lunes, 20 de abril de 2009

UniversalPortada

Universal: Narcos



“El Chapo”, en Durango

Ricardo Alemán

Para nadie es un secreto que prelados de la jerarquía católica gustan de excesos verbales sobre asuntos relevantes de la vida nacional. Acaso por eso no pocos dudaron de la aseveración del arzobispo de Durango, Héctor González Martínez, quien el pasado viernes aseguró que el mítico Joaquín El Chapo Guzmán vive en Durango.

¿Qué aparece en el fondo de la declaración? ¿Podemos creer en ella, con todo lo que implica? ¿O debemos ponerla en duda? ¿Sería capaz un jerarca católico de convocar a una conferencia de prensa para inventar una declaración como esa? ¿O es que podemos confiar en el dicho del líder religioso? En realidad sólo los hechos confirmarían la especie. Pero a estas alturas, si vivía en Durango, ya se habría ido. Como sea, abundan los hechos que avalan la versión del arzobispo González Martínez.

Primero, que cualquiera que vive, tiene amigos o negocios en Durango, conoce las historias, testimonios y hasta a los testigos que han visto a El Chapo pasear, comer y festejar en distintos lugares de esa entidad. Y en efecto, son más que mitología las historias de correrías y control absoluto de la región de Guanaceví, municipio donde estaría su cuartel general.

Segundo, que la Sedena, PGR y en la mismísima casa presidencial se cuenta con información sobre la compleja red de grupos y vínculos de empresas y gobiernos con el narco en la región “caliente” de Sinaloa, Sonora, Durango y Chihuahua, y de sus ramificaciones con Michoacán, Zacatecas y Tijuana, entre otras. Por esa razón se insiste desde hace meses en los altos círculos del poder —pero sobre todo en semanas recientes—, que de un momento a otro podrían quedar al descubierto vínculos del narco con alcaldes o gobernadores que pudieran pertenecer a PRI, PAN o PRD.

Y tercero, que la censura informativa que desde el gobierno se impuso en todo el estado —confiscar toda la prensa que llega del DF y prohibir a nivel local la difusión de las declaraciones del prelado—, no tiene más que dos explicaciones: estupidez del gobierno estatal, o complicidad. ¿Por qué le interesa al gobierno censurar una declaración como la del prelado? Si es falso lo que dice, el gobierno puede ofrecer pruebas en contrario, y punto.

El problema parece estar en otro lado. Dicen en la jerarquía católica que su red pastoral —que es el mejor servicio de inteligencia—, documentó la presencia de El Chapo en Durango. Y que el mensaje del arzobispo es una voz de alerta sobre complicidad oficial e impunidad. Al tiempo.

En el camino

El Suburbano, “joya de la corona” de gobiernos de Calderón, Peña y Ebrard, hizo agua. Y la tragedia podría ser política. ¿Y de quién la culpa?

Cartón: Hernández

Cartón: Helguera

Jornada: PRD



El PRD tomó protesta ayer a sus candidatos a diputados federales y locales, alcaldes y jefes delegacionales en medio de gritos de ¡Obrador, Obrador! , así como abucheos y rechiflas al presidente nacional perredista, Jesús Ortega Martínez, que no fueron acallados ni aun con la intervención de Alejandro Encinas Rodríguez, candidato a diputado federal, que pidió silencio a la parte alta del Auditorio Nacional.

También a gritos, Ortega Martínez aseguró que profundizar las diferencias y boicotear este acto, garantiza el avance de la derecha, que quisiera ver a un PRD desunido y fracturado.

Más tarde, en entrevista, Ortega reconoció: no me salió este acto tan lucido como quería. Afirmó que quienes le chiflaron y gritaron insultos fueron reventadores y provocadores, de la organización Flor y Canto, que a esa hora sostenía su habitual asamblea en el Ángel de la Independencia, y de miembros “de la resistencia civil incivilizada, a quienes convoca el blog El sendero del Peje”.

Él y su equipo divulgaron primero entre la prensa que la rechifla provino de la corriente IDN, que dirige René Bejarano. Luego difundieron que se trató de simpatizantes de la resistencia civil, y mientras el senador Carlos Navarrete decía que se trató de 200 gritones, su compañero Graco Ramírez señalaba que fueron 300.

Aún molesto, a bordo de la camioneta que lo sacó del auditorio, dijo a una pregunta: de que hubo un autor intelectual, júrenlo que lo hubo. Afirmó que los provocadores trataron de dar portazo y luego se infiltraron con camisetas del PRD, pero dentro, se las voltearon por camisetas de Convergencia.

Luego de conocer las acusaciones, el dirigente de Flor y Canto, Froylán Yescas, candidato a diputado por el PRD, anunció que hoy enviará a Ortega copia del video y fotografías de la reunión en el Ángel, donde él estuvo y se aprobó exigir la renuncia del director de Canal 11, Fernando Sariñana, así como el restablecimiento del programa Primer plano.

Me invitaron, pero preferí dedicarle tiempo a la asamblea . Por eso, le exijo a Ortega una rectificación y una disculpa pública. Debe retractarse, porque no tuvimos absolutamente nada que ver en los incidentes, afirmó.

Desde el inicio del cónclave, al que sólo se tuvo acceso con boleto, la rechifla a Ortega comenzó cuando la candidata a alcaldesa de Cuautla, Morelos, Lucía Virginia Meza Guzmán, lo citó por su nombre.

Por ello, Lizbeth Rosas, candidata a asambleísta del Distrito Federal, arrancó su discurso de manera distinta, con un: ¡es un honor estar con Obrador!, que le permitió llevar su presentación sin interrupciones.

Encinas, ex candidato a la dirigencia perredista, fue recibido con una ovación. Acotó que le daba gusto estar en casa, pero en seguida llamó a hacer un esfuerzo de unidad, pues “no es posible seguir escalando el conflicto interno”, porque ello implica ahondar las divisiones que sólo allanan el camino a la derecha.

Recordó que tiene sus diferencias con otras expresiones, pero expuso que el momento político exige actuar con responsabilidad, pues el PRD no puede permitir un retroceso electoral. Hoy la prioridad es posicionar a nuestro partido, en la elección, en el Congreso y en los gobiernos locales. Tenemos una agenda de discusión interna que retomaremos tras la elección, expuso.

Encinas delineó lo que será la agenda política del PRD en la Legislatura número 61, que se basa, dijo, en seis ejes: promover iniciativas para frenar la crisis económica; defender proyectos legislativos en materia de seguridad que, sobre todo, asuman los problemas del narco como temas de salud pública, falta de oportunidades y exclusión social; ampliación de las libertades democráticas y de los derechos y obligaciones de los ciudadanos. Asimismo, impulsar una reforma del Estado que promueva un nuevo federalismo y el equilibrio entre poderes; defender el desarrollo sustentable y retomar las alianzas del PRD con las causas sociales.

Tocó turno a Ortega y la rechifla arreció. De pie sin hablar, Ortega recibió el apoyo de Encinas, quien pidió a las bases perredistas escucharlo con el mismo respeto, pero tampoco fue suficiente. El coordinador perredista Javier González Garza se acercó a Ortega para impulsarlo a dar su discurso. El dirigente dejó a un lado las cuartillas que llevaba y a gritos afirmó: ¡Voy a continuar aportando a la unidad de la izquierda y a la unidad del PRD!

Al final, Navarrete afirmó que los actos del PRD son como las corridas de toros, hay de todo, y minimizó las protestas: los reventadores no son mayoría en los estadios, las plazas de toros o las fiestas. Sin embargo, El Güero González resumió que el encuentro público entre Ortega y Encinas debió darse hace mucho. El presidente del partido, concluyó, hizo un esfuerzo bárbaro para enfrentar una posición difícil, y las va a seguir enfrentando.

JornadaPortada