Los columnistas vendidos y el gran periodismo de Carmen Aristegui
He leído este viernes casi todo lo escrito en la prensa mexicana acerca de la decisión tomada recientemente por Andrés Manuel López Obrador en Iztapalapa.
Leí un extraordinariamente bien hecho análisis (el de Carmen Aristegui, en Reforma) y mucha morralla y aun basura periodística (de Denise Maerker, Carlos Marín, Marco Provencio, Joaquín López-Dóriga, Yuriria Sierra, Jorge Fernández Menéndez, Alberto Aguirre y René Avilés Fabila).
Todos critican a AMLO, lo que me parece correcto. Pero mientras Aristegui lo hace con enorme objetividad (lo que le lleva a cuestionar también con severidad al Tribunal Electoral por haber anulado la candidatura de Clara Brugada), los otros se pierden en los insultos y en las descalificaciones baratas contra López Obrador.
Denise Maerker: "...el gesto, desafiante y satisfecho... parecía decirnos que a él a no se la va una, y que si algo se le pone en el camino, él siempre encuentra la forma de darle la vuelta. Y puesto que se trata de él, no importa si la salida es estrafalaria y antidemocrática, es válida porque es suya. Luego, el tono humillante... Humilló a Juanito sin necesidad... Humilló también a Marcelo Ebrard al darle públicamente órdenes. Humilló a los diputados locales...".
Carlos Marín: "Más allá de que la pantomima le servirá para solidificar la plataforma (votos para el PT) de su relanzamiento a una segunda candidatura presidencial, ¿quién puede poner en duda que protagonizó una bochornosa, tumultuaria y antológica ridiculez? La propensión de Andrés Manuel... a la vergüenza pública es tan grande como su soberbia y aversión a la libertad".
Joaquín López-Dóriga: "La verdad es que no sé en qué momento lo perdimos. ¡Y mire que lo lamento!".
Marco Provencio: "Los resultados del delirio de Iztapalapa confirman que nuestro país tiene una tolerancia muy ancha para con los mesías.... Para los creyentes, ver a su mesías en Iztapalapa no les descubrió el rostro autoritario de esa izquierda mexicana que más que sumar al país cada día le resta más. Les confirmó, en todo caso, su sentido de suicidio político...".
Yuriria Sierra: "... ya vimos cómo AMLO promueve el voto por un partido al que no pertenece, pero que le ayuda a nutrir su ego para regresar y sentirse todavía como ‘alguien poderoso'. Sin mí, nada, parecería decir un López Obrador que hace tiempo perdió el piso y la calidad de estrella del firmamento perredista... Sin mí, nada, parece decir un López Obrador que prefiere destruirlo todo... rabiosa necedad del Peje y los suyos para defender su feudo de crimen, impunidad y corrupción... Pero lo grave de esto... es cómo un personaje tan trasnochado sigue marcando la pauta en la política".
Jorge Fernández Menéndez, "Luego del ridículo de Iztapalapa, del dedazo de López Obrador a favor de Juanito, el nombre con el que se conoce a Rafael Acosta, este ignoto candidato del PT que hasta hace unos días era torero (por aquello de vendedor ambulante sin puesto fijo, que tiene que huir con su mercancía cuando llegan la policía o los inspectores)... Pero todo este affaire revela también otras cosas. Una de ellas es la extrema debilidad de Marcelo Ebrard... Tampoco gana López Obrador porque, con estas historias, nos recuerda, por si alguien lo había olvidado, cuál es su verdadero rostro".
Alberto Aguirre: "... López Obrador, decidió convertirse en el apóstol de la intransigencia democrática... Sus mismos seguidores deberían reclamarle congruencia, hacerle ver que ese cambio sólo es posible si desiste de la retórica radical, formaliza alianzas con políticos que ha tachado de enemigos, se compromete públicamente a no reventar el modelo económico...".
René Avilés Fabila: "López Obrador llegó a Iztapalapa y llevó a cabo una acción de absoluta locura... Lo rodeaban personajes de la peor ralea, como Alejandra Barrales y Alberto Anaya... el tabasqueño sigue pensando que el jefe de gobierno es su empleado... Las palabras de López Obrador se han hecho célebres por su completo desquiciamiento. Fue mostrarse de cara al país como un personaje que ha perdido sus cabales".
Lo escrito por Carmen Aristegui es otra cosa:
"A escasas tres semanas (de las elecciones), el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación emitió un polémico fallo que no sólo pone en jaque la paz de las elecciones en la demarcación más grande de la capital, sino que ha colocado al borde de una fractura formal al Partido de la Revolución Democrática y a su ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador.... El galimatías provocado por el Tribunal, con un fallo inapelable, los ha puesto en pie de guerra en una confrontación que de tan virulenta no se compara con la que pudieran tener con cualquier otro partido o adversario fuera de ahí. La resolución no ha hecho más que empujar al despeñadero a este partido... La pregunta que ronda es si el máximo órgano de justicia electoral hizo lo que hizo en una acción deliberada para dañar a unos y favorecer a otros en un momento clave y de definiciones. Si lo hizo, como muchos presumen, con cálculo político y con afán de definir esa disputa por razones extrajudiciales, a través de un fallo de dudosa consistencia jurídica, estaríamos simple y llanamente ante un hecho de proporciones incalculables... Si, efectivamente, estamos ante una intromisión indebida y hasta perversa del Tribunal, ese solo hecho haría de ese cuerpo colegiado un ente indigno de la alta responsabilidad que le fue conferida...
"Una salida desesperada para recuperar el barco perdido fue la que ideó -al vuelo- López Obrador durante el mitin del martes en Iztapalapa. En un discurso desaforado dio instrucciones, acomodó candidaturas e hizo pasar de la euforia al pasmo a la multitud que oía de los retruécanos por los que habría de pasar para lograr que Brugada finalmente llegue a la delegación...
"López Obrador mostró un talante inapropiado, excedido y que habrá causado regocijo entre sus detractores. Los magistrados, por su parte, sienten ya el peso de las críticas. En la sesión del miércoles uno de ellos, Flavio Galván, tuvo que enunciar, para negarlas, las principales acusaciones: ‘...jueces corruptos, jueces vendidos, jueces partidistas, influenciados por la política'. En esta historia, cada quien tendrá que hacerse cargo de lo que haga y de lo que diga. Así sea al calor del mitin o al calor de una resolución judicial. A Iztapalapa, por lo pronto, se le ha convertido ya en un polvorín".
Estoy de acuerdo con Carmen Aristegui: Tanto en su diagnóstico de lo mal que ha hecho las cosas el Tribunal Electoral, como en su percepción de que AMLO mostró un talante excedido que ha causado regocijo entre sus detractores.
Por si le interesa a Carmen y, también, para consumo de los lectores del SDP, explicaré las razones que, a mi juicio, llevaron a AMLO a elevar de más el tono de voz en el mitin de Iztapalapa.
Todo ese martes estuve con Andrés Manuel, como ya lo he contado. Tengo una buena relación con este personaje. Tan buena que colaboré con él durante su campaña electoral de 2006. Participé en el gobierno legítimo (por lo menos asistiendo a reuniones semanales en las oficinas de AMLO) hasta el verano de 2007. Desde entonces, he dejado de participar en las actividades de López Obrador. He estado muy ocupado con la revista El Chamuco y tratando de darse sentido comercial a www.sdpnoticias.com.
Este sitio, sí, se llamaba el Sendero del Peje. Decidimos ya no usar este nombre para poder subrayar el hecho de que nuestro portal de noticias dejó de ser lo que era en su nacimiento, una consecuencia del movimiento de resistencia que ha apoyado a AMLO, para convertirse en un simple medio de comunicación. Desde luego, quienes hacemos www.sdpnoticias.com no hemos dejado de ver a Andrés Manuel como el único presidente legítimo de México y pensamos que, sin problemas, podemos permitir a cada uno de nuestros colaboradores practicar el periodismo militante que se les antoje, siempre y cuando lo hagan con honradez y sin faltar a la verdad.
Muchos partidarios de AMLO no han aceptado con gusto que www.sdpnoticias.com haya dejado de dedicar la mayor parte de sus espacios a darle difusión a las giras y a los discursos de López Obrador. Nos ocupamos de muchos otros temas, inclusive de deportes y de espectáculos, lo que ha molestado a un grupo de seguidores de El Peje.
Al que no le ha incomodado lo que hacemos es a Andrés Manuel, con quien sigo manteniendo una muy buena relación personal, ya no política, ya no de colaboración.
El martes lo busqué para otra cosa. Necesitaba hablar con Andrés de otro tema. Para poder charlar, decidí acompañarlo, la mañana de ese día, a Pachuca. Traté mi asunto y, de manera natural, me enteré de los detalles del lío de Iztapalapa. Algo había yo leído en los diarios sobre eso, pero no le di la importancia que tenía porque, desde luego, regiomontano como soy estaba mucho más interesado en la elección de gobernador de Nuevo León.
En el trayecto por carretera del Distrito Federal a Pachuca (con desayuno de barbacoa incluido en un restaurante ubicado a la orilla de la carretera) y en el retorno de Pachuca al Distrito Federal, hubo tiempo de sobra para que Andrés Manuel me diera una completa lección acerca de las singularidades de la política electoral en Iztapalapa.
Me confió que la tarde de ese martes, durante el mitin que él iba a encabezar en la plaza principal de la mencionada delegación, iba a tener que plantear una salida política (política, que quede claro) al problema causado por el Tribunal Electoral que había anulado, a la mala, la candidatura de la perredista Clara Brugada.
Entendí que AMLO había estado meditando sobre esa "salida política" desde que el Tribunal Electoral provocó el conflicto. Entendí también que en el juego de intereses y de negociaciones que suelen presentarse en esta clase de dificultades, no iba a resultar sencillo que los distintos protagonistas aceptarán la estrategia.
Como el asunto prometía emociones fuertes, le pedí a Andrés que me permitiera acompañarlo al mitin en Iztapalapa. Aceptó con gusto. Nos trasladamos juntos, en mi camioneta, del centro del Distrito Federal a Iztapalapa. El tráfico hizo que el trayecto durara alrededor de una hora. Hablamos de todo, hasta del problema generado por el Tribunal Electoral.
Entendí, antes de llegar a Iztapalapa, que Andrés Manuel había tomado su decisión y que iba a intentar sacarla adelante. Antes de subir al vehículo alguien me dijo que había negociaciones entre Marcelo Ebrard y Jesús Ortega para resolver la crisis por la vía de un tercero en discordia. Supongo que tal acuerdo no se pudo concretar y que, por esa razón, Andrés Manuel tomó su decisión. No lo sé, no lo pregunté.
Para que la estrategia de AMLO funcionara, necesitaba la aprobación de Clara Brugada y del candidato del PT, Rafael Acosta, "Juanito". Por fortuna, ambos, libremente, sin presiones, frente a muchas personas, se comprometieron a hacer posible el proyecto de Andrés Manuel. ¿Hay algo de ilegal en esto? Por supuesto que no.
¿Que Andrés gritó de más en su discurso? Sin duda. Para mi gusto, pudo haber gritado menos. Creo que se dejó llevar por el entusiasmo de la gente que le escuchaba. Gente que, además, tenía prisa por llegar a algo: era obvio que iba a llover y que si se venía el aguacero, como se vino media hora después de terminado el mitin, no iba a haber ninguna posibilidad de definir nada.
De hecho, Andrés pidió a la gente que meditara unos minutos antes de decidir. Pero la gente no quiso hacerlo. La gente se negó a que hubiera un receso. La gente tenía prisa. La gente estaba agraviada. La gente estaba enojada.
Todo se aceleró y, al fin, se aceptó la estrategia de López Obrador.
¿Es ilegal que la gente decida votar por el candidato del PT esperando que si "Juanito" gana renuncie para que gobierne Brugada? Por supuesto que no.
¿Es eso antidemocrático? Por supuesto que no.
¿Fue una improvisación que Andrés se sacó de la manga en el mitin de Iztapalapa? Me consta que no.
¿Que Andrés Manuel no debió haberle girado instrucciones a Marcelo Ebrard? Me consta que no lo hizo. Simplemente propuso que cuando "Juanito" renuncie Marcelo proponga al poder legislativo local que la sustituta sea Brugada.
¿Esto le quita autoridad a Marcelo? Ninguna.
¿Es Andrés un loco por diseñar estrategias políticas distintas? No, por supuesto que no.
¿Hizo el ridículo Andrés? No, por supuesto que no.
¿Puede funcionar el plan de AMLO para Iztapalapa? No será sencillo, pero puede funcionar. La mayor dificultad es cómo informar la estrategia a dos millones de personas que residen en Iztapalapa.
Cuando le pregunté a Andrés cómo iba a comunicar, en tan poco tiempo, algo tan complejo, me respondió: "Vamos a pedir a nuestros simpatizantes que nos ayuden a tocar puertas casa por casa... Pero la parte principal del trabajo la van a hacer todos esos periodistas que no nos quieren. Nos van a criticar tanto por lo que vamos a hacer, que van a terminar informando a toda la gente qué es lo que queremos. Cuando se nos echen encima para quedar bien con el gobierno, nos van a estar haciendo un favor".
Dicho y hecho. Si el martes nadie sabía en Iztapalapa que hay que votar por Rafael Acosta, "Juanito", del PT para hacer posible la victoria de Clara Brugada (por la que nadie debe votar, aunque aparezca en la boleta), este viernes, gracias a todos los columnistas y comentaristas que han aprovechado el incidente para insultar y calumniar a López Obrador, prácticamente no hay ningún iztapalapense que no sepa lo que se debe hacer.