domingo, 31 de agosto de 2008

SDP: AMLO






Calderón y Fox involucrados en nuevo acto de corrupción en Pemex, denuncia López Obrador

México, Distrito Federal
Domingo 31 de agosto de 2008

* Discurso del presidente legítimo de México, Andrés Manuel López Obrador, durante la Asamblea Informativa del Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo, en el Monumento a la Revolución


Amigas y amigos brigadistas de la ciudad de México:

Nos volvemos a congregar para seguir defendiendo el petróleo y evitar que se convierta de lleno en un negocio privado para el lucro de una minoría rapaz de nacionales y extranjeros.

En los últimos tiempos este ha sido el tema central de nuestro movimiento: desde enero venimos celebrado asambleas informativas; se crearon los comités en toda la República para la defensa del petróleo; nos hemos organizado en brigadas; y con la resistencia civil pacífica, en el mes de abril, a finales del periodo ordinario de sesiones del Congreso, se logró impedir el madruguete que intentaban llevar a cabo las cúpulas del PRI y del PAN.

No debemos dejar de reconocer la participación tan importante que tuvieron en este proceso, las senadoras y senadores, diputadas y diputados de los tres partidos del Frente Amplio Progresista, que tomaron las tribunas y obligaron a detener la aprobación apresurada de las reformas entreguistas del usurpador Felipe Calderón.

También nuestro agradecimiento a quienes salieron a las calles para apoyar a nuestros legisladores, de manera especial, nuestro respeto y admiración a las mujeres brigadistas.

En la segunda etapa de la resistencia civil pacífica, iniciada en el mes de mayo, se consolida la organización: se llegó a 200 mil brigadistas, que se dedicaron, con mucho convencimiento, a transmitir información casa por casa, barrio por barrio, colonia por colonia y pueblo por pueblo, para dar a conocer nuestras razones y las gravísimas consecuencias que tendría la privatización de la industria petrolera. Vuelvo a recordar que se distribuyeron 368 mil copias de videos, 3 millones de volantes, 18 millones 500 mil folletos con artículos de análisis y reflexión y 19 millones 560 mil historietas. Todo el contenido de estos materiales y su elaboración estuvo a cargo de escritores, artistas, y técnicos que ayudaron de manera voluntaria, con inteligencia y entusiasmo.

Al mismo tiempo, expertos de distintas disciplinas, muchos de ellos de la sociedad civil, pero con definido patriotismo, participaron en los 21 foros de debate que se realizaron en el Senado. En estas intervenciones, con suficientes argumentos, quedó de manifiesto que las reformas de Calderón y sus socios son violatorias de la Constitución y buscan privatizar la industria petrolera y profundizar la corrupción en Pemex. No está demás señalar que al término de los debates, el PRI presentó sus iniciativas de reforma, que son en esencia iguales a las de Calderón. Incluso, en su proyecto de ley de administración de Pemex copiaron íntegramente 28 de los 49 artículos de la iniciativa presentada por Calderón. Es más: hace unos días los dirigentes del PRI cambiaron sus estatutos para abandonar el compromiso de mantener la industria petrolera bajo el dominio de la nación y dar pie a la privatización demandada por los potentados nacionales y extranjeros.

También en este periodo, por iniciativa del Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard, se llevó a cabo en todo el país, una consulta para recoger la opinión de la gente sobre dos preguntas del tema en cuestión. En este ejercicio democrático participaron alrededor de 2 millones 800 mil ciudadanos y más del 90 por ciento voto en contra de la intervención de la iniciativa privada en la industria petrolera y de las reformas propuestas por Calderón al Congreso.

De igual manera, el Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo, el Gobierno Legítimo de México y el Frente Amplio Progresista, solicitamos a un grupo muy amplio de profesionales, expertos, intelectuales y académicos, la elaboración, con toda libertad, de una Propuesta Ciudadana de Reforma Energética que tuviera como único propósito, el interés nacional y el beneficio de México.

Cuando se nos dio a conocer esta propuesta, hubo consenso y fue aceptada por todos. También la apoyan más de 100 personalidades, expertos, intelectuales y académicos, un grupo plural de diversas ideologías y disciplinas, de lo mejor que hay en el país.

La propuesta ya se presentó formalmente al Senado y tiene como objetivo establecer una política energética de Estado que se sustenta en la soberanía y seguridad nacional, basada en el respeto a la Constitución y en el fortalecimiento de Pemex.

El trabajo de los expertos incluye un análisis detallado de las iniciativas de Calderón y del PRI, así como los dictámenes para rechazarlas porque están orientadas a pulverizar y privatizar la industria petrolera, violando la Constitución.

Esta reforma alternativa contiene también un Plan de Acción Inmediata para el Fortalecimiento de Pemex que consiste en otorgarle recursos a partir de 2009 para ampliar su capacidad de refinación, petroquímica y restitución de reservas de petróleo y gas.

Aquí abro un paréntesis para decir que el gobierno usurpador ha venido mintiendo en toda su costosa campaña publicitaria en medios de comunicación. Empezaron con el engaño del tesoro de las aguas profundas y, actualmente, están transmitiendo un comercial por televisión, en el que se afirma "que en México la ley prohíbe hacer refinerías", lo cual es absolutamente falso. El marco legal no prohíbe que se hagan refinerías; se impide que las haga el sector privado y los extranjeros. Calderón no las construye, no porque no pueda legalmente o porque no haya dinero, sino porque tiene compromisos inconfesables con organismos y empresas internacionales para privatizar la refinación del petróleo.

Con la propuesta elaborada por los técnicos, expertos e intelectuales se comprueba que no se requieren grandes cambios legales para reforzar las actividades de Pemex y reducir la importación de gasolinas, gas y petroquímicos. Queda claro que existen recursos humanos y económicos en el país para fortalecer a Pemex, sin ceder a la iniciativa privada la renta petrolera ni el manejo de sus áreas estratégicas exclusivas. En suma, la propuesta ciudadana asumida por el Frente Amplio Progresista demuestra que sí hay una alternativa, que sí hay otro camino.

De modo, amigas y amigos, que hemos avanzado considerablemente. Pero como es obvio, esto todavía no termina. Hay gente muy poderosa que ambiciona quedarse con la renta petrolera y cuenta con el apoyo de Calderón y de las cúpulas del PRI y del PAN. Esta confabulación de intereses se articula mediante el reparto de contratos, la complicidad y la corrupción.

Tengo información y pruebas que me han hecho llegar, de contratos de servicios, obras y adquisiciones en Pemex que fueron otorgados con sobreprecios escandalosos. Me voy a referir sólo a uno de ellos para demostrar que detrás de la privatización está la corrupción de la que, por cierto, nunca se habla, ni el la propuesta de Calderón, ni en la del PRI.

Veamos: En diciembre de 2004, Pemex solicitó a la Secretaría de Hacienda una autorización por 207 millones de dólares para la adquisición de un buque tanque petrolero. Meses después pidió una ampliación presupuestal para la misma operación por un total de 507 millones de dólares, 300 más de lo presupuestado originalmente.

Como la Secretaría de Hacienda tardó en autorizar la operación, no obstante no contar con suficientes recursos presupuestales, indebidamente los funcionarios de Pemex publicaron la licitación tomando recursos de un Fideicomiso de Pemex en Nueva York, que contiene dinero destinado al pago de Pidiregas, de las deudas de Pemex.

En un principio la licitación era para la operación y el mantenimiento de un buque tanque, pero Pemex terminó adquiriendo uno usado con 28 años de antigüedad. El barco japonés fue bautizado con el nombre del "Señor de los Mares", que había sido reconfigurado para transportar hidrocarburos, pero no cumple con las normas internacionales de seguridad.

En los informes financieros de la empresa que vendió el barco, la noruega Bergensen, El Señor de los Mares aparece con un valor nominal y en libros de 227 millones de dólares. La Auditoría Superior de la Federación cotizó el valor de diversas barcos con características similares al barco en cuestión y encontraron precios de alrededor de 230 millones de dólares.

Sin embargo, Pemex acabó pagando mil 135 millones de dólares por toda la operación: 758 millones de dólares por la compra del barco y 377 millones más para su mantenimiento. Pero lo más escandaloso del caso es que del dinero destinado al barco, 346 millones 500 mil dólares fueron para "gastos administrativos". O sea, que erogaron más en los trámites que en el barco mismo que tuvo un costo neto de 266 millones 600 mil dólares según la propia información de Pemex. Para colmo, los auditores encontraron que China vendió en 2007 un buque tanque nuevo a la empresa Conoco-Phillips, definido como "el más grande construido en China y uno de los más grandes del mundo", a un precio de 230 millones de dólares. Por "El Señor de los Mares", repito, Pemex pagó 527 millones de dólares por encima de su precio. Este es el tamaño de los negocios inmorales que hacen los panistas en Pemex.

Este es sólo un botón de muestra, hay muchos más. Por eso voy a entregar a los legisladores del Frente Amplio Progresista un expediente, en el cual se detallan éste y muchos casos más de corrupción. Todos ellos cuentan con pruebas documentadas para que se proceda a levantar una denuncia penal en contra de Vicente Fox y del entonces secretario de Energía, Felipe Calderón, que era además presidente del Consejo de Administración de Pemex, por estos ilícitos cometidos durante su gestión.

Amigas y amigos:

Tengamos muy claro que detrás de este intento de privatización está el interés de una minoría por apropiarse de los beneficios del petróleo. A ellos no les importa el destino del país, ni mucho menos el sufrimiento del pueblo. Están enfermos de codicia: son insaciables. Si fueran responsables estarían pensando que es tiempo de rectificar y aplicar una nueva política económica, más justa y más humanitaria. Pero no, al contrario, quieren seguir despojando al pueblo de su patrimonio y de su porvenir. No son capaces de entender y aceptar que si se privatiza la industria petrolera habrá más pobreza y desempleo, pero también más frustración, inseguridad y violencia. Por eso sostengo que si ellos no actúan con responsabilidad, a nosotros nos toca evitar que se consuma este despojo al pueblo y a la nación. Vamos a luchar para vivir en un país con alegría y bienestar para todos, incluidas las nuevas generaciones, queremos vivir en un país libre de miedos y temores.

Ayer precisamente hubo una marcha de miles de ciudadanos protestando por la inseguridad y la violencia que impera en el país. Claro que a todos nos preocupa lo que está pasando; sólo que tenemos maneras distintas de analizar y enfrentar el problema. Hay quienes no ven las causas y piensan que todo depende de aplicar medidas coercitivas. Ahí está el caso de Calderón, quien, después de cometer el grave error de pegar, a lo tonto, un palazo al avispero, para tratar de ganar la legitimidad que no obtuvo en las elecciones, ahora que se desató la inseguridad y la violencia, lo único que se le ocurre es seguir amenazando con el discurso propagandístico de la "mano dura".

Hace unos días, en una "cumbre" sobre seguridad se limitó a decir que habrá un nuevo modelo policíaco, como si eso bastara para enfrentar un problema que se ha originado por 26 años de estancamiento económico, por mayor desigualdad, por la falta de empleo y educación para los jóvenes, por la impunidad y la corrupción y por el modelo de vida que han venido fomentando las élites a través de los medios de comunicación, donde lo más importante es triunfar a toda costa, sin escrúpulos morales de ninguna índole y donde el dinero siempre se impone sobre la moral y la dignidad del pueblo.

Aquí reitero: la delincuencia y la convulsión social son producto de la pobreza y de una estructura de clases corrupta que ignora o menosprecia a los pobres. Si en una sociedad hay oportunidades para todos habrá tranquilidad social. Cuando hay mucha gente desempleada, desposeída en lo económico y sin esperanzas, es mayor la tentación de tomar el camino de las conductas antisociales.

Sin justicia no hay garantía de seguridad, ni de tranquilidad, ni de paz social. La única solución de fondo en el combate a la delincuencia, la más humanitaria, eficaz y probablemente la menos cara, consiste en combatir el desempleo, la pobreza, la impunidad, la corrupción, la desintegración familiar, la pérdida de valores y la ausencia de alternativas.

Por eso lo primero que tenemos que hacer es evitar la privatización, abierta o disfrazada, de la industria petrolera nacional y seguir luchando hasta rechazar por completo las iniciativas de reformas que presentaron Calderón y el PRI en el Congreso. Esta es la mejor medida preventiva para que no se agrave el problema de la inseguridad y de la violencia en nuestro país. Y no dejar de luchar hasta llevar a cabo una renovación tajante de la vida pública. Nada bueno se logrará mientras se mantenga el régimen de corrupción y privilegios.

Amigas y amigos:

Hoy, a esta misma hora, al igual que nosotros, están reunidos en las plazas públicas de las capitales de los estados del país, mujeres y hombres brigadistas en defensa del petróleo.

Se convocó a estas asambleas para informar y dar inicio a una nueva etapa de la resistencia civil pacífica.

Desde ahora les pido que estemos atentos porque si las cúpulas del PRI y del PAN, deciden no tomar en cuenta el debate, ni la consulta, ni la propuesta de los expertos e intelectuales, y tratan de imponer una reforma privatizadora, abierta o disfrazada, nos vamos a ver en la necesidad de movilizarnos.

Ya se integró una comisión para elaborar el plan de acción de ésta que será la tercera etapa de la resistencia civil pacífica. La comisión la integran: Alejandra Barrales, Claudia Sheinbaum, Jesusa Rodríguez y Ricardo Ruiz.

Les propongo que a partir de hoy nos declaremos en estado de alerta y estemos atentos a cualquier llamado.

Amigas y amigos:

En abril logramos detener el primer intento de privatización de la industria petrolera. Este mes de septiembre es el mes de la patria y lo vamos a celebrar defendiendo el petróleo.

Por eso convoco desde ahora a todos los brigadistas y a los simpatizantes de este movimiento en todo el país, para reunirnos el 15 de septiembre, a las 9 de la noche, en el zócalo de la Ciudad de México, y conmemorar un aniversario más de nuestra Independencia. Estaremos allí de manera pacífica hasta las 10 de la noche.

Será la ocasión para volver a expresar que queremos seguir siendo un país libre, independiente y soberano. Que no aceptaremos jamás convertirnos en una colonia del extranjero.

Amigas y amigos:

Es un hecho indudable que todos los gobiernos neoliberales han querido destruir a la industria petrolera nacional. La han tratado con saña: ha padecido de ineficiencia, intervencionismo extranjero y pillaje. Y ahora quieren aniquilarla por completo y con ello dejar sin futuro al pueblo de México.

Por eso, no tenemos más opción que evitar que se consuma este acto de felonía y de traición a la patria. De la salvación de esta industria depende el destino del país y de nuestro pueblo.

Sigamos adelante con determinación y firmeza. Es tiempo de definiciones, de demostrar que somos consecuentes y realmente patriotas.


¡La patria no se vende, se ama y se defiende!

¡Viva la resistencia civil pacífica!

¡Viva el pueblo de México!

SDP

LA MARCHA Y LA REVOCACIÓN DEL MANDATO

Publicado por Víctor

Algo no termina de cuadrarme de la marcha contra la inseguridad de ayer.

Para empezar esta marcha fue promovida por Laura Elena Herrejón, nexo del Yunque y candidata a Senadora por Nueva Alianza (o sea Elba Esther Gordillo.) La marcha fue promovida además por el CCE y la Coparmex. Es decir, tuvo tres promotores cuya agenda política desde 2006 ha sido tratar de combatir al Peje como sea y haiga sido como haiga sido.

¿Cuantos acarreados hubo en la marcha? Sepa. No se han dado cifras hasta el momento.

Pero eso finalmente resulta irrelevante. Y es que a la mera hora llega la gente al Zócalo y empiezan a repetir la demanda de Alejandro Martí: "si no pueden, renuncien."

Más increible: mientras esto sucede Calderón decide cancelar su informe de gobierno televisivo (que empezó desde el lunes pasado con una campaña idiota de spots que han pasado completamente desapercibidos y que no han convencido a nadie.) El informe mediático estaba programado para la mañana del lunes primero de septiembre. Luego lo cambiaron para la una de la tarde y finalmente hoy de plano lo cancelaron.

No sólo eso. Originalmente se había manejado en los medios que Juan Camilo Mouriño iría a San Lázaro a entregar el informe escrito. Ayer ya de plano hasta eso quedó en veremos.

¿Por qué?

La única explicación que le encuentra mucha gente a esto es que la consigna de "si no pueden que renuncien" hizo que Calderón se zurrara en los calzones y ahora haga todo lo posible por evitar el escrutinio de los medios precisamente para no tener que responder en caso de que le pregunten si está dispuesto a renunciar en caso de que no pueda con la inseguridad (hasta el momento NO ha podido.)

O bien, tal vez el temor sea a que nadie le crea sus cuentas alegres sobre la inseguridad, la creación de empleos y cosas por el estilo.

Sea como sea, creo que la mesa está puesta para ver si de verdad los participantes de la marcha de ayer fueron sinceros o si simplemente se trataba de hipocresía y politiquería barata. Hay una manera muy fácil de saberlo. Haciéndoles esta pregunta:

¿Están todos los que participaron en la marcha de Iluminemos México, y que gritaron "si no pueden que renuncien", dispuestos a impulsar y exigirle al congreso la aprobación de la figura de la REVOCACIÓN DEL MANDATO inmediatamente?

Digo, porque me parece que decir "si no pueden que renuncien" es mucho menos contundente que decir "si no pueden LOS CORREMOS."

Repito: ¿Están o no están dispuestos todos los que apoyaron a la marcha del silencio a exigirle a los diputados y a los senadores que aprueben DE INMEDIATO la figura de la REVOCACIÓN DEL MANDATO para luego llamar inmediatamemte a un REFERENDO REVOCATORIO?

Espero respuestas. De esas respuestas veremos, como dije, si los que apoyaron la marcha eran sinceros o si simplemente estaban actuando de dientes para afuera, de manera hipócrita, y sin mayor intención que tratar de hacer cortina de humo para tratar de tapar al movimiento en defensa del petróleo--y de pilón lucrando con el dolor ajeno y con la muerte de un menor de edad.

Digo, no se. Creo yo que exigir un referendo revocatorio funcionaría mucho mejor que prender unas veladoras para presionar a los gobernantes, ¿no?

PD: Marcelo Ebrard debería anunciar una consulta ciudadana con las siguientes dos preguntas:

1. ¿Debe o no debe existir la figura legal de la revocación del mandato en todos los niveles de gobierno?

2. ¿Debe o no debe llamarse a un referendo revocatorio para destituir al titular del ejecutivo federal si no es capaz de resolver el problema de la inseguridad?

Y ni modo que los que fueron a la marcha de Iluminemos México se opongan. Quedarían en evidencia como unos vulgares hipócritas.

Universal: Marcha anticrimen

Indignación...
Fidel Samaniego
El Universal

Domingo 31 de agosto de 2008

Una marcha, la de ayer, cuatro años y muchas vidas, y muchos crímenes, y muchas impunidades después. Algo o mucho fue distinto. Había enojo, irritación, rabia, impotencia. Fue la marcha del hastío

fidel.samaniego@eluniversal.com.mx

Y estalló el silencio. Era un silencio desconcertado, cansado. En la gran plaza, por momentos, se guardaron los gritos, las demandas, los desahogos. Luego se apagaron las luces de las sedes de los gobiernos de la República y de la capital. Se escuchó el canto de bronce, repicaban todas las campanas. Un enorme alarido las acompañó. Se encendieron las veladoras.

Un par de minutos después, reaparecieron las voces: “¡Sí no pueden, renuncien!”. También: “¡No más secuestros, no más violencia!”. Y: “¡Por un México seguro!”. Y como a lo largo de toda la marcha: “¡Ya basta!”.

Fue una tarde blanca. De ese color vistió la gente en su mayoría. Pero blancas también fueron las lágrimas de una mujer, pintado su rostro, trabaja como payasa en fiestas infantiles. Hace cuatro años secuestron a su hija, le hablaron por teléfono, le dijeron que se la iban a regresar en pedacitos. “Aunque sea así, pero que me la devuelvan”, clamaba ella, Adela Alvarado, Salchicha es su nombre artístico.

Y casi blanco era el rostro de un hombre. Participó en la marcha de 2004. Desde entonces lo han asaltado, lo robaron. Levantó el acta, le dijeron que no era víctima de secuestro exprés, porque no estuvo cautivo el tiempo de ley. “Ellos están libres seguramente, pero yo, yo ya me quedé preso para siempre, estoy en la cárcel de mi propio miedo, de mi angustia, de mi terror”, exclamaba, lloraba, temblaba. Frías sus manos se estrujuban.

Una marcha, la de ayer, cuatro años y muchas vidas, y muchos crímenes, y muchas impunidades después. Algo o mucho fue distinto. Había enojo, irritación, rabia, impotencia. Fue la marcha del hastío.

Una manifestación que rebasó a sus convocantes. Quedaron atrás. Hombres, mujeres, ancianos, jóvenes, niños se fueron uniendo en diversos tramos, y aquéllos quedaron atrás.

Desde las tres de la tarde ya había personas ante la Columna de la Independencia. Ahí estaban las mantas, las fotos, las leyendas. Ahí una anciana terriblemente sola. Jorge Alberto, su hijo, fue secuestrado cuando tenía 18 años, una semana después del plagio, encontraron su cuerpo en el estado de México.

Ahí estaban, esperaban. Y cayó la lluvia, se hizo tormenta. Aguantaron, se empaparon.

Ahí también los mercaderes vendían camisetas, gorras, banderitas, paraguas, moños.

Cuando se fue la lluvia, llegaron los silbidos. “¡Fuera, fuera, fuera!”, gritaban. Querían que se marchara el secretario de Seguridad Pública del DF, Manuel Mondragón, quien en su Harley Davidson se colocó al frente unos segundos, hasta que se tuvo que ir.

“¡Fuera, fuera, fuera!”, gritaron contra reporteros, camarógrafos. El enojo contra todo, contra todos flotaba en el viento húmedo.

A las cinco y media de la tarde empezaron a caminar. Así, porque sí, sin que alguien diera la orden. En la primera línea iban los líderes de agrupaciones organizadoras. Pero a los pocos metros, ya iban adelante decenas de personas. Luego centenares. después, miles.

Avanzaron. En vano, jóvenes voluntarios intentaban recordar a manifestantes que era una marcha silenciosa. Así, por Paseo de la Reforma, y luego en avenida Juárez, y en Madero, volaban los: “¡No más secuestros!”... “¡Sino pueden renuncien!”... “¡Ya basta!”.

A las seis y cuarto entraron los primeros a la Plaza de la Constitución. Ya estaba la multitud. Formaron una valla. Nadie les impedía el paso, pero respetaban las líneas de cal trazadas entre el asta bandera y el inicio de la plancha.

Y ahí en el corazón del país otra vez a esperar. Llegaba poco a poco el río humano, nutría a la blanca mar. Y de ella brotaban como en oleaje los reclamos: “¡Que se vaya Ebrard!”, de un lado, “¡Que se vaya Felipe!”, de otro. “¡Esto no es de partidos!”, nació, creció otro coro. “¡Fuera, fuera!”, corrieron a una mujer que llevaba una capa con frases contra la reforma petrolera y en favor de su líder.

El cielo estaba otra vez cargado de nubes. A las ocho de la noche alguien encendió una vela, luego fueron más. Una voz entonó el Himno Nacional, se le unieron otras. Reunidos estaban los de ropa fina y los de prendas baratas, los del blanco de marca y los del pirata.

Del humano mar se hicieron corrientes que iban a todos lados y a ninguno. Se apretujaban los cuerpos. Crecía el desconcierto.

Fue a las ocho y media cuando estalló el silencio. Un silencio cansado. Luego, el canto de bronce, y el alarido, y se encendieron miles de fuegos. Y renacieron incontenibles los gritos.

Llegó la noche. Halló veladoras en la plaza. La gente volvía a su casa. El miedo también.

UniversalPortada

Cartón: Hernández



Jornada: Marcha anticrimen

■ México quiere paz, claman alumbrados por veladoras mientras lanzan globos blancos

Decenas de miles corean en el Zócalo el reclamo: “¡si no pueden, renuncien!”

■ Ignorando la instrucción de los organizadores, muchos llevan pancartas, algunas contra Calderón

Arturo Cano

A la hora programada, y a pesar de que los desesperados se habían adelantado con las estrofas cuatro o cinco veces, se canta el Himno Nacional, se apagan las luces de Palacio Nacional, los marchistas batallan para mantener encendidas sus veladoras, doblan las campanas de Catedral y el enorme sapo que Alejandro Martí soltó hace unos días se apodera del corazón del país: “¡Si no pueden, renuncien!”

El enorme sapo de Martí, que la clase política tragó –con una excepción– sin hacer gestos, es el grito más coreado en una marcha que, según los organizadores, sería silenciosa, saldría a las seis de la tarde en punto y haría su recorrido del Ángel de la Independencia al Zócalo sin ninguna pancarta.

Ninguna de las previsiones de los organizadores se cumple. Entre 80 y 200 mil personas, según diversos reportes de la Secretaría de Seguridad Pública local, avanzan por Reforma, pasan al lado de la Alameda y llegan a la Plaza de la Constitución a la hora y por la ruta que quieren; cargan mantas y cartelones, y se solazan lanzando la advertencia de Alejandro Martí a gritos rítmicos y persistentes: “¡Si no-pue-den, re-nun-cien!”

Con el Zócalo a oscuras, los marchistas, vestidos de blanco, alzan sus veladoras, linternas y celulares, celebran con una ovación las campanas de la Catedral y siguen con el segundo y el tercer gritos de la tarde noche: “¡México quiere paz!” y “¡Sí se pudo!”

La marcha de la indignación y la mano dura

Antes de la cita, los tempraneros comienzan a dejar sus automóviles en las calles aledañas. Otros, previsores, toman el Metro; una aventura para muchos de los asistentes, si nos atenemos a su evidente falta de pericia en el transporte público. “¿Segura que es en Sevilla?” –pregunta una marchista de blanco a otra. Se bajan en Insurgentes.

En las salidas del Metro, avezados vendedores ambulantes ofrecen banderitas blancas, con leyendas e imágenes que recuerdan aquel “Yo voto por la paz”, de Ernesto Zedillo.

Los marchistas llegan en grupos de amigos y familiares. La ropa, los fenotipos, evidencian una marcha, como define una muchacha, “de clase media para arriba”.

Para algunos es la primera vez, pero la mayoría de los consultados estuvieron aquí en 2004.

Rodrigo Castañeda –joven de San Miguel Chapultepec, quien a tono con los tiempos se enteró y decidió participar gracias a Facebook– avanza por la Diana con dos demandas: legalizar las drogas, para acabar con las mafias del narcotráfico, y pena de muerte para los autores de delitos graves.

La exigencia de pena de muerte, que se repite en carteles, mantas y globos blancos, es una de las más socorridas por los manifestantes que colocan veladoras, casi todas de la misma marca, en la escalinata del Ángel de la Independencia. “Estamos hasta el copete de que no haya seguridad”, dice un hombre calvo y grandote que pone su veladora. También vino en 2004, pero a la pregunta de qué se logró con aquella marcha responde entre risas: “no sé, no sé”.

En cambio, el ingeniero Carlos Álvarez, un hombre maduro, tiene una explicación: dice que la estrategia del presidente Felipe Calderón sí funciona porque ha cerrado la puerta a los narcos, cuando otros gobiernos negociaron con ellos. Y dice que no funciona porque los narcos se están dedicando a otros negocios, como el secuestro.

El ingeniero Álvarez también tiene una solución: “colgar de los huevos a las cabezas, pero no El Chapo Guzmán y otros, sino los verdaderos jefes”.

En otro extremo del Ángel, el constructor Enrique Nates, acompañado por familiares y amigos, sostenía una manta igual de ruda que la opinión anterior: “Reiteramos: que nos gobiernen, juzguen y cuiden las putas, ya que sus hijos nos han fallado”.

Nates no resiste la primera pregunta: “es una catarsis, es sólo decírselos en sus caras. Ya sabemos que no van a hacer nada, no les creemos”.

Nates votó por Vicente Fox, por Andrés Manuel López Obrador para jefe de Gobierno y por Felipe Calderón: “siempre la riego en grande”, dice, antes de proponer un registro ocular y dactilar de todos los servidores públicos, y algo más: que a los secuestradores sorprendidos in fraganti se les ejecute ahí mismo, sin más trámites.

–¿Como don Porfirio, primero mátenlos y luego virigüan?

–Así, exactamente.

“¿Por qué no todas las víctimas son escuchadas?”

No todos, claro, vienen poseídos por el espíritu de Hammurabi. Ana, Gabriel, Daniel, María, Francisco y Guillermo, todos estudiantes de la Universidad Iberoamericana, cargan una manta que dice: “Son muchas las víctimas. ¿Por qué sólo algunas son escuchadas?”

“Venimos a representar a aquellos que no tienen poder mediático”, dice uno de ellos. Y entre todos hablan de las dos conductoras triquis de una radio comunitaria, de las comunidades chiapanecas, de las muertas de Ciudad Juárez. “No queremos menospreciar a nadie, pero ¿quién marchó por las triquis”.

Cerca de ellos avanzan un par de mujeres que no dejan de rezar, con una imagen del papa Juan Pablo II y una manta: “México, no mates a tus hijos”.

Aquí y allá hay mantas que aluden a casos, a tragedias concretas: “Me secuestraron”, “Asesinaron a mi hijo y no hay justicia”, “Devuélvanme a mi mamita”.

Dominan, ni modo, los letreros de lógica implacable: “No mantengas a los criminales, apoya la pena de muerte”.

Sin embargo, en una estación de radio que reporta en vivo, la locutora dice que la demanda central de los marchistas es “cadena perpetua” a los secuestradores, como propuso el presidente Calderón, sin considerar que para sobrevivir las penas actuales Daniel Arizmendi no tendría que ser El Mochaorejas, sino Matusalén.

Las televisoras y las veladoras

Promotoras destacadas del acto, las televisoras despliegan todos sus recursos y transmiten en vivo los pormenores del recorrido. Tv Azteca instala templetes en cada glorieta. Un servicio informativo por Internet distribuye sus mejores materiales en un cd con el título México secuestrado.

El amplio despliegue provoca que detrás de la conductora de espectáculos Martha Figueroa se escuchen gritos de “¡fuera Calderón!”.

Televisa pone al frente a los conductores de sus noticieros principales. Celebra la que califica de “exitosa marcha” como un triunfo propio. Puede ser que, como dijera El Tigre Azcárraga, su televisora entretenga a los “jodidos”, sí, pero no es a ellos a quienes convoca a la movilización, sino a las clases medias y altas.

Como la señora María de la Luz Castro, quien viene acompañada por dos amigas, mayores también. “Siempre ha habido robos, pero no como ahora, con violencia, y los secuestros que han sufrido personas allegadas, todo se agudizó desde que el PRD llegó al gobierno de la ciudad”, dice la señora Castro.

–Pero hay marchas como ésta en muchas ciudades que no gobierna el PRD.

–López Obrador se está dedicando sólo a violentar.

–¿Y Calderón?

–Él está haciendo todo lo posible, y sigue avanzando paso a pasito.

Así llega al Caballito donde, quizá porque ahí despachan los senadores, arrecian los gritos de “¡renuncien!”.

Más adelante trata de incorporarse a la marcha el empresario Alejandro Martí, cuya tragedia personal –el secuestro y asesinato de su pequeño hijo– “derramó el vaso” de la indignación ciudadana, como dicen los organizadores de la protesta.

El empresario intenta unirse a la caminata, pero es impedido por la nube de fotógrafos y curiosos que quieren lanzarle gritos de aliento, o simplemente mirarlo.

“Fuera corrupción, fuera impunidad”, alcanza a decir antes de regresar al vestíbulo de un hotel frente a la Alameda.

En el Zócalo, muchos no quieren esperar. Prenden sus veladoras, cantan el Himno antes de tiempo.

Decenas de globos blancos son lanzados al aire. Una ovación. Algunos globos dicen “pena de muerte”.

Poco antes de las 20:30 horas entra por la avenida 20 de Noviembre la descubierta de los organizadores.

No hay discursos, ni siquiera un maestro de ceremonias que indique cuándo entonar el Himno. Por eso, en un punto de la plaza cantan el “masiosare” cuando en otro apenas van en el “sonoro rugir del cañón”. Es lo de menos. La marcha termina libre de incidentes, con policías desarmados en todo su trayecto, con camiones gratuitos al final.

Todavía no finaliza el Himno, cuando ya un mar de paraguas se apodera de las calles. La plaza se vacía a una velocidad nunca vista. Unos pocos han previsto su salida: dos grandes camionetas blindadas, seguidas de camionetas con escoltas vestidos de traje y corbata, salen por la avenida Pino Suárez, mientras un río humano se desliza sobre el asfalto mojado.

En la plancha del Zócalo se mantiene, pese a que lo han increpado, Juanito Acosta Rafael. “Es una manifestación libre”, se defiende. Se ha colocado un sombrero que dice: “Los delincuentes están en Los Pinos”. Y aguanta solo su manta: “Bienvenidos a la marcha de los pirrurris”.

Corren al titular de la SSP-DF

Minutos antes de las 17 horas, el titular de la SSP-DF, Manuel Mondragón y Kalb, arribó a la glorieta del Ángel de la Independencia para coordinar a los más de 3 mil elementos que desplegó la corporación a su cargo.

Al observar el convoy policiaco, algunos de los marchistas empezaron a gritar contra el servidor público, ante lo cual optó por retirarse del lugar y realizar su trabajo desde otro punto.

Con información de Agustín Salgado

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