domingo, 22 de febrero de 2009

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Cartón: Omar

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Cartón: Hernández

Jornada: Mario Di Costanzo

Antes muerto que vendido
Mario Di Costanzo Armenta

Más rápido que pronto, los directivos de Citigroup aclararon los rumores que surgieron sobre la posible venta de Banamex haciendo énfasis en que su subsidiaria en México por ningún motivo será vendida, ya que sigue siendo considerada un elemento central en las futuras operaciones de este banco estadunidense.

Y es que nadie, absolutamente nadie en su sano juicio se desprendería de un banco que opera y ha operado en nuestro país con toda clase de apoyos gubernamentales, legales e ilegales, que le han permitido obtener durante los últimos siete años utilidades por aproximadamente 80 mil millones de pesos, cifra que representa entre 15 y 20 por ciento de las utilidades mundiales de Citigroup (que tan sólo en nuestro país controla 22 por ciento del mercado).

Para corroborar lo anterior basta mencionar que en mayo de 2001 quedó registrado en la historia financiera del país como la fecha en que las autoridades financieras mexicanas permitieron la ilegal e inmoral venta de uno de los bancos más grandes de lo que alguna vez fue el sistema bancario nacional.

Así, la venta de Banamex fue la síntesis del costoso fracaso de la estrategia implementada en 1995 por el gobierno federal para rescatar a los bancos. La negligencia, la corrupción, los conflictos de intereses y el costo fiscal generado a los contribuyentes mexicanos como resultado de las acciones llevadas a cabo por el Fobaproa estuvieron presentes en la multimillonaria operación, por medio de la cual el gigante estadunidense Citigroup adquirió el Banco Nacional de México (Banamex).

La ilegalidad en el rescate de Banamex parte del hecho de que el propio trabajo de investigación ordenado por el Congreso mexicano en 1998 y conocido como Informe Mackey revela que el banco no requería de los apoyos financieros otorgados por el Fobaproa, en virtud de que su índice de capitalización (situación financiera) era aceptable de acuerdo con los estándares establecidos por las normas de esa época.

Este diagnóstico fue confirmado años más tarde por el órgano interno de control del Instituto de Protección al Ahorro Bancario (IPAB) y por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), que inclusive manifestó la necesidad de descontar 9 mil 600 millones de pesos de la deuda que el gobierno tenía con Banamex, en virtud de haber sido producto de operaciones consideradas ilegales.

Lo anterior provocó que Vicente Fox interpusiera una controversia constitucional contra la ASF para evitar que dicha suma le fuera descontada al banco. En este punto, por cierto, cabe señalar que la elaboración de esta controversia a favor de Banamex le fue encargada a Luis Mancera Arrigunaga, ex procurador fiscal y primo de quien fuera director del Fobaproa, Javier Arrigunaga.

Y es que entre 1995 y 1997 el Fobaproa le otorgó apoyos a Banamex mediante la compra de cartera (créditos chatarra), por aproximadamente 50 mil millones de pesos a valor histórico, que para mayo de 2001 ascendían a casi 80 mil millones de pesos.

Estos ilegales apoyos fueron aprobados en su momento por los integrantes del Comité Técnico del Fobaproa, entre los que se encontraban Javier Arrigunaga, entonces director del Fobaproa y quien después se convertiría en director de Operaciones de Banamex; Francisco Gil Díaz, quien años después se desempeñaría como director general de Avantel y posteriormente como secretario de Hacienda de Vicente Fox; y Jonathan Davis, quien a la postre sería designado presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y quien durante el rescate bancario fungió como tesorero de la Federación y en tal carácter, con su firma, avaló la ilegal deuda adquirida por el gobierno.

Así, ante la pasividad y complacencia de las autoridades financieras, que sólo se limitaron a señalar que nada podían hacer en virtud de que se trataba de un asunto entre particulares, el 17 de mayo de 2001 Roberto Hernández anunció la decisión de vender Banamex al gigante financiero Citigroup en 125 mil millones de pesos, mediante una operación que se llevaría a cabo a través de la Bolsa de Valores y, por lo tanto, estaría exenta del pago de impuestos.

La realidad es que a todas luces fue ilegal considerar a la operación como un asunto entre particulares, pues el gobierno había rescatado a Banamex con dinero público: luego entonces, el banco existía debido a los apoyos otorgados por el gobierno.

De hecho, al momento de su venta Banamex tenía pagarés del Fobaproa registrados en su Activo Contable por 73 mil millones de pesos (pagarés a cargo del gobierno federal y los contribuyentes). Esta cantidad representaba 58 por ciento del valor total de la venta, lo que significa que sin los pagarés del Fobaproa el grupo financiero Banamex no hubiese podido ser vendido en ese precio. O bien, que ese 58 por ciento de lo que Roberto Hernández recibió por la venta del banco debió ser para el gobierno federal y para los contribuyentes.

Sin embargo, como resultado de la operación ni siquiera se pagaron impuestos. Por ello, la venta de Banamex a Citigroup se puede considerar como el crimen perfecto, ya que los acusados (es decir, los que permitieron su ilegal rescate) se convirtieron a la postre en los jueces que debieron intervenir en la sanción de su venta. Y los asesinados, como siempre, fueron millones de mexicanos.

Vale recordar que Agustín Carstens, quien entonces se desempeñaba como subsecretario de Hacienda, fue quien tuvo la última palabra que permitió la inmoral e ilegal venta de Banamex.

Por ello, y en virtud de contar con todas las complacencias del gobierno mexicano que se ha empeñado en continuar como rehén de cuatro instituciones bancarias extranjeras, entre ellas Banamex, los directivos de Citigroup han señalado con respecto de su subsidiaria en México antes muerto que vendido.

Jornada: PIB



lveraFoto Francisco Olvera

Israel Rodríguez J.

Después de conocerse la caída del producto interno bruto (PIB) en 1.6 por ciento durante el cuarto trimestre de 2008, analistas financieros confirmaron que la economía mexicana ha entrado a una etapa de plena recesión al estimar que cuando menos en los próximos tres trimestres se registrará una contracción relevante para nuestra economía.

El consenso de los especialistas prevé que en este año el desplome del PIB oscilará entre 1.9 y 2.4 por ciento, registrándose importantes caídas anuales de la actividad industrial.

Los expertos del grupo financiero Ixe estimaron que durante los tres primeros trimestres de 2009 seguirán registrándose caídas anuales en el PIB, lo que implicaría una contracción relevante para nuestra economía durante este año.

Por su parte especialistas del grupo financiero Invex prevén que la contracción en la economía en este año será cercana a 2 por ciento (1.9 por ciento). El crecimiento anual (1.3 por ciento) se ubicó en línea con nuestro estimado; sin embargo, la tasa trimestral anualizada (menos 1.6 por ciento) sorprendió fuertemente a la baja. Si estimábamos una contracción, pero no tan pronunciada. El hecho de que la actividad haya caído a tal velocidad de un trimestre a otro sugiere que la economía del país atraviesa por una situación preocupante, advirtieron.

Debilidad económica

Los expertos del grupo Financiero Banamex, filial del global Citi, comentaron que estas cifras confirman una importante contracción de la actividad económica en el último trimestre de 2008, con una caída de 10.3 por ciento en la tasa trimestral anualizada, en contraste con el incremento de 1.6 por ciento durante el trimestre previo.

Estimamos que la debilidad de la actividad económica persista durante 2009, debido a la crisis global, y en particular la recesión de Estados Unidos, por lo cual reiteramos nuestro pronóstico de una contracción del PIB de 2.4 por ciento en el año.

Los datos económicos siguen en terreno negativo y confirman la debilidad de la economía mexicana. Por ejemplo, el resultado de la producción industrial en México al mes de diciembre de 2008, dado a conocer durante la semana pasada, reflejó un retroceso anual de 6.7 por ciento (octavo mes consecutivo a la baja), caída mayor al pronóstico del mercado situado en menos 5.70 por ciento.

La caída total de 2008 para el sector industrial fue de 1.30 por ciento. En este sentido, se preveía el retroceso debido al débil comportamiento reciente en materia de construcción, manufacturas (sobre todo, automotriz) y minería, así como menor actividad en los rubros de electricidad, gas y agua.

Los resultados sectoriales a tasa anual fueron de la siguiente manera: construcción, menos 7.1 por ciento; manufacturas, menos 6.6 por ciento, derivado de la menor producción de la mayoría de las actividades que las integran, destacando caídas de la fabricación de equipo de transporte, productos a base de minerales no metálicos, industrias metálicas básicas y maquinaria y equipo, entre otros; electricidad, gas y agua cayó 5.3 por ciento, luego de 34 meses de mostrar comportamiento positivo; minería se mantuvo en terreno negativo mostrando una disminución anual de 6.7 por ciento, debido a la caída de la producción petrolera (7.3 por ciento).

Con datos desestacionalizados, el indicador registra un retroceso de 4.68 por ciento, lo que sugiere que las caídas en el indicador continuarán en los próximos meses. De hecho, los analistas esperan que la producción industrial muestre variaciones anuales negativas, siendo la más pronunciada en abril, con una contracción de 13 por ciento anual, y permaneciendo en terreno negativo hasta el final del año cuando se espera un retroceso de 4.8 por ciento anual.

Los recientes reportes de producción y exportación de automóviles en enero (caídas de 28 y 51 por ciento, respectivamente) anuncian que el panorama seguirá siendo complejo para el sector industrial.

La depreciación del peso es insuficiente para reactivar las exportaciones porque el mayor efecto sigue siendo la menor demanda en Estados Unidos. De hecho, también durante la semana pasada se confirmaba la pérdida de empleos formales en más de 128 mil de diciembre a enero, y una reducción de casi 239 mil plazas en el último año.

La caída de la producción industrial confirma que la economía mexicana se contrae más de lo esperado y sugiere que el Banco de México continuará con su política de reducción de tasas, aseguraron los analistas de Ixe.



Jornada: Venezuela

Los medios, cabeza visible de la política de desestabilización

Tv, radio y prensa, casi 90% en manos de la iniciativa privada

El funcionario integró en los años 60 la guerrilla venezolana en el estado de Falcón. Era conocido como comandante Fausto y encabezó la lucha contra el Pacto de Punto Fijo, propuesto por Rómulo Betancourt, para que AD, Copei y URN apuntalaran la naciente democracia después de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez (1952-1958)

Josetxo Zaldúa
Enviado

Caracas, 21 de febrero. Durante casi 20 años fue conocido como comandante Fausto. Era uno de los líderes de la guerrilla venezolana asentada en el estado de Falcón. De extracción comunista, Alí Rodríguez Araque (1937) se levantó en armas durante los años 60 contra el llamado Pacto de Punto Fijo, que sirvió para repartir el pastel político, y todo lo demás, entre los socialdemócratas de Acción Democrática (AD) y los socialcristianos de Copei.

Se reintegró a la política sin fusiles en 1980, pero escuchándolo, da la impresión de que continúa en la selva. Mirada escrutadora, desconfiada; mide sus palabras, tal vez porque hoy está, junto con su presidente Hugo Chávez, en el centro de las diatribas opositoras. Es ministro de Economía y Finanzas, y sus adversarios no lo bajan de ignorante, de diletante. No mueve un músculo de su enjuto rostro cuando el reportero le dice lo que afirman de él.

–¿Habrá ahora, después del referendo constitucional del domingo, un acuerdo nacional para rebajar el encono político?

–Para bailar tango hacen falta dos, y sólo veo uno. El problema que tenemos en el gobierno es que no vemos interlocutor en el bloque de oposición. Es verdad que 5 millones de venezolanos en edad de votar optaron por el no, pero no tenemos con quién hablar. Ese vacío de liderazgo político en la oposición ha sido llenado por algunos medios de comunicación, y hablo de televisión, radio y prensa escrita, que están en manos privadas y controlan casi 90 por ciento de los medios informativos nacionales. Ellos son la cabeza visible de la política de desestabilización que quieren imponer en el país.

–¿Entonces hay que descartar toda posibilidad de diálogo?

–No hay que descartar nada, o casi nada, cuando se habla de política, pero nuestro gobierno tiene un compromiso con el pueblo y lo va a cumplir. A partir del mutuo respeto, y eso es fundamental, nosotros estamos dispuestos a conversar con todos. El problema es que desde la oposición todavía no han propuesto una línea alternativa a cualquiera de nuestras políticas, a lo que nosotros hacemos.

No dejan de criticar cada paso que damos. Según ellos todo lo hacemos mal. Y esa actitud muestra una nula disposición al diálogo. Es verdad que una parte de la oposición muestra un talante más democrático, pero los que mandan, con los medios a la cabeza, son los sectores golpistas. Así no es posible dialogar.

–A tenor de sus palabras, ¿qué futuro le espera a las televisoras y las radios que, según ustedes, encabezan a la oposición golpista?

–Si usted me pregunta eso pensando en la no ampliación de la concesión a Radio Caracas Televisión, le tengo que decir que no hay que aventurar nada en esta materia. Sí, debo reconocer que a nuestro gobierno le gustaría un poco más de imparcialidad a la hora de abordar la crítica. Y no estoy hablando de objetividad, hablo de imparcialidad. Lo que está mal es que el dueño de la televisora Globovisión haya organizado la reunión, en Puerto Rico, entre la oposición venezolana y el Partido Demócrata Cristiano de Chile. Y sabemos que ahí los chilenos les dijeron cómo fue que los medios de prensa y los empresarios de ese país jugaron para derrocar al presidente Salvador Allende.

No creo que ese sea el papel de los medios de comunicación, y tampoco me parece que los medios de comunicación tengan como fin último emponzoñar la convivencia. Lo único que pedimos es más responsabilidad. Entre la gente hay un evidente clima de fatiga, de falta de confianza por la actitud de esos medios.

Alí Rodríguez, cuentan sus allegados, gustaba decir cuando estaba levantado en armas contra los cogollos (cúpulas) políticos (AD y Copei) que el objetivo de la guerrilla era dejar sus caballos a las puertas del Palacio de Miraflores. No llegó a dejar ningún caballo. Al palacio presidencial llega en un carro nada lujoso y nulamente blindado. Tratándolo da la impresión de ser un guerrillero veterano enfundado en traje de civil y pertrechado tras una pared de datos económicos y financieros.

–Cuando ustedes hablan de implantar en Venezuela el socialismo del siglo XX1, ¿de qué están hablando?

–Cada época ha tenido sus valores dominantes. Si para el capitalismo hoy en crisis el valor central era la ganancia sin importar a qué costo y a costa de quién, en el socialismo que nosotros vemos para Venezuela el valor supremo es el trabajo, es todo un sistema social más justo, basado fundamentalmente en las relaciones humanas. No estamos pensando en nacionalizar por nacionalizar. Hablamos de establecer, y lo estamos haciendo poco a poco, porque no es fácil, unas reglas de juego más equilibradas de tal modo que toda la sociedad sea beneficiada por la riqueza que general el país.

–¿Y eso cómo se hace?

–Desde la década de los años 70, ya con con boom petrolero alcanzó su máxima expresión, el Estado venezolano gozó de un caudal de ingresos que no fue capaz de manejar con inteligencia, con sensibilidad. Por eso la situación de Venezuela, país rentista por excelencia, es tan atípica. Aquí el empresariado fue formado y alimentado por los diferentes gobiernos de AD y Copei. Ha sido una suerte de ley histórica. El capitalismo venezolano es un capitalismo rentístico.

“El reto es pasar de ese estado de cosas a una economía que tenga como principio rector el valor del trabajo. Ahí está el eje de lo que llamamos ‘socialismo del siglo XXI’. Tenemos la obligación de desplegar y potenciar nuevas fuerzas productivas a fin de neutralizar la excesiva concentración poblacional en los grandes centros urbanos porque, y es algo preocupante, 93 por ciento de la población vive en las zonas urbanas. La gente vive mayoritariamente en el norte del país pese a que la mayor parte del agua está en el sur. Tenemos que revertir la tendencia.

Venezuela importa 40 por ciento de los alimentos que consume, que es mucho, y tampoco estamos mejor en otros sectores. Necesitamos restructurar el andamiaje, necesitamos un nuevo sistema financiero, tenemos que canalizar los excedentes para la construcción de viviendas dignas, a la productividad. Es urgente, también, invertir mucho más en ciencia y tecnología. No se puede hablar de socialismo sin que por medio haya una revolución cultural, un cambio de valores en la sociedad. Ahí está el reto.

–¿Qué están haciendo frente a la crisis mundial?

–No estamos mal parados y estamos seguros de que este año no habrá apretones, aunque los recortes en el gasto público ya se están analizando. Pero la reducción del gasto público en ningún caso afectará los planes de desarrollo productivo. Ahora no estamos mal pero todo dependerá de la duración de la crisis económica. Nuestra ventaja es que ahora mismo disponemos de 52 mil millones de dólares en el Fondo Nacional de Desarrollo, y todo ese dinero es para inversión productiva. Tenemos la urgente tarea de satisfacer el mercado interno.

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