miércoles, 9 de abril de 2008

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Cartón: Hernández


Cartón: Helguera


Jornada: Banco Mundial



■ Persiste en el país “sustancial diferencia de desarrollo entre regiones y grupos étnicos”


Aún en pobreza, 45 millones de mexicanos, dice el Banco Mundial


■ Sólo cuatro de cada 10 ciudadanos en edad de trabajar tienen acceso a la seguridad social


■ El organismo recomienda un crecimiento más acelerado para romper el patrón de desigualdad


Roberto González Amador y David Brooks (Enviado y corresponsal)


Washington, DC, 8 de abril. El Banco Mundial aseguró este martes que 45 millones de mexicanos siguen sumidos en la pobreza “en medio de una persistente y sustancial diferencia de desarrollo entre regiones y grupos étnicos” y en un entorno de inequidad en que sólo 4 de cada 10 ciudadanos en edad de trabajar tienen acceso a la seguridad social. El organismo advirtió que los pobres tienen hoy más dificultades para insertarse en el mercado de trabajo que hace 15 años, cuando el país inició su inserción al área de libre comercio de América del Norte.


Este martes fue presentada aquí la nueva “Estrategia del Banco Mundial para México”, que cubrirá el periodo que va de este año hasta el final de la administración del presidente Felipe Calderón Hinojosa. El organismo multilateral tiene comprometidos préstamos al gobierno mexicano por un monto de al menos 800 millones de dólares anuales, aunque esa cantidad puede incrementarse cuando el programa sea revisado dentro de tres años.


Avance desde los 90


El documento, de 110 páginas, señala que México necesita un crecimiento más acelerado para romper el patrón de disparidad en el desarrollo regional y en la distribución del ingreso.


En términos de reducción de la pobreza, indica el documento, México ha logrado avances desde la crisis de mediados de los 90, cuando se llegó al “pico” de que 70 por ciento de la población cayó en esta situación de precariedad.


“A pesar de los avances, los niveles de pobreza permanecen elevados, con al menos 45 millones de personas viviendo en pobreza actualmente y con una persistente y sustancial diferencia de desarrollo entre regiones y grupos étnicos. Más aún, los pobres pueden ser más vulnerables a los futuros choques del mercado laboral”.


La población del país es de 104 millones de personas.


El organismo establece que el alto grado de informalidad en la economía, las barreras de acceso a empleos formales y las características en la formación de los individuos pobres son factores que indican que “la inserción de los pobres en el mercado laboral puede ser peor que hace 15 años”.


“México ha hecho grandes avances en su desarrollo económico y social en estas dos últimas décadas; sin embargo, los beneficios de este progreso no se han distribuido equitativamente y esto representa un reto clave para el desarrollo”, dijo en una conferencia de prensa Axel van Trotsenburg, director del Banco Mundial para México.


El reporte destacó la existencia de “dos mundos” dentro de México: por un lado, el ingreso por habitante en el norte es más cercano al de los estados pobres de Estados Unidos que a los del sur de México; “las elites urbanas asisten a escuelas privadas exclusivas o estudian en el extranjero y disfrutan de servicios de salud que se acercan a los estándares internacionales”.


En contraste, para los más pobres las oportunidades de “progreso económico y social pueden ser asfixiadas por problemas de salud y la limitada cobertura y pobre calidad de los servicios de salud que necesitan”.

JornadaPortada: PEMEX



■ La reforma, otro intento de Calderón y PAN para entregarlo a extranjeros


Senadores del FAP cierran filas con López Obrador en defensa del petróleo


■ Mañana exponen medidas de resistencia civil pacífica para frenar la iniciativa oficial


Andrea Becerril y Víctor Ballinas


Después de una reunión en la que senadores de los partidos de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y Convergencia cerraron filas con él en defensa del petróleo, Andrés Manuel López Obrador informó que el jueves dará a conocer las medidas de resistencia civil pacífica que se aplicarán para impedir que se apruebe la reforma que Felipe Calderón hizo llegar ayer al Senado de la República.


Acompañado por los legisladores, López Obrador dijo que el paquete de iniciativas forma parte del intento por entregar la renta petrolera a empresas extranjeras, similar al que se empleó en la industria eléctrica. Sin embargo, recalcó, “no nos van a engañar con eufemismos”, ya que lo que “el usurpador busca es privatizar el petróleo”.


El encuentro tuvo lugar en las oficinas de la bancada del PRD en la Torre del Caballito y, de manera sorpresiva, la conferencia final que ofreció López Obrador se trasmitió en vivo por el Canal del Congreso.


El político tabasqueño recalcó que entiende por qué actúan así Calderón y su partido, ya que el PAN se fundó en 1939, un año después de la expropiación petrolera, para oponerse precisamente a la decisión del general Lázaro Cárdenas del Río de regresar el petróleo, que estaba en manos de compañías extranjeras, al pueblo de México.


El PAN y el gobierno de Calderón están ahora en la misma ruta, sostuvo, “quieren regresarnos al porfiriato, pero no lo vamos a permitir”.


De inicio, el coordinador de los senadores del PRD, Carlos Navarrete, informó que el acuerdo final fue cerrar filas para defender Pemex y trazar una ruta de actividades, tanto en el Congreso como en las calles.


López Obrador, a su vez, celebró la realización de ese encuentro, en el cual, señaló, se adoptaron acuerdos importantes para actuar de manera unificada.


Incluso, aseveró que los legisladores del Frente Amplio Progresista –integrado por PRD, PT y Convergencia– están actuando a la altura de las circunstancias, a la altura de Belisario Domínguez, el senador que fue asesinado por oponerse al dictador Victoriano Huerta.


López Obrador destacó que las medidas de protesta que preparan serán pacíficas.


“Siempre vamos a actuar de manera responsable, sin aceptar provocaciones; no queremos vivir en la confrontación ni en el conflicto y por ello exigimos que el petróleo continúe en manos de la nación, ya que ha sido un elemento de estabilidad”.


Informó que continuarán las reuniones con el FAP, en razón de que el propósito es trabajar de forma coordinada para preparar la estrategia.


Por su parte, el senador perredista Ricardo Monreal comentó que después de la reunión con López Obrador el siguiente paso es continuar con los preparativos para presentar un frente sólido en defensa del petróleo.


Para esto el FAP se declaró en sesión permanente e incluso, después de la reunión con López Obrador, los coordinadores Carlos Navarrete, del PRD; Alejandro González Yáñez, del PT, y Dante Delgado, de Convergencia, se quedaron platicando buen rato, porque en las próximas horas deberán tener lista la respuesta que darán dentro del Congreso para frenar la iniciativa privatizadora.


Uno de los puntos que se discuten es ir al debate, pero sólo en lo que se refiere al diagnostico sobre Pemex, y no a las iniciativas, además de seguir en alerta para impedir un albazo legislativo.

Jornada: PEMEX



Editorial


Privatización y engaño


Si en política forma es fondo, la manera tramposa y equívoca en que se promovió, gestionó y presentó la iniciativa gubernamental de reforma energética entregada ayer en la tarde al Senado de la República refleja la esencia de la propuesta, contraria a los intereses de la nación y parcialmente privatizadora, a pesar de lo expresado unas horas después, en un mensaje en cadena nacional, por el titular del Ejecutivo federal, Felipe Calderón Hinojosa.


En conjunto, las cinco propuestas (Ley Orgánica de Petróleos Mexicanos, Ley de la Comisión del Petróleo y reformas a las leyes Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional, de la Comisión Reguladora de Energía, y Orgánica de la Administración Pública Federal) apuntan a abrir al capital privado las labores de refinación y transporte (incluidos los oleoductos) de crudo, así como a ampliar el margen de discrecionalidad para que Petróleos Mexicanos (Pemex) efectúe contratos por asignación directa y contrate deuda.


En cuanto a la antigua y procedente demanda de dotar a la paraestatal de autonomía administrativa para impedir que siga siendo saqueada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la iniciativa calderonista la reduce a una renovación del mecanismo de control presidencial sobre Pemex, con la propuesta de que la empresa quede bajo un consejo de administración de 15 integrantes, de los cuales 10 serían nombrados desde Los Pinos, uno más sería el secretario de Energía en turno y los cuatro restantes, designados por el sindicato petrolero.


Los documentos enviados por la Presidencia a Xicoténcatl abundan en párrafos que no cambian nada, que incluso empeoran la redacción actual de las leyes cuya modificación se propone (como el artículo 3, inciso I, de la Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional), que constituyen abiertos contrasentidos (“Cualquier controversia relacionada con la licitación, adjudicación o ejecución de los contratos deberá resolverse conforme a las leyes de los Estados Unidos Mexicanos y someterse a la jurisdicción de los tribunales competentes de México o a tribunales arbitrales nacionales o internacionales”) o que abren negocios colaterales a empresas financieras privadas (bancarias, bursátiles, fondos de inversión), como los “bonos ciudadanos”, presentados en forma ocurrente como “un mecanismo innovador tendiente a que los mexicanos se beneficien de manera directa del buen desempeño de Petróleos Mexicanos”.


Los cinco documentos enviados ayer al Senado por Calderón (quien, un día antes “no tenía idea” de la iniciativa) son, en suma, una continuación de la estrategia de engaños a la opinión pública y de una campaña en la que, lejos de informar a la sociedad, se buscó confundirla, desinformarla y distraerla para intentar un avance sustancial en la privatización y el desmantelamiento de la industria petrolera propiedad de la nación.


Pero todo ello no alcanza para ocultar el punto sustancial, que es la propuesta de modificación al artículo 4 de la Ley Reglamentaria del Artículo 27, a fin de permitir al capital privado que intervenga en la refinación y transporte de hidrocarburos, en el entendido de que la segunda de esas actividades le permitiría operar oleoductos. Se plantea, en suma, entregar a particulares uno de los segmentos de mayor valor agregado de la industria petrolera, para que éstos realicen negocios de cifras astronómicas, y con ello la propuesta no respeta, sino que contraviene, lo dispuesto en el artículo 27 de la Carta Magna.


Por añadidura, los cambios legales propuestos constituyen una manera un tanto extraña de “fortalecer a Pemex”, de “asegurar que México cuente con petróleo, no sólo para los próximos años, sino para las futuras generaciones” y de propiciar “que la riqueza petrolera genere más bienestar para todos”. Como lo previeron muchas voces, se busca repetir, con los hidrocarburos, la maniobra que, vía una ley secundaria, abrió la industria eléctrica al capital privado.


En síntesis, la propuesta del Ejecutivo federal atenta contra uno de los fundamentos centrales del México contemporáneo: el principio de que la propiedad de los recursos naturales corresponde a la nación y que la industria energética en general, y la petrolera en particular, deben ser monopolios públicos.


Si ese es el fondo, la forma es en extremo desaseada: se empieza por un promocional equívoco sobre el supuesto tesoro de las aguas profundas y la pretendida necesidad de entregarle parte de él a empresas extranjeras y, sin rubor alguno, se acaba poniendo la operación política de la reforma en manos de Juan Camilo Mouriño, señalado por el conflicto de intereses en que habría incurrido como representante popular y funcionario público del sector energético, por un lado y, por el otro, contratista privado de Pemex.


Las intenciones de quienes ocupan el gobierno federal son, muy a su pesar, y en un sentido paradójico, transparentes: esta iniciativa de reformas del grupo en el poder no responde a los intereses nacionales, sino al inagotable apetito oligárquico de disponer de enormes sumas de dinero público, y no precisamente para asegurar “que ningún joven mexicano se quede sin estudiar una carrera técnica o profesional”, como se señaló en forma demagógica; para ese objetivo, o para otros igualmente nobles, habría bastado y sobrado con los excedentes de la factura petrolera que desaparecieron sin dejar rastro durante la administración pasada, de la que la actual es heredera y continuadora.

Jornada: PEMEX




■ Defiende la iniciativa que envió al Senado y pide que ésta sea ampliamente discutida


Lejos de privatizarla, se busca fortalecer Pemex, dice Calderón en cadena nacional


■ Anuncia la creación de bonos ciudadanos


■ Reitera el diagnóstico catastrofista sobre la empresa


Claudia Herrera Beltrán

En un mensaje difundido anoche por cadena nacional, el presidente Felipe Calderón Hinojosa defendió su iniciativa de reforma petrolera, porque lejos de privatizar busca fortalecer a Petróleos Mexicanos (Pemex), y llamó a que ésta sea ampliamente discutida y enriquecida por todas las fuerzas políticas representadas en el Congreso de la Unión.


En 12 minutos 40 segundos, el michoacano desglosó los seis puntos de su iniciativa, entre los que destaca como novedad de lo ya difundido, la creación de “bonos ciudadanos”, títulos de crédito que estarán disponibles para todos los mexicanos con un valor de cien pesos cada uno, y habrá mecanismos para evitar su acaparamiento en manos de unos cuantos.


Tres horas después de que la secretaria de Energía, Georgina Kessel, entregó el documento al Senado de la República, el Presidente advirtió en televisión que la situación de Pemex no contempla sólo la visión de un partido o de un grupo, sino las inquietudes y preocupaciones de la sociedad, aunque insistió en que aún debe darse un debate respetuoso, sereno y objetivo acerca de lo que sea mejor para México.

En respuesta a sus críticos, resaltó de antemano que no propone modificar la Constitución, aunque confirma que plantea permitir a Pemex contratar empresas especializadas para la construcción y operación por cuenta de la paraestatal de nuevas refinerías.


Calderón Hinojosa dedicó el día de ayer a operar desde la residencia oficial de Los Pinos la presentación de la reforma energética. Así, estuvo en permanente contacto con integrantes del gabinete y grabó el mensaje que en primera instancia se iba a difundir a las nueve de la noche, pero finalmente se transmitió a las diez.


Uno de los argumentos que expuso para promover los cambios es que, a diferencia de países como Cuba y Estados Unidos, que comienzan a aprovechar el petróleo en yacimientos compartidos con México en la zona fronteriza, nuestro país sigue discutiendo si es necesario o no dotar a la empresa de nuevas facultades para explorar y aprovechar mejor el petróleo “enterrado en el fondo del mar”.


Al inicio de su mensaje, aseguró que hace 70 años la visión del general Lázaro Cárdenas supo darle futuro a México y hoy toca a los mexicanos aprovechar mejor sus recursos.


En una respuesta a los cuestionamientos de Andrés Manuel López Obrador, que rechaza la privatización de la paraestatal, advirtió que el petróleo es y seguirá siendo exclusivamente de los mexicanos. “Pemex no se privatiza, el petróleo es emblema de la soberanía nacional y ha sido vital para el desarrollo de México”. Reiteró los argumentos con los que promovió la reforma petrolera la semana pasada, como que se está dejando de recibir cien millones de pesos anuales, y que de ser una de las empresas petroleras más importantes del mundo hoy se encuentra en el lugar número 11.


Al detallar los elementos de la reforma, destacó que los bonos ciudadanos permitirán que los mexicanos no sólo sean dueños del petróleo, sino también que reciban directamente parte de las ganancias generadas. Estos, agregó, pagarán un interés no sólo suficiente para conservar su valor, sino también para obtener rendimientos semejantes a los que la empresa obtenga en su operación.


Calderón Hinojosa mencionó que también propone dotar a Petróleos Mexicanos de la autonomía financiera y de gestión suficientes, a fin de que pueda hacer frente de mejor manera a los nuevos retos. Su plan también consiste en establecer una nueva estructura administrativa de la paraestatal y dotarla de mayores facultades de decisión de contratación a fin de que pueda tener acceso a tecnología de punta y ser más eficiente.


Para reducir la dependencia del extranjero, propone permitir la participación de empresas especializadas en la construcción y operación de refinerías, y también mejorar la administración de la paraestatal para que rinda cuentas a la sociedad y cuente con las mejores herramientas contra la corrupción.


Como último punto, señaló que busca fortalecer a las autoridades que regulen el sector energético a fin de garantizar que los beneficios de la actividad petrolera sean para todos los mexicanos; además incluye medidas para que se produzca más y se repongan las reservas para las siguientes generaciones.


Concluyó: “Si el Congreso aprueba la reforma, estaremos además en condiciones de garantizar un mejor futuro para nuestros hijos.


“Si logramos obtener los recursos que la reforma nos daría, el Estado podrá garantizar plenamente el acceso a la educación de calidad y a la plena cobertura de salud de todos los mexicanos.


“Sí es posible fortalecer a Pemex y contar así con recursos para vivir mejor: más escuelas, medicinas, clínicas, hospitales, caminos, carreteras, puentes, agua potable, drenaje, electricidad, vivienda.


“Con la reforma, por ejemplo, tendríamos los recursos necesarios para crear preparatorias y universidades, a fin de que ningún joven mexicano se quede sin estudiar una carrera técnica o profesional por falta de oportunidades.


“Hay muchos jóvenes que no tienen espacio en la preparatoria o en la universidad y podemos arreglar este problema.


“Sí es posible que el petróleo siga siendo una palanca de prosperidad que nos permita superar definitivamente la pobreza y garantizar la educación y la salud de todos los mexicanos.”

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