miércoles, 27 de febrero de 2008

El Sendero del Peje

CARTA DE FEDERICO ARREOLA
Me escribe Federico Arreola y me pide que publique su carta. Va:
Estimado Víctor:Publica, por favor, en El Sendero del Peje, esta carta. La he escrito con el único propósito de expresarte mi solidaridad ante las amenazas que estás sufriendo de parte de los diputados del PRD Francisco Santos Arreola (por fortuna, no es mi pariente) y Antonio Ortega Martinez, este último al parecer hermano de Jesús, líder de "Los Chuchos".Aunque estoy fuera del país, me he enterado de que Los dos perredistas mencionados van a denunciarte penalmente. Es una desgracia que existan políticos afiliados al PRD que estén dispuestos a hacer el trabajo sucio de silenciar a los periodistas independientes --como tú, Víctor--, que Felipe Calderón no se atreve a realizar para no incrementar su desprestigio.Ellos no son los únicos, por desgracia. Me he enterado de que el senador Carlos Navarrete, en una reunión con Andrés Manuel López Obrador, acusó a El Sendero del Peje, a la revista El Chamuco y al diario La Jornada de estar detrás de las agresiones que esta persona recibió en el más reciente mitin encabezado por AMLO en la Ciudad de México.Pobre Navarrete, me caia bien y lo respetaba. Considero lamentable su nuevo rol en el sistema político mexicano: el de porro encargado de golpear a los medios independientes.No es necesario que mencione la enorme calidad periodística de La Jornada ni el extraordinario trabajo de los moneros que hacen El Chamuco. Diré, nada más, porque es un hecho menos conocido, que El Sendero del Peje ha venido a revolucionar el periodismo mexicano. Ya verás en lo que se va a convertir tu blog en el futuro. Que no te sorprenda, Víctor, si algún día se descubre que algunos medios tradicionales han actuado cómplices de "Los Chuchos" en el lamentable proyecto de intentar silenciarte con amenazas ridículas.No te detengas, Víctor. Sigue trabajando y recuerda que a ti te sobra algo que a Navarrete y a los otros les falta: autoridad moral.Mi agradecimiento a Federico y a todos los lectores que nos han escrito expresándonos su solidaridad por este asunto de Santos Arreola y Antonio Ortega. El único comentario que tengo es sobre Navarrete; ya nadamás le faltó acusar al Proceso para poner en la categoría de enemigos de la izquierda a TODOS los medios de izquierda.

El Sendero del Peje

CARTA DE LUIS MANDOKI
Me envía Luis Mandoki la siguiente carta y me pide que la publique en el blog:
Estimado Víctor,Al ver que los diputados perredistas Francisco Santos Arreola y Antonio Ortega Martínez han presentado una denuncia penal en tu contra ante la PGR por difamación, calumnias y amenazas, te expreso mi más sincera solidaridad y un total repudio a tales acciones que atentan contra la libertad de expresión, volviéndose así cómplices de los mismos que han intentado acallar a periodistas serios como Carmen Aristegui en W Radio, entre muchos otros. Es penoso ver también que hoy, ¡qué coincidencia!, el Senador Carlos Navarrete se queja de publicaciones como La Jornada y la revista El Chamuco por publicar "caricaturas infamantes, denigrantes, y donde se dan por buenas las calumnias". Lo curioso es que quien publica sus quejas es la misma Jornada.Pero me llama más la atención el hecho de que las quejas son hacia medios que no se han adherido ni plegado a decir solamente lo que el régimen quiere, ni a callar lo que ningún otro medio no dice. Al mismo tiempo, no esucho ninguna queja de parte del Senador Carlos Navarrete contra todos los medios que se han dedicado a calumniar, a difamar y a mentir en relación a muchos Mexicanos que luchan por un México Democrático.¿Entonces de qué se trata? ¿De que a la crítica le vamos a llamar calumnia? ¿De que a la crítica la vamos a llamar difamación?Expreso aquí mi más firme apoyo y solidaridad con La Jornada, con El Chamuco, con todos los medios y todos los periodistas que se dedican a hacer un trabajo serio. Apoyo lo que haces, Víctor, apoyo la libertad de expresión que vive tiempos tan hostigados en nuestro amado país, y expreso mi repudio total a quienes han atentado ayer, atentan hoy, y atentarán mañana, contra este derecho humano: VIVA LA LIBERTAD DE EXPRESION!Va también mi agradecimiento para Luis y para todos los lectores que han mandado cada vez más mensajes de solidaridad con este blog y con un servidor.

Universal: El Sendero del Peje

El Universal oculta información sobre la demanda
Algunos medios (ojo, no todos) le han estado dando vuelo durante todo el día a la "nota" de la demanda que fueron a poner dos diputados contra este blog. Dos de esos medios que le han dado cobertura especial han sido Milenio y El Universal.Quizá no tenga nada de particular tratándose de Milenio; son varias las voces que hablan de una supuesta "alianza estratégica" entre el diario y algunos connotados "perredistas", si se le puede llamar así a quienes repetidamente han dado muestras de actuar más apegados a la ideología panista de derecha que a la de la izquierda.El caso de El Universal tampoco debería sorprendernos. Es evidente que Raymundo Riva Palacio ha mostrado últimamente mucho "interés" en la labor informativa que aquí se realiza. ¡Cómo se nota que nos sigues, Ray! Por cierto se agradece la publicidad gratuita, los números hablan por sí solos.Pero el buen Ray, fiel a sus filias y fobias hoy por todos conocidas, MIENTE y oculta información sobre este caso. Hasta hace unos minutos en el portal de Internet de El Universal estaba publicado esto:
Demandará Hernández a diputado Santos Arreola por daño moralSeñala el webmaster de El Sendero del Peje que la acusación del diputadopone en riesgo el proyecto que tiene sobre abrir un periódicoRedacciónELUNIVERSAL.com.mxEl UniversalCiudad de MéxicoMiércoles 27 de febrero de 200813:35El responsable del blog El Sendero del Peje, Víctor Hernández, demandará aldiputado federal Francisco Santos Arreola por la vía civil por daño moral,señala la página de internet de Hernández.En respuesta a la denuncia penal hecha por el legislador ante la PGR,Hernández señaló que es improcedente, puesto que los delitos que se le achacanson de fuero común, no de fuero federal, por lo que serán desechados enprocuraduría.De este modo, criticó a los legisladores por desconocer la ley, yseñaló: "No soy tan cobarde como para poner una denuncia por la vía penalteniendo fuero".Sobre la demanda que interpondrá, señaló que será por una fuerte sumade dinero, debido a que Santos Arreola "pone en riesgo un proyecto de mediosrespecto al cual he estado teniendo pláticas con inversionistas", cual consisteen volver el blog en un periódico.El sitio no menciona alguna medida en contra de Antonio OrtegaMartínez, a quien menciona sólo al principio de su respuesta.Nótese que en esta nota se menciona POR FIN lo que desde en la mañana se ha repetido en este blog: la demanda presentada por Santos Arreola y su acompañante (creo que dicen que es hermano de cierto valiente perredista que no tiene los tamaños para encarar a sus "enemigos", a pesar de que toooodos los lunes sin faltar uno solo va a las oficinas del Gobierno Legítimo a chillarle al Peje que ya "nos calme") es IMPROCEDENTE por una sencilla razón: dos de los tres delitos que se le imputan al webmaster de este blog,
ya ni siquiera están penados por la ley. Y las supuestas "amenazas" que menciona Santos Arreola no se pueden comprobar porque NO HUBO TALES AMENAZAS y si las hubo NO SALIERON DE ESTE BLOG.Eso lo sabían en El Universal desde hace un año. ¿Por qué no lo mencionaron entonces? ¿Tantas ganas le "traes" a este blog, Riva Palacio?

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Cartón: Hernández


Jornada: PEMEX


Luis Linares Zapata
Pemex: absurdos y consignas
Pocas son las decisiones estratégicas adoptadas en el campo de la energía en los últimos 30 años y lo consistente es que no sólo han sido perjudiciales, sino que han generado, como sello distintivo, un conjunto de acciones absurdas y alentadoras de corrupción. El entreguismo ha sido una tendencia primordial de los responsables. Una tras otra y en fila ignominiosa han ido haciendo su debut en el ámbito público y en el operativo de las empresas de energía.
La primera de esas decisiones extraviadas se materializó al empujar a Pemex para que se convirtiera en una potencia exportadora de crudo. Hay que recordar que desde la nacionalización, a finales de los 30 y hasta el fin de los 70, toda la producción mexicana se destinó al consumo interno. En esos años la industria se fue integrando de manera vertical hasta formar una cadena inmensa de plantas transformadoras que iban de las gasolinas a los petroquímicos plásticos pasando por los fertilizantes para la agricultura.
El arribo del empresario Díaz Serrano a la dirección de la paraestatal marcó el inicio de la venta masiva de crudo al extranjero alentada por los hallazgos en las aguas del Golfo (Cantarel). “O extraemos el crudo, lo vendemos de inmediato y al mejor postor, o se nos pudre en los pozos”, era la irónica cantinela en boga. Se suponía que en 10 o 20 años el petróleo sería un material obsoleto, por lo que había que aprovechar la bonanza de los precios altos. Bonanza que los mexicanos iban a administrar por primera vez en su historia. Ésta fue una trágica decisión que llevó a expoliar las reservas propias y a poner el énfasis en el mercadeo a costa del desarrollo industrial y tecnológico.
Otra decisión clave por demás errada fue subsidiar, mediante la voluminosa renta petrolera que se obtenía por el crudo exportado, a los evasores de impuestos. Pemex, vía impuestos gravosos, fue desde entonces la tesorería básica de la hacienda pública. En adelante, cuanto ingreso se obtiene por la abundante plataforma exportadora, que crecía con las horas de infecundos días, financia el presupuesto del gobierno en turno. Se empezó autorizando 300 mil barriles para el exterior, después medio millón, hasta llegar al millón y medio en que se detuvo. Una verdadera sangría en despoblado. Es por esa fuente, agotable por cierto, de divisas después trastocadas en deuda interna que se otorgaron onerosos privilegios fiscales a empresas y particulares. Contribuyentes que bajo condiciones normales debían soportar el peso mayor de la carga impositiva en el país. En lugar de ello, vía fiscal, sólo se ingresan recursos por apenas 9 o 10 puntos del PIB. Con otros gravámenes varios se llega a un ridículo, para estándares internacionales, de 11 o 12 puntos del mismo PIB. El resto, hasta alcanzar un magro 20 por ciento, lo aportan las cargas a Pemex. Es por esta causa que se abandona toda inversión, se endeuda a la petrolera (y a la CFE) con los famosos Pidiregas y la colocación directa de bonos. Debido a una política equivocada de precios entre compañías del sector se fueron cerrando las plantas petroquímicas nacionales hasta hacerse importadores de todo: gasolinas, gas, amoniaco, urea, plásticos o fertilizantes. Hoy sólo de gasolinas se importan 10 mil millones de dólares (mmdd) al año y se acaba de firmar un sospechoso contrato de gas por 15 mmdd con Repsol.
Una consecuencia directamente vinculada con esta lastimosa situación del área energética es el déficit comercial externo, que crece de manera acelerada e indetenible a corto y mediano plazos. No se tienen las refinerías indispensables para la sustitución de importaciones y revertir la tendencia que ya evidencia o anticipa una crisis adicional a las anteriores, tan dolorosas como imbéciles. Es por eso que se requieren capitales externos e internos que palien las deformaciones provocadas por esas decisiones mal tomadas, interesadamente desviadas, ya fuera por posturas ideológicas o francos trafiques ilegales con los bienes públicos. Una constante que desvía y enreda las políticas operativas de Pemex y CFE.
Otra decisión estratégica errada, en el vital campo de la energía, que explica todos esos rodeos, falsedades, fintas demagógicas, campañas publicitarias y mantos de complicidades, es la de privatizar el sector obedeciendo consignas y recetas prefabricadas desde el exterior. Tanto Pemex como CFE han sido víctimas de tal compulsión de aquellos encargados de conducir los destinos del sector energía. En ese derrotero han sido consistentes tanto funcionarios públicos como políticos partidistas y legisladores. Han echado mano de cuanto subterfugio tienen al alcance para lograr su cometido. Ya fuera elaborando una ley del servicio público del año 92 (Carlos Salinas) que permitió la cogeneración eléctrica (productores independientes), o la puesta en marcha de contratos sustitutos de los de riesgo, ahora llamados de servicios múltiples. Estos últimos son prácticas y efectivas concesiones para la extracción de gas (Burgos) que se piensa extender a la exploración, extracción o conducción de petróleo.
La lista de subterfugios privatizadores no tiene límites y menos vergüenza. Adopta formas variadas y disfraces torpes, usados en varios países, circunstancia que remite a pensar en una mente conductora, quizá situada allende fronteras y que origina todas estas tácticas para el propio beneficio. Con inusitada frecuencia se habla de modernización y se cierran por obsoletas plantas útiles. Otras veces se menciona la autonomía de gestión, una que permita una administración profesional de especialistas. Últimamente se intenta capitalizar a dichas empresas trasladando la enorme deuda en acciones o para democratizar el capital a través de colocaciones en bolsa. En los últimos años se habla de alianzas estratégicas, eufemismo por demás gastado en Venezuela, Ecuador o Brasil por lo que en realidad oculta. El objetivo es abrir la puerta, aunque sea lateral o trasera, a la entrada del capital externo y, en menor proporción al interno.
Así llegamos al presente compás de espera por una reforma energética, de la que ya mucho se sabe aunque los publicistas orgánicos nieguen su concreción. Interesados en promoverla sobran, ya sea para granjearse las simpatías de los poderosos, para empujar sus carreras o para recoger los sobrantes que se desparramarán. Traficantes de influencias pululan con atildado esmero, algunos insertados en altísimos puestos de la administración federal actual. Tal como lo hicieron los otrora contratistas particulares que se clavaron en CFE y Pemex sólo para direccionar, a su favor, cuanta decisión pasó por sus oficinas. El único perjudicado será esa nebulosa referencia: el pueblo. Palabra detrás del cual se ocultan, dice el oficialismo, los que quieren falsamente actuar en su nombre. Pero, a lo mejor, esos sujetos que tanto denuesto reciben resultan ser los que se comunican con la gente y atienden sus intereses.

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