domingo, 5 de octubre de 2008

UniversalPortada

Cartón: Hernández

Jornada: Mario Di Costanzo

Mario Di Costanzo Armenta

Cuando veas las barbas de tu vecino cortar…

No cabe duda que en estos momentos sólo un mentiroso o un insensato ignoraría las graves repercusiones que en materia de crecimiento, empleo, salarios, inflación, etcétera, tendrá para nuestra economía la situación por la que atraviesa Estados Unidos, ya que con o sin la aprobación del gringoproa pasarán muchos, muchos meses antes de que la situación vuelva a ser normal.

Sin embargo, casi nadie ha advertido que, además del adverso contexto económico, lo que sucede en Estados Unidos debe obligar a los legisladores y a las “autoridades financieras” de México a llevar a cabo una profunda revisión del marco regulatorio y de supervisión del sistema bancario y financiero que se ejerce en el país.

Más aún cuando si algo ha demostrado la crisis financiera estadunidense es que su marco regulatorio y de transparencia simplemente ha fallado, es decir, no sirvió y esto nos obliga a pensar en algo nuevo y diferente.

Hay que recordar que hace menos de dos años estrenamos una “nueva” Ley del Mercado de Valores que fue una copia íntegra de la ley del mercado de valores estadunidense (Sarbanes-Oxley).

Vale decir que la legislación sobre temas relativos a la transparencia de la información contable y financiera de las instituciones, la rendición de cuentas, la supervisión y regulación por parte de las autoridades, el seguro de depósito para los ahorradores, las normas para la venta (bursatilización) de la carteras de crédito, ha sido y continúa siendo inspirada en el modelo estadunidense.

Y lo señalo ya que de acuerdo con datos de los propios bancos que operan en nuestro país, se muestra que la situación financiera por la que atraviesan empieza a ser ya preocupante.

De esta manera, se observa que algunas instituciones bancarias como Banamex, BBVA, HSBC y Banorte reportaron para el segundo trimestre del año menores resultados de operación. Incluso, en el caso de Banamex y HSBC, se registraron resultados de operación negativos (pérdidas) y prácticamente en todas se ha generado un importante crecimiento de la cartera vencida, originado principalmente por la imposibilidad de pago de las tarjetas de crédito.

Así, por ejemplo, mientras durante el segundo trimestre de 2008 el resultado de operación de Banamex fue negativo en 596 millones de pesos, hace un año reportó un saldo positivo de 6 mil 233 millones de pesos.

En este mismo sentido se encuentra HSBC, que para el segundo trimestre de 2008 reportó un resultado de operación negativo de 203 millones de pesos, mientras que durante el segundo trimestre del año pasado había reportado un resultado de operación favorable en 799 millones de pesos.

Cabe señalar que si bien el grupo financiero BBVA-Bancomer reportó un resultado de operación positivo de 5 mil 465 millones de pesos, éste fue casi 32 por ciento inferior a lo reportado durante el segundo trimestre de 2007.

Por otro lado, la cartera vencida que acumularon estas cuatro instituciones se ubicó durante el segundo trimestre del presente año en 34 mil 330 millones de pesos, cifra que fue 35.3 por ciento mayor a la registrada durante el segundo trimestre de 2007.

Conviene destacar que en todas estas instituciones bancarias, durante el segundo trimestre del presente año la cartera vencida superó por mucho al resultado de operación obtenido por estos bancos, que representan en conjunto más de 70 por ciento del mercado bancario en el país.

No hay que olvidar que la Asociación de Bancos de México (ABM) ya advirtió que en los próximos meses la situación de la cartera vencida de las tarjetas de crédito se agravará, debido a que en lo que resta del año se incrementará en por lo menos 12 por ciento y a la fecha, tan sólo en estos cuatro bancos, asciende a 24 mil 66 millones de pesos.

Es decir, que la crisis financiera de Estados Unidos en el fondo no debe entenderse como la quiebra de Morgan Stanley, o de AIG, o de Lehman Brothers, o como un problema de deudores. Más bien, lo que sucede en el país vecino del norte es la falla absoluta del sistema y sus reglas de operación, supervisión y transparencia; es la crisis de un modelo basado en la especulación financiera, en la acumulación de capital y en el consumismo. Ese modelo que siempre quiso creer firmemente en “la mano invisible” llamada mercado y sus reglas del juego.

Por ello, la solución de fondo no podrá surgir de las herramientas concebidas por el mercado ni tampoco lo será el gringoproa: las circunstancias nos deben de hacer reflexionar, ya que tenemos que trabajar en nuevas reglas del juego, con nuevos objetivos, con límites y castigos a la especulación y a la acumulación indiscriminada de riqueza, con mejores esquemas de supervisión y rendición de cuentas, con mayor información, con una verdadera rectoría del Estado, que es sin duda quien debe ser el garante del interés público y del bien común. En suma, la solución debe llevarnos a una nueva arquitectura financiera mundial.

Sin embargo, en tanto eso se da, “autoridades” y legisladores deben empezar a atender los focos amarillos que ya se observan en nuestro sistema bancario y financiero, más aún cuando los mexicanos cargamos sobre nuestros bolsillos el costo de un rescate bancario, y lo peor es que muchos de los ingresos que han recibido estas instituciones ahora sirven para apuntalar a sus “matrices” que están teniendo problemas en Estados Unidos. Por eso sostengo que ahora que ya han visto las barbas de su vecino cortar, deben poner las suyas a remojar.

Jornada: Astillero

Astillero

Julio Hernández López
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

■ Felipe ante su fantasma

■ Impericia grave

■ Pasmo de “civiles”

■ Control militar

CRIíTICO PRESIDENCIAL Andrés Leonardo Gómez Emilsson fue detenido el viernes por el EMP por protestar en Palacio Nacional

CRíTICO PRESIDENCIAL Andrés Leonardo Gómez Emilsson fue detenido el viernes por el EMP por protestar en Palacio Nacional Foto: María Luisa Severiano

Felipe Calderón mostró una peligrosa impericia el viernes pasado a la hora de enfrentar las manejables protestas de dos jóvenes en Palacio Nacional. Tomado absolutamente sin sorpresa, pues Andrés Gómez le hizo saber con toda anticipación su claramente impugnadora negativa a saludarlo, el ocupante de la Presidencia de la República perdió el control político del incidente, al tratar de hilar improvisaciones discursivas sobre la libertad y la tolerancia mientras a sus ojos Mario Virgilio Jiménez era sacado del lugar por miembros del Estado Mayor Presidencial y otros de ellos “controlaban” mediante amenazantes órdenes y acoso físico a quien había gritado “espurio” al funcionario michoacano que permitió el actuar represivo de sus cuidadores militares sin atreverse a dar el golpe básico de inteligencia política que hubiera significado el ordenar en público e instantáneamente a su cuerpo castrense de elite que dejara en paz a los jóvenes y respetara su libre expresión.

Lo más grave no fue, sin embargo, la comprobación pública de la reducida estatura política de quien está encaramado en la cúspide de la pirámide de la administración federal, ni su comportamiento lleno de trastiendas donde se almacenan resentimientos e inseguridad, sino el hecho palmario de que durante dos horas y media quien ejerció el poder fue el Estado Mayor Presidencial, con ausencia operativa absoluta de los funcionarios civiles integrantes del aparato presidencial cuando menos hasta la torpe y deshilachada emisión, presuntamente el finiquito del asunto, de un comunicado de prensa en el que el ocupante de Los Pinos justifica y se hace corresponsable de la acción de sus custodios, quienes habrían cumplido con sus obligaciones reglamentarias y legales al detener a los dos jóvenes, encerrarlos durante una hora y media en oficinas de Palacio Nacional convertidas en cárceles preventivas, someterlos a interrogatorios y tratamientos amenazantes, entregarlos sin razón jurídicamente fundada ni formalizada a policías del Distrito Federal y, dejando asomar el rostro oscuro de la posibilidad de enjuiciarlos por delitos de corte político, beneficiarlos con un gesto de presunta generosidad al “anticipar” que no se formularían “cargos contra estos jóvenes”, lo cual constituyó la primera amnistía del régimen calderónico a presos políticos que a pesar de la brevedad de su detención y el desistimiento de su parte acusadora podrían ahora entablar demandas contra quienes los sometieron a todas las arbitrariedades citadas e incluso contra el licenciado Calderón, que se la pasa solicitando a los desprotegidos ciudadanos que denuncien los presuntos delitos que cometan peligrosos y vengativos criminales pero que él mismo, en medio de sus fortalezas blindadas, fue incapaz de sostener acusaciones contra quienes sí consideró probables responsables “de conductas que son sancionadas penal o administrativamente por la legislación vigente”.

El episodio del viernes deja lamentables saldos. Calderón careció de la grandeza política para enfrentar una protesta juvenil previsible y acotada y, a pesar de las palabras que dijo, permitió que el par de jóvenes fuese arrestado, en clara convalidación práctica del intento en curso de criminalizar toda protesta política y social. Calderón no puede aducir que ignoraba el actuar represivo de sus escoltas, pues a Mario Virgilio Jiménez lo “retiraron” del público invitado mientras él, Felipe, cambiaba el giro de su discurso, tocaba el tema del 68 y hablaba de que ahora sí se podía dar el “espectáculo” de impugnar al poderoso sin que –cajum, cajum– le sucediera nada a los disidentes, y la ausencia de Andrés Gómez era evidente a la hora en que, al final del acto, los jóvenes premiados se tomaron una fotografía oficial con el michoacano que no pudo sustraerse a la tentación menor de contaminar su discurso con las referencias a quienes ahora le niegan reconocimiento como presidente pero 40 años atrás formaban parte de aquel “régimen autoritario”.

Otro detalle grotesco fue la virtual huida de personajes del gobierno federal a la hora de atender el caso de los jóvenes desaparecidos durante más de 90 minutos. Ningún funcionario hizo nada que no fuera abandonar con rapidez el escenario candente. La máxima burócrata del instituto juvenil federal, convocante del acto, se quedó pasmada, muda, incapaz de algo más que pedir en estado zombi a los reporteros que la dejaran pasar. Por cierto, esta presidenta del Instituto Mexicano de la Juventud, Priscila Vera, fue impuesta por Mariana Gómez del Campo, familiar de la señora Margarita, para que ese instituto sea fuente de recursos para actividades panistas en la capital y de negocios para beneficio de esa camarilla blanquiazul. En realidad, el acto juvenil fue pensado originalmente para centrar el discurso felipense en el encomio de la lucha política de la oaxaqueña Eufrosina Cruz, a quien arrebataron un triunfo electoral a cuenta de usos y costumbres indígenas contrarios a la participación de las mujeres. Calderón no había hablado del 68 ni lo haría en este acto sino de manera sesgada, reconociendo el valor de los jóvenes mexicanos estudiosos y dedicados y estableciendo referentes cómodos para él, como el caso de Eufrosina. Las circunstancias le obligaron a atender improvisadamente el tema indeseado, con tan poca habilidad que acabó confirmando, involuntariamente y entre tropiezos, un día después del Dos de Octubre, los peligros de las instituciones civiles rebasadas y del poder militar sustituto.

Y, mientras los narcos van subiendo el rango políticos de sus víctimas, esta vez al asesinar al presidente municipal de Ixtapan de la Sal, y el cártel del Golfo se desmarca mediante Manta News de las granadas de Morelia y ofrece millonaria recompensa en dólares para encontrar a los culpables, y en Chiapas mueren campesinos enmedio del desgobierno del alegre Juan Sabines II, ¡hasta mañana, con los primeros partes de la guerra electoral de Guerrero, en la que el PRD-Chucho/Gobierno va con todo el arsenal mapache en Acapulco!

Jornada: FC

■ ONG exige que Derechos Humanos actúe; “se violaron garantías”

Los jóvenes que increparon a Calderón preparan manifiestos

Emir Olivares Alonso

Con una sensación de satisfacción “por ser congruentes” con sus ideales y pensamientos, los universitarios Andrés Leonardo Gómez Emilsson y Mario Jiménez Santiago afirmaron estar en desacuerdo con el régimen de Felipe Calderón, y así se lo hicieron saber: de frente, rodeados de decenas de estudiantes, ante representantes de los medios de comunicación y en un acto oficial, mientras el Presidente hacía uso de la palabra.

Un día después de que el primero llamó “¡espurio!” al titular del Ejecutivo federal y que, tras la detención de éste por elementos del Estado Mayor Presidencial (EMP), Jiménez Santiago gritó: “¡no hay libertad en este país!”, por lo que también fue aprehendido, ambos afirmaron estar contentos por haber hecho patente su inconformidad.

“No me puedo arrepentir de acciones como ésta; de no haber estado seguro no lo hubiera hecho”, señaló Gómez Emilsson, estudiante de 18 años del CCH Sur de la UNAM.

En tanto, Jiménez Santiago, tesista de la carrera de historia en la Facultad de Filosofía de la UNAM, de 24 años, subrayó que ésta no es la única manifestación en el país en contra del titular del Ejecutivo. “Lo que pasa es que son pocos los que tienen la oportunidad de plantarse frente a él”.

Gómez, quien por sus méritos académicos fue seleccionado por la Asociación Mexicana pro Colegios del Mundo para estudiar el segundo año de bachillerato en Noruega, manifestó sentirse “alegre y con el respaldo y solidaridad a mi actuar por parte de muchas personas”.

Instó a los jóvenes a manifestarse contra lo que no estén de acuerdo y a “ser congruentes” con sus valores y pensamientos. Refirió que los hechos del viernes pasado durante la entrega del Premio Nacional de la Juventud, al cual se hizo acreedor, no modificaron su opinión sobre Calderón.

“Nunca he sentido la mínima estimación por él, la imagen que tengo (de Calderón) no se modificará. Siempre he visto las incongruencias de su gobierno, por lo que (tras los hechos) no puedo estar más desilusionado de lo que ya estaba.”

Jiménez Santiago, quien ha recibido muestras de solidaridad, “aunque también mentadas de madre”, aclaró que no se llama Marco, sino Mario. “Desconozco por qué la Presidencia dio mal mi nombre, si se llevaron al menos 10 veces mi credencial de elector”. Anunció que prepara un pronunciamiento, con ayuda de sus compañeros de facultad.

Dijo tener miedo ante posibles represalias cuando ambos dejen de ser nota para los medios de comunicación. “Mis posiciones políticas las sostengo; no me arrepiento de lo que dije e hice. Pero creo que políticamente me tendré que reservar; por un rato no participaré en protestas públicas. Siento algo de temor porque primero me pidieron mis datos los del EMP, después la PFP y luego personas que no se identificaron. Gritarle al Presidente no es cualquier cosa, y menos en este país”.

El padre de Andrés, Luis Gómez, académico de la UNAM, refirió que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos debe levantar una queja de oficio para aclarar si la guardia presidencial incurrió en violaciones a las garantías fundamentales de ambos jóvenes. Anunció que, con asesoría de la Academia Mexicana de Derechos Humanos (AMDH), la próxima semana se presentará un pronunciamiento público por los hechos.

A su vez, la presidenta de la AMDH, Gloria Ramírez, señaló, en relación con el argumento de la Presidencia para justificar la actuación del EMP, que los estudiantes no pretendían agredir a Calderón, sino “simplemente manifestar su desacuerdo, con lo que ejercían su derecho a la libertad de expresión”.

Exigió a la CNDH actuar de oficio, porque “se dieron flagrantes violaciones a las garantías fundamentales como coartar la libre expresión, detención arbitraria, incomunicación y no acceso a un debido proceso”.

Jornada: Chiapas

■ ¿Por qué Calderón y Sabines mandaron matarnos si estábamos negociando?, preguntan en Chincultik

Seis muertos en el desalojo policiaco de zona arqueológica de Chiapas

■ Ejidatarios de Miguel Hidalgo exigen justicia; “o la tomaremos por nuestras manos”

■ Tres indígenas fueron rematados en el vehículo que los transportaba al hospital; el chofer también fue ultimado

Elio Henríquez (Corresponsal)

Velorio de Rigoberto López Vázquez y Alfredo Hernández, quienes según versiones de ejidatarios fueron rematados por policías en el vehículo donde los llevaban al hospital

Velorio de Rigoberto López Vázquez y Alfredo Hernández, quienes según versiones de ejidatarios fueron rematados por policías en el vehículo donde los llevaban al hospital Foto: Moysés Zúñiga Santiago

Ejido Miguel Hidalgo, La Trinitaria, Chis., 4 de octubre. En el desalojo de ayer en esta localidad hubo seis muertos, 10 heridos de bala y un número indeterminado de detenidos, además de que todos los finados son campesinos, no policías, como se informó inicialmente, porque los pobladores no traían armas ni dispararon contra los uniformados, confirmó hoy José Vázquez López, uno de los representantes de este ejido.

Denunció que los agentes –estatales y federales– “remataron” a tres heridos de gravedad y asesinaron al chofer que los trasladaba a un hospital de Comitán, este último delante de su esposa.

Los pobladores tienen en su poder 77 armas largas y cortas, además de escudos y otras pertenencias que les quitaron a los policías que vinieron a desalojarlos de la zona arqueológica de Chincultik, situada a tres kilómetros de aquí, la cual está en su poder desde hace casi un mes. Afirmaron que “ahora más que nunca” pelearán porque la zona arqueológica sea administrada por el ejido. “Ya está más que pagada con seis vidas”.

En las calles, donde se observan rastros de sangre, decenas de casquillos percutidos y varios vehículos de la policía dañados, priva un ambiente de temor, tristeza y rabia. “Preguntamos al presidente Felipe Calderón y al gobernador Juan Sabines: ¿por qué nos mandaron matar si un día antes habíamos tenido un diálogo con las autoridades para resolver el problema?”, reprocharon los habitantes y exigieron que se haga justicia por el asesinato de los seis hombres, “o la tomaremos por nuestras manos”.

El pasado 7 de septiembre, los habitantes de Miguel Hidalgo, donde viven cerca de 7 mil personas, acordaron en asamblea apoderarse de la zona arqueológica de Chincultik, que está en medio de sus terrenos, con el argumento de que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) “la tiene muy abandonada”.

Desde entonces, “cobramos 20 pesos por la entrada, no los 35 que cobraba el INAH”, afirmó un lugareño, quien manifestó que entre semana obtienen ingresos de entre 300 y 400 pesos diarios, y los sábados y domingos entre mil y mil 500.

Las negociaciones con las autoridades comenzaron poco después. La más reciente reunión con funcionarios estatales se efectuó este jueves, y habían acordado seguir platicando, pues les ofrecieron apoyos por más de 600 mil pesos para cosechar jitomates, aguacates y duraznos, propuesta que en principio fue rechazada por los ejidatarios.

“Nunca pensamos que el gobierno vendría a atacarnos como si fuéramos delincuentes, porque estábamos en diálogo, pero ahora vemos que fue una trampa para que nos confiáramos”, aseguró Vázquez López.

Señaló que el jueves ellos llevaron a los funcionarios a Chincultik para que vieran el mal estado en que está la zona, de lo cual dieron fe.

El campesino explicó que este viernes por la mañana agentes de la Policía Federal Preventiva (PFP) llegaron a las ruinas para desalojar a los 25 que estaban en el lugar. “No sólo detuvieron a algunos de ellos, sino a quienes caminaban por la carretera”, dijo José Vázquez, quien participaba en la mesa de negociaciones.

Previamente habían desalojado a los campesinos de otras comunidades que tenían el control de los lagos de Montebello, ubicados a 10 kilómetros de aquí.

Sostuvo que como a las 11 y media de la mañana los policías ingresaron al poblado en camionetas de la PFP, cuyos ocupantes lanzaron gases lacrimógenos, incluso en escuelas, lo que ha provocado “daños mentales a los niños”.

Luego llegaron más agentes de la Policía Estatal Preventiva –varios en caballos– “para sitiar” el poblado. Los campesinos, quienes se defendieron con machetes y palos, calculan que eran entre 250 y 300 los uniformados que realizaron la operación.

“La gente salió a defenderse como pudo, porque los niños se estaban ahogando por el gas, y fue cuando agarramos a 77 policías, los encerramos en la casa ejidal y se les desarmó. Las armas están resguardadas, igual que al menos ocho vehículos, entre ellos un remolque para transportar caballos”, relató.

Asimismo, señaló que a las 15 horas, a pesar de lo que había ocurrido, los agentes y los pobladores “estaban calmados”, pero entre las 5 y 6 de la tarde, cuando los uniformados fueron trasladados al salón de actos, “llegaron más policías a rescatarlos disparando con armas de fuego, persiguiendo a la gente hasta en sus casas, y para liberar a sus compañeros balearon la puerta y rompieron el candado.

“No fue enfrentamiento, no hay ni un arma en el ejido. Los policías que resultaron heridos fue por golpes que les propinaron los pobladores, no por bala; tal vez la gente los agredió porque habían matado personas, pero en ningún momento hubo balas de parte nuestra”, afirmó.

Indicó que la balacera duró unos 40 minutos, lapso en que los uniformados “corretearon” a la gente que buscaba dónde esconderse. Adrián Velasco Alfaro, de 71 años, mostró el oído aún con sangre y el estómago vendado. Algunos vecinos lesionados se recuperan en sus domicilios. José Vázquez comentó que en la confusión, los policías fueron rescatados.

Poco después, Agustín Alfaro Calvo, el único de los seis muertos que no es originario de Miguel Hidalgo, sino de la vecina Ojo de Agua, El Ocotal, accedió a llevar al hospital en su vehículo –no había ambulancias– a Rigoberto López Vázquez, Alfredo Hernández Ramírez y Miguel Antonio Martínez, heridos de gravedad.

“Los policías los bajaron y remataron a los heridos y asesinaron al chofer delante de su esposa; a ella le quitaron una cadena y los aretes y a él la cartera. Y no conformes, le sacaron el ojo con navaja a Rigoberto, quien fue torturado”, expresó.

Tres lugareños guiaban a los agentes por el pueblo

Afirmó que los policías eran guiados por tres campesinos originarios de este ejido y que trabajan en la zona arqueológica, quienes con pasamontañas fueron a mostrar la casa del presidente del comisariado ejidal, Mario Morales García, la cual “fue baleada”.

Los cuerpos de Rigoberto, Alfredo y Miguel Antonio –precisó– fueron traídos antes del mediodía para ser velados, mientras que el de Agustín fue llevado a Ojo de Agua, El Ocotal. Hasta las 13 horas los cadáveres de Ignacio y Ricardo permanecían en Amparo Agua Tinta.

Los ejidatarios, a la espera de nuevos contactos con el gobierno para entregar las armas, exigieron que los deudos sean indemnizados y los detenidos librados.

En Tuxtla Gutiérrez, el ministro de Justicia, Amador Rodríguez Lozano, giró orden de presentación a todos los elementos policiacos que participaron en el operativo para realizarles las pruebas de radisonato de sodio, toxicológica y balística, así como certificación médica y desahogo de testimoniales.

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