que expusieron los riesgos de que se profundice la privatización del sector eléctrico, entre reproches de los senadores del PAN y de Arturo Escobar, del PVEM, se decidió posponer la votación del dictamen para este domingo.
Hoy se discutirán los proyectos de las leyes Orgánica de Pemex y Reglamentaria del Artículo 27 en materia de petróleo, donde están las divergencias de fondo.
El proyecto del tricolor
Ayer, según informó el senador perredista Graco Ramírez, el PRI puso a consideración de PAN y PRD un proyecto para modificar la ley reglamentaria del artículo 27 constitucional para establecer un esquema especial de privatización de las refinerías vía la creación de empresas que importen crudo y produzcan gasolina para exportar.
“Para nosotros ello es inaceptable”, destacó Ramírez, ya que es el primer paso para impulsar el proyecto de filiales que los del tricolor ya habían retirado.
Al respecto, el senador panista Juan Bueno comentó: “alguien llevó a la mesa de discusión un documento en el que se plantea instalar en México empresas para refinar petróleo, aunque no fuera con producción nacional ni para el mercado interno”.
Meter esa propuesta en la discusión “echaría a perder” lo avanzado, dijo, aunque no descartó que si hubiera un acuerdo al respecto “en otro lado”, es decir, entre coordinadores, lo tendrían que discutir este domingo, cuando se reunirán los miembros de las mesas directivas de las comisiones de Energía y de Estudios Legislativos para concluir la revisión de los tres dictámenes pendientes.
El debate de ayer fue intenso e incluso el dictamen sobre la Ley de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) se aprobó con modificaciones, ya que Arturo Núñez hizo notar que se otorgaban facultades a ese organismo para intervenir en refinación, redes de distribución y almacenamiento de petróleo, como si esas actividades las fueran a realizar compañías privadas.
Recordó que en la iniciativa energética propuesta por Felipe Calderón se pretendía ceder al capital privado la maquila de refinación y los ductos, pero en las negociaciones se convino que permanecieran como actividades exclusivas del Estado, en concordancia con la Constitución, por lo que no tiene sentido que se incluyan “como facultades de promoción ni de regulación de la CRE”, como propone el PAN.
Esa comisión, recalcó, no puede ejercer funciones que sólo corresponden a Pemex. Con esas observaciones, que el presidente de la Comisión de Estudios Legislativos, Ricardo García Cervantes, recogió, se aprobó el dictamen. El PRD se reservó su voto, de acuerdo con la decisión original de esperar la conclusión de los siete dictámenes.
La cueva de Alí Baba
El debate principal se dio cuando se discutió el anteproyecto de dictamen para crear la Ley para el Aprovechamiento de las Energías Renovables y para el Financiamiento de la Transición Energética, elaborado con base en iniciativas de PRI y PVEM.
De entrada, Pablo Gómez planteó que en la pasada legislatura quedó en primera lectura en el Senado una minuta con un proyecto similar de reforma, a la que primero debía darse trámite, pero su planteamiento no prosperó.
Después, Núñez advirtió que aunque en la exposición de motivos se destaca que la intención es impulsar el desarrollo de energías renovables, lo que se busca realmente es que continúe la participación de la inversión privada en la generación de energía eléctrica, lo cual viola la Constitución.
El senador del PVEM Arturo Escobar y los panistas Fernando Elizondo y Rubén Camarillo sostuvieron que no hay inconstitucionalidad, debido a que la Ley del Servicio Público para la Energía Eléctrica permite la generación a particulares, e insistieron en la urgencia de impulsar fuentes alternas renovables.
Gómez Álvarez, sin embargo, desmenuzó el anteproyecto de dictamen, y precisó que se obliga a la CRE a expedir reglas para interconectar a las empresas privadas al sistema eléctrico nacional y se crea un fondo de transición “a fondo perdido” para financiar a cualquiera; por ejemplo, a una empresa extranjera que instale generadores de energía eólica.
Se refirió a los negocios que propiciarán que los gobiernos de estados y municipios firmen convenios con “los suministradores”, como se llama a las empresas privadas que generarán electricidad. Recordó el caso de un industrial “que regala botellas de coñac”, quien en una vieja fábrica textil de Veracruz, que contaba con una caída de agua, puso un negocio para producir electricidad, la cual vende a los ayuntamientos para alumbrado por conducto de la CFE. “Bueno, pues esto ya es la cueva de Alí Babá.”
Escobar, uno de los autores de la iniciativa, acusó a Núñez de no tener compromiso con las energías alternas y de no estar interesado en la protección del medio ambiente. El perredista le respondió que él también podría acusarlo, aunque no lo hará, de defender los intereses de las trasnacionales.
Como Escobar continuó con la misma línea de argumentación y Camarillo restó importancia a los planteamientos de los perredistas, Gómez Álvarez advirtió que el PRD no votará ese dictamen de no modificarse los artículos 17 y 18, los cuales señalan la obligación de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) de comprar la energía generada por empresas privadas y su interconexión al sistema nacional.
Les advirtió además que si se imponen y aprueban esa ley que viola la Carta Magna, el PRD podría acudir a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que en la pasada legislatura resolvió una controversia constitucional.
El presidente de la Comisión de Energía, el priísta Francisco Labastida, defendió la iniciativa y deploró que México tenga un potencial del orden de los 10 mil megavatios sin gastar hidrocarburos y lo desperdicie. Si se suman, insistió, todos los métodos alternos, el país cuenta con un potencial de cerca de 70 por ciento del tamaño del sistema eléctrico nacional.
Y advirtió que si para aprovechar ese potencial se debe modificar la Constitución, “yo diría que tenemos que revisar hasta dónde estamos dispuestos a llegar”.

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