jueves, 20 de septiembre de 2007

MilenioPortada


Cartón: Helioflores


UniversalPortada


Cartón: Hernández


Cartón: Helguera


Cartón: Fisgón


Jornada: Astillero


Astillero
Julio Hernández López Fax: 5605-2099 •
juliohdz@jornada.com.mxhttp://www.juliohernandez.com.mx
La guerra de las colas
Chente y su riqueza; Felipe y su 0.56%
¿Cuál tendrá menos largor que le pisen?
Quinazo calderónico sólo puede haber uno
Felipe Calderón tiene frente a sí la difícilmente repetible oportunidad de mostrar que a lo largo de casi 10 meses ha acumulado suficiente poder como para enfrentar y castigar a su antecesor, que se ha convertido en símbolo viviente de impunidad y en prueba ruidosa de impotencia de la actual administración federal.
No se trata solamente de establecer preferencias empresariales en materia de bebidas gaseosas (el pasado martes, Los Pinos recibió a Indira Nooyi, presidenta mundial de Pepsi Cola, atrevimiento refresquero felipense si se recuerda que Vicente Fox fue el presidente cocacolero) sino de plantear ante los mexicanos cuál de los dos panistas “empoderados” tiene la cola más corta (o menos larga): si un ex presidente metiche, que es capaz de exhibir una pequeña porción de su enriquecimiento sexenal en páginas de revistas de frivolidades y que está en busca de presidir una organización internacional de derecha, o el formal presidente en funciones al que el antecesor parecería tener agarrado de los buenos (léase “güenos”) oficios de defraudación electoral que realizó para instaurar con 0.56 por ciento de diferencia a un candidato sin chispa al que desde ese momento de complicidad transicional se le mojó la pólvora en cuanto a acciones justicieras contra los grandes pillos del pasado presente.
Cola contra cola: corrupción contra ilegitimidad; fraudes económicos desde el poder y fraude electoral para llegar a ese poder. Vicente se robó el dinero público (o hizo negocios a partir de él) y Felipe se robó la Presidencia. ¿Quién está en condiciones de acusar a quién? ¿Felipe se atreverá a moverle el tapete a Chente (esposa, e hijos y familiares de la parejita), bajo riesgo de que el sabidamente desbocado ranchero del Bajío suelte la sopa y revele secretos de la manera como El hijo desobediente fue instalado en la silla presidencial? ¿O Felipe aguantará vara porque no le queda de otra? y entonces elevará a doctrina oficial la teoría ugaldiana: si correr al presidente del IFE era aceptar que hubo fraude electoral, no actuar contra los excesos retadores de Fox será aceptar que éste tiene mucho más material paralizante y aniquilador que aquellas palabras de meses atrás, cuando socarronamente habló del desenlace de los comicios de 2006 como un desquite personal suyo.
El hombre de los muchos uniformes castrenses en el armario (militar de clóset) no tiene mucho tiempo para precisar si el país es Pelelandia (es decir, el mundo del Presidente LegaL) o hay espacio para que de facto el michoacano impugnado se vaya construyendo un poder relativamente autónomo. Si Vicente Fox llega a ser candidato a la presidencia de la Internacional Demócrata de Centro, y no se diga si llega a ganarla, Calderón estará atado de manos frente a la pareja ex presidencial que han formado Fox y Manuel Espino, los principales saboteadores de los planes del felipato.
Dado que Calderón ha mostrado gusto por la moda política retro (resurrección de rituales de corte priísta, como los informes multitudinarios y llenos de aplausos, los desfiles y las ceremonias cívicas aduladoras) bien haría en recordar las palabras de José López Portillo, quien proponía a todo presidente entrante “romper para estabilizar”. Ya ha pasado demasiado tiempo para que un golpe efectista parezca dotar de fuerza apabullante a un gobierno que con trabajos ha pretendido pasar como quinazo la detención del activista oaxaqueño Flavio Sosa. El entrampado Felipe sólo ha tenido, desde que tomó posesión y hasta la fecha, un solo punto de referencia para demostrar que tiene un poder (así sea de facto) y que está dispuesto a ejercerlo: las pillerías de Vicente, Marta, los hermanos Bribiesca y los hermanos Fox y Sahagún. Pero no es cuestión de voluntad sino de circunstancias: el tamaño de la cola por pisar de cada cual decidirá lo que se pueda hacer: complicidad o enjuiciamiento, castigo o impunidad, consolidación felipense o chantaje vicentino. ¿La Coca Cola seguirá siendo la bebida oficial de Los Pinos?
Astillas
En México, y con los gobiernos recientes, se vive en un permanente estado de alucinación política. He ahí al subprocurador federal, José Luis Santiago Vasconcelos, reivindicando en la República Dominicana el derecho del pueblo mexicano a “imponer por medio del terror la violencia como una forma determinada de gobierno”; facultad popular ésta que, “aunque no se ejerza”, “los terroristas no tienen derecho a usurparla”. La PGR debería hacer una publicación especial de esas palabras para difundirla con ahínco de ahora al 2010… El rector de la Pontificia Universidad de Guadalajara, Carlos Briseño, ha beatificado académicamente a Emilio González Márquez al declarar que “ha visto en él (en Emilio) una capacidad de visión propia de un estadista, para privilegiar los intereses de la población” (La Jornada Jalisco, nota de Jorge Covarrubias). No es gratuita la conversión del rector Vienteño (no son brisas, sino vientos los que mueven la veleta política del rector formal de la U de G) a las filas del panista que organiza lecturas de la Biblia en la casa oficial de gobierno y que se niega a repartir condones porque cree que luego tendrá que distribuir paquetes de cerveza y pases para moteles. Carlos Vienteño se ha aliado con González Márquez para que la Auditoría Superior del Estado de Jalisco no revise a fondo las cuentas de una casa de estudios que maneja dinero público conforme a intereses facciosos y “cuadra” los números a contentillo, con la anuencia de los presuntos contralores… Y, en tanto en México siguen los simulacros políticos y las evacuaciones ideológicas, en previsión de sismos sociales, ¡hasta mañana, mientras se toma en cuenta que la foxista propiedad campestre lucida en la revista Quién no es el llamado “rancho secreto”, La Estancia, de 300 hectáreas, más lujoso y más probatorio de corrupción, del que entre censura y desdenes informaron con todo detalle las periodistas Arelí Quintero y Anabel Hernández en un libro publicado en agosto de 2005!

Jornada: Inflación




Antes de que entre en vigor el impuesto a la gasolina ya aumentaron alimentos, luz y otros
En 9 meses el actual gobierno encareció 34.17% los básicos
Significa 7.5 veces el aumento a los salarios
Desde diciembre la gasolina subió 3.5%
Roberto González Amador


En apenas nueve meses y medio de la actual administración federal, el precio promedio de los productos que integran la canasta básica de consumo registró un incremento de 34.17 por ciento, 7.5 veces el aumento a los salarios concedido a los trabajadores en enero de 2007, según reportes oficiales.
Se trata de un alza de precios, que comenzó con la tortilla al comienzo del año, continuó esta semana con el alza al pan blanco, y que tenderá a mantenerse en cuanto comience el ajuste al costo final de la gasolina, que ya fue autorizado en el Congreso y cobrará vigencia en cuanto sea publicado por el Ejecutivo en el Diario Oficial de la Federación.
Desde diciembre de 2006, el precio de los 43 productos que integran la canasta básica de consumo ha subido en proporciones que superan con creces al repunte de la inflación general, que oficialmente es de 4.2 por ciento anual, con excepción del de la cebolla, que ha disminuido.
Esto ha ocurrido en un entorno en que el costo de la gasolina se ha elevado, de diciembre de 2006 a la fecha, en un promedio de 3.5 por ciento para ambos tipos de combustibles que ofrece Petróleos Mexicanos: Magna y Premium, según datos de la propia empresa.
Organizaciones de consumidores y representantes de la oposición política al gobierno denunciaron en la última semana que el incremento al precio de la gasolina desataría una escalada de precios, como tradicionalmente ocurre en el país cuando se mueve la cotización del energético.
La legislación aprobada la semana pasada en la Cámara de Diputados por los partidos Acción Nacional y Revolucionario Institucional establece que, en cuanto entre en vigor el nuevo impuesto, el precio se elevará dos centavos por mes durante un año y medio. Es decir, 36 centavos desde el valor actual. El Banco de México estimó que la aplicación gradual del impuesto al consumo de gasolina tendrá un impacto mínimo en el Indice Nacional de Precios al Consumidor, indicador que mide el comportamiento de la inflación.
Aun antes de que el efecto del nuevo precio de la gasolina se comience a expresar en la lista de precios de los productos de mayor consumo, las variaciones ocurridas en los últimos meses ya han superado con creces el aumento otorgado a los salarios.
En enero, el salario mínimo general tuvo un incremento de 4.1 por ciento. A mediados de este año, según el Banco de México, el incremento promedio en los salarios contractuales era de 4.26 por ciento y de 4.75 por ciento en el caso del aumento de los emolumentos en el sector manufacturero.
El incremento en las percepciones representa una fracción del alza registrada en el precio de los bienes de consumo básico, aun antes de que se comience a registrar el impacto de las gasolinas. Aunque los promotores del nuevo impuesto aseguran que no debe tener un impacto inflacionario, en comercios han comenzado a observarse algunas variaciones.
Desde diciembre de 2006 y hasta el 15 de septiembre pasado, el precio promedio de la canasta básica se elevó en 34.17 por ciento, mientras el costo promedio de los alimentos considerados en ese universo repuntó 36.01 por ciento, estableció una medición de la Procuraduría Federal del Consumidor y de la Secretaría de Economía.
Algunos ejemplos son: en diciembre de 2006 el precio de un kilogramo de harina de trigo era de 5.25 pesos, que creció la semana pasada a 10.50 pesos, un alza de 100 por ciento; el pan de caja en presentación de 680 gramos elevó su costo, en el mismo periodo, de 13.90 a 19.7 pesos, esto es, 41.6 por ciento. Ambos movimientos son consistentes con el alza en el precio internacional del trigo.
Se modificarán tarifas eléctricas, dice SME
Arranca campaña El hambre nos arrasará
(Miriam Posada, Matilde Pérez, Carolina Gómez, Mariana Chávez, Miroslava Breach, Hugo Martoccia, Angeles Mariscal, Andrés Timoteo, Miguel Angel García y Gerardo Flores)
Antes de que entre en vigor el impuesto a la gasolina, el incremento a precios de productos básicos, luz, servicios y las alertas de quiebra de productores agrícolas y agropecuarios, ya pesan en la mesa y el bolsillo de los mexicanos.
Alimentos básicos como frutas y verduras empezaron a registrar incrementos de precios en tianguis y supermercados, por las afectaciones a las cosechas producidas por fenómenos meteorológicos ocurridos en las últimas semanas, situación a la que se suma el incremento de facto al precio del pan, y los posibles aumentos que se derivarían del alza anticipada al precio de la gasolina en los inicios de la temporada de invierno, crítica para el precio de energéticos.
A pesar de que el propio gobierno y los legisladores han rechazado que el impuesto a la gasolina dasatará un alza de precios, las amas de casa pueden constatar día a día que aún cuando no ha llegado el primero de octubre –cuando entrará en vigor el aumento–, los alimentos están al alza de forma constante, y ya hay alertas sobre ajustes al precio del pollo y la carne de cerdo.
El Sindicato Mexicano de Electricistas advirtió que el incremento a la gasolina se verá reflejado en los costos de Luz y Fuerza del Centro, y en los recibos de los consumidores al siguiente bimestre a su aplicación.
Los bolillos subieron 30 centavos desde hace dos semanas y la pieza de pan dulce 50 centavos, sin que hubiera avisos de la industria panificadora, y sin que la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) registrara el movimiento, ya que hasta su reporte del 18 de septiembre dio a conocer como precio mínimo del bolillo 0.80 centavos y como máximo 1.04 pesos.
En supermercados, productos como el jitomate de bola se incrementaron en menos de dos semanas de 12 a 17 pesos por kilo; las calabazas japonesas de 9 a 17 pesos; el tomate verde pasó de 11 a 19; los chícharos se compran en 25 pesos por kilo al igual que los ejotes; las lechugas están cerca de los 10 pesos por pieza, y un kilo de nopales en 13 pesos. El kilo de manzanas no se encuentra debajo de 22 pesos, y la papaya en 15.
Mientras, un kilo de carne de bistec se vende en 70 pesos por kilo, mientras la panza pasó de 25 a 30 pesos por kilo, las manitas de cerdo a 25 pesos, y el hígado de res a 24.
El alza al precio del pan se produjo apenas siete meses después de que la Cámara Nacional de la Industria Panificadora lo descartara a corto plazo, debido a que en noviembre de 2006 había hecho un ajuste de 17 por ciento.
Ante este panorama, el Movimiento de Mujeres de la Alianza Nacional de Productores Agropecuarios y Pesqueros-El Barzón, aseguró que el incremento de dos centavos en la gasolina ya repercute en el precio de productos básicos: el bolillo se vende a dos pesos la pieza y no a 1.50 como aseguran los industriales. El kilo de huevo está en constante ajuste, e igual las frutas y verduras.
Las mujeres iniciaron ayer en el Zócalo capitalino la campaña El hambre nos arrasará, con la que “desmentirán a los diputados que afirman que el incremento al precio de las gasolinas no afecta a quienes no tenemos automóvil”.
Por separado, productores avícolas y ganaderos indicaron que ya no podrán absorber el 25 por ciento del alza en el precio de los insumos, particularmente de los granos, por lo que podría darse un ajuste en pollo y huevo.
La Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas y la Unión Nacional de Avicultores afirmó que este año no se han aumentado los precios al consumidor a pesar del incremento en los granos, pero deberán hacerse ajustes en los productos pecuarios porque las industrias no pueden trabajar con números rojos.
Sube la gasolina y encarece la luz
El secretario general del SME, Martín Esparza Flores, aseguró que el alza en el combustible se reflejará a partir de octubre en el costo de operación de LFC, y en el bimestre inmediato en los recibos de los consumidores, que deberán pagar ese costo más el incremento mensual del fluido.
Criticó la intención gubernamental de seguir cargando la mano a la población. Calificó el impuesto a la gasolina como “una traición” a lo prometido por Felipe Calderón, quien en campaña ofreció bajar el costo de los energéticos y ahora muestra la estrategia de los gobiernos neoliberales, aun con el riesgo de frenar el crecimiento económico y la generación de empleos.
Martín Esparza explicó que habrá un impacto en la operación de LFC y aseguró que de momento el gremio desconoce en cuánto podría traducirse el alza de combustibles en los cobros de luz. Aseguró que el incremento afectará en mayor medida a los usuarios domésticos, pues son los que pagan una tarifa más alta por kilovatio.

JornadaPortada