jueves, 28 de junio de 2007

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Jornada: Las mentiras de Espino



Entrevista a MANUEL ESPINO BARRIENTOS, PRESIDENTE DEL PARTIDO ACCION NACIONAL

En 2006 sólo hicimos lo necesario para triunfar

En el blanquiazul me han querido tumbar, pero aqui sigo

A un año de la elección presidencial, niega que el PAN haya orquestado la guerra sucia contra Andrés Manuel López Obrador; afirma que la provocación surgió del tabasqueño, y alaba la labor de Felipe Calderón en el Ejecutivo

GEORGINA SALDIERNA

Convencido de que no es un dirigente débil, a pesar de la rechifla y del revés que sufrió en la asamblea nacional de su partido, el presidente del PAN, Manuel Espino Barrientos, revela que en varias ocasiones lo han querido "tumbar" del cargo, sin éxito.

A un año de las elecciones del 2 de julio, evalúa sin ápice de autocrítica lo que fue el proceso comicial más controvertido en la historia reciente del país, del cual la tercera parte de la población considera que fue fraudulento, según afirman expertos.

De manera inusitada, rechaza que el PAN haya impulsado como estrategia de campaña la llamada "guerra sucia" contra Andrés Manuel López Obrador.

"La provocación, la agresión verbal y a ratos hasta física, en ciertos lugares del país, corrió a cargo del competidor más cercano y sus colaboradores", acusa en alusión al ex candidato presidencial de la coalición Por el Bien de Todos.

La elección ya es historia

En entrevista con este diario, considera que el tema de los comicios ya es historia y ahora lo importante es que "la mayoría de los mexicanos se sienten satisfechos" de lo que hace el gobierno del presidente Felipe Calderón.

Después del duro golpe que representó el abucheo y perder el control del PAN al imponerse los calderonistas -en alianza con otras expresiones- en el Consejo Nacional, Espino Barrientos se muestra cuidadoso cuando habla del jefe del Ejecutivo federal.

Ratifica que el michoacano tiene pleno respaldo del PAN. "Nunca hemos dejado de dar la cara por el gobierno emanado de nuestra organización, y así lo seguiremos haciendo, pero siempre conservando la autonomía del partido, que es una disposición no de Manuel Espino, sino del PAN de toda la vida, desde nuestros fundadores", subraya.

Identificado con la ultraderecha, aunque siempre ha negado ser integrante de El Yunque, ratifica que el futuro del PAN en su relación con el gobierno está en manos de los nuevos consejeros. "Por lo pronto tenemos una tarea que atender hasta febrero-marzo del próximo año", sostiene en referencia a la fecha en que termina su gestión al frente del blanquiazul.

-A un año de las elecciones del 2 de julio, ¿cuál es su balance acerca de ese proceso?

-Las elecciones se han evaluado de manera suficiente por el partido y por la autoridad electoral. Fue un triunfo legítimo, sustentado en votos, y esa legitimidad ha venido haciéndose patente todos los días con el trabajo del gobierno de la República. Hoy por hoy el presidente Calderón tiene una aceptación muy favorable, no solamente dentro, sino también fuera del país.

"De las promesas de campaña ya ha iniciado el cumplimiento de muchas. Ahora mismo está promoviendo una iniciativa de reforma hacendaria, y en su ofrecimiento de convertirse en el presidente del empleo ha avanzado mucho. En fin, me parece que está haciendo bien su tarea. Nos sentimos muy contentos. Tenemos mucho que celebrar el 2 de julio. Yo diría dos cosas fundamentales: que los mexicanos nos dieron un triunfo inobjetable y que ese triunfo inobjetable ha valido la pena por el buen desempeño del gobierno de la República.

-¿Qué le parece que se tuvo que recurrir a lo que muchos llaman la guerra sucia contra Andrés Manuel López Obrador?

-La estrategia que se instrumentó fue la que en ese momento quienes estaban en el diseño de la misma consideraron conveniente. Finalmente una estrategia se mide por los resultados. Nosotros queríamos ganar la Presidencia de la República y la ganamos, pero de ninguna manera aceptamos que haya sido una guerra o una campaña sucia.

"Creo que la provocación, la agresión verbal y a ratos hasta física, en ciertos lugares del país, corrió a cargo del competidor más cercano y sus colaboradores. Pero eso ya es historia. Lo importante es que hoy los mexicanos se sienten, en su gran mayoría, satisfechos de lo que hace el gobierno del presidente Calderón.

"Faltan cinco años y medio de gestión de gobierno del presidente Felipe Calderón y hay que acompañarlo. Hay que generar unidad de propósito en el país en torno del trabajo que hace el gobierno de la República."

El PAN no dividió a la población

-Si bien es un hecho que ya pasó, es cierto que la táctica utilizada dividió a los mexicanos.

-Yo no acepto que se acuse al PAN de haber instrumentado una estrategia que dividió a los mexicanos -refuta el duranguense.

"Tan no es así que la mayoría votó por Felipe Calderón y por el PAN, y eso permitió que ganáramos la Presidencia de la República y que por primera vez seamos mayoría en el Senado y en la Cámara de Diputados. De manera que nunca fue una estrategia para dividir, sino para unir, y además, una vez que ganamos la elección, ya como presidente electo y después como presidente de la República, Felipe Calderón ha estado invitando a la unidad, al diálogo, a la reconciliación.

"Quienes por necesidad o por estrategia política no quieran atender el llamado del Presidente y de las voces sensatas de los mexicanos que están interesados en el progreso del país, allá ellos, pero nosotros convocamos a todos y aprovechamos la celebración del 2 de julio para insistir en la unidad nacional."

-No hubo guerra sucia, pero se tuvo que llamar a la conciliación. ¿No le parece incongruente?

-¡No, de ninguna manera! Si alguien se enoja porque perdió, ni modo. Y si por haber perdido se inconforma y se retira del diálogo, hay que llamarlo a la reconciliación, a sumarse. Pero eso no significa que haya habido una guerra. Yo entiendo que hubo muchos mexicanos que se sintieron lastimados, tristes o enojados porque no ganó el candidato al que apoyaban, pero finalmente eso no justifica a nadie para darle la espalda al país.

"Creo que todos estamos obligados. Independientemente de nuestra filiación política, de nuestro credo religioso y de nuestro nivel social, todos tenemos el deber de apoyar a nuestro país y al Presidente de México", dice Espino presuroso, a punto de salir de sus oficinas en el PAN para acudir a un compromiso.

-Al concluir la campaña se habló mucho de que Felipe Calderón ganó a pesar de su partido.

-Nunca escuché eso. Si alguien lo dijo, me parece que fue una verdadera insensatez. Pero no creo que alguien lo haya dicho. ¿Quién lo dijo?

-Se dijo en el equipo de campaña y en el propio partido.

-Es absurdo. Nunca el PAN había apoyado tanto como en esta ocasión. Si alguien lo dijo es una insensatez. Está acreditado que fue un apoyo contundente, inobjetable, sin el cual, además, no hubiésemos ganado las elecciones.

-Cómo parte de ese respaldo ¿usted habló con los gobernadores del PRI?

-Hice lo que tenía que hacer para ganar la Presidencia de la República y ahí está el resultado.

-¿Adónde va el PAN después de la asamblea nacional?

-Uno de los temas importantes es la relación partido-gobierno, y esto lo vamos a retomar con el nuevo Consejo Nacional, el cual decidirá por dónde debe caminar el PAN.
En la entrevista, Manuel Espino sostiene que su partido nunca ha escatimado respaldo a la administración de Felipe Calderón, y ya casi para retirarse de sus oficinas alude a los desencuentros que ha tenido. "En varias ocasiones me han querido tumbar, pero aquí sigo", concluye, seguro de que no es un dirigente débil.

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