lunes, 4 de febrero de 2008

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Jornada: El Origen de la Vida



Recibe Antonio Lazcano Doctorado Honoris Causa de Universidad de Milán


La distinción se le otorgó al mexicano por considerarlo el evolucionista más prestigiado de América Latina por sus investigaciones sobre el origen y desarrollo de la vida.
Notimex / La Jornada On Line Publicado: 04/02/2008 12:00
México, DF. Antonio Lazcano Araujo, profesor del Departamento de Biología de la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM, recibió el Doctorado Honoris Causa por la Universita degli Studi di Milano, Italia.
De acuerdo con un comunicado, la distinción se le otorgó por considerarlo "el evolucionista más prestigiado de América Latina" por sus investigaciones sobre el origen y el desarrollo de la vida.
Al dirigir su mensaje, Lazcano Araujo aseguró que ese galardón es un reconocimiento a las oportunidades que brinda la universidad pública en un país como México, donde toda su vida realizó sus estudios.
"Significa que ella (la UNAM) me ha dado la posibilidad de perseguir mis obsesiones intelectuales y científicas", comentó en entrevista.
Hace más de tres décadas, Lazcano Araujo fundó en la UNAM el primer curso sobre el origen de la vida en México, que no sólo es atractivo para un gran número de estudiantes sino que también ha permitido formar a alumnos que ahora son colegas.
En Estados Unidos se fundaron asignaturas sobre este tema que siguen el programa de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Eso denota la capacidad que se tiene en la máxima casa de estudios mexicana y la necesidad de reforzar la docencia y ligarla siempre a la investigación más reciente.
Desde hace años el biólogo mexicano se ha interesado por dos aspectos relacionados con el origen de la vida: la descripción de la Tierra primitiva y las etapas más tempranas de la evolución biológica.
Ambos requieren enfoques multi e interdisciplinarios y ello implica acercarse a materias como la astronomía, la química y la geología, indicó el investigador.
Entre lo más destacado que ha hecho Antonio Lazcano Araujo con colaboradores de la UNAM está afinar el análisis de los genomas para definir algunos de los genes más antiguos que aún se pueden reconocer como tales.
De hecho el grupo de microbiología de la FC es uno de los referentes mundiales en el estudio de la evolución celular temprana.
A consecuencia de ello, la National Science Foundation acaba de invitar a Lazcano Araujo a ser parte del grupo de evolucionistas que organiza para 2009 las celebraciones del aniversario del nacimiento de Charles Darwin.









”A Dios lo que es Dios y a Darwin lo que es de Darwin”



Antonio Lazcano es uno de los científicos más prestigiosos de Latinoamérica. Astrobiólogo y fundador de la cátedra sobre Origen de la Vida de la Universidad Autónoma de Méjico, es además presidente de la International Society for the Study of the Origins of Life (ISSOL). Ha obtenido decenas de galardones por sus contribuciones a la ciencia, a la divulgación científica y a la enseñanza, entre los que se cuenta la Medalla de Oro de la Universidad de Puebla en su Méjico natal.Ha sido profesor invitado en universidades y centros de investigación de España, Francia, Suiza, Cuba, Rusia y Estados Unidos. Entre sus pasiones se encuentra la divulgación científica y ha escrito varios libros al respecto siendo especialmente exitoso El origen de la vida, del que ha vendido más de medio millón de ejemplares convirtiéndose en todo un best seller de las ciencias. laTalaia ha hablado con él. LT¿Cuáles son las principales teorías acerca del origen de los seres vivos?ALLas explicaciones que se han sugerido sobre el origen de la vida se pueden clasificar en tres grandes grupos. Uno de esos grupos corresponde a la llamada panspermia, que atribuye la presencia de la vida en nuestro planeta a la llegada, más o menos accidental, de microorganismos provenientes de otra parte del universo. Este es un punto de vista añejo, que se sugirió por primera en el siglo XIX, y que alcanzó una fama considerable cuando Svante Arrhenius, el célebre químico sueco, la replanteó en 1912. Sin embargo, una teoría así no sólo no resuelve el problema del origen último de la vida (¿cómo surgió la vida extraterrestre que terminó contaminando nuestro planeta?), sino que además no permite desarrollar un programa de investigación realmente fructífero. Me parece que, a estas alturas, sostener este punto de vista no deja de ser una excentricidad. En segundo lugar debo mencionar la idea de que la vida surgió gracias a la evolución de compuestos orgánicos que se sintetizaron en la Tierra primitiva antes de que surgieran los primeros organismos. Ésta es la llamada teoría de la sopa primitiva, propuesta por primera vez por Oparin y Haldane en la década de los años veinte, y en cuyo contexto se dieron experimentos clásicos como el de Stanley Miller en 1953 y de Joan Oró en 1960, que demostraron que se podían sintetizar los componentes de las proteínas y de los ácidos nucleicos en condiciones que simulaban las de la Tierra prebiótica. Esta teoría, que se ha refinado y enriquecido con el descubrimiento del papel biológico de los ácidos nucleicos, con modelos cada vez más elaborados de la Tierra primitiva, y el desarrollo de la biología molecular, ha constituido el marco de referencia más fructífero para desarrollar un trabajo experimental, teórico y observacional de una riqueza intelectual extraordinaria por su carácter multi e interdisciplinar. Por último, habría que mencionar las ideas de Gunter Wachtershauser, que en 1988 propuso en contraposición a las ideas de Oparin y Haldane una teoría autotrófica sobre la aparición de la vida. Según Wachtershauser, los primeros seres vivos eran meras redes de reacciones metabólicas que podían fijar el dióxido de carbono gracias a la formación de la pirita que tenía lugar en ambientes volcánicos. Es cierto que se ha demostrado que la síntesis de la pirita, que no es más que FeS2, permite reducir monóxido de carbono y promover algunas reacciones de síntesis de compuestos orgánicos, ¡pero hay una distancia enorme entre este tipo de procesos químicos y la hipotéticas redes metabólicas de las que habla Wachtershauser! En realidad, me parece que absolutamente todos los experimentos realizados hasta ahora para demostrar la validez de esta teoría son consistentes con un esquema más elaborado de sopa primitiva que reconoce que ésta se formó tanto con el aporte de compuestos orgánicos sintetizados en nuestro planeta, como con los que llegaron a bordo de meteoritos, y que fue sazonada con pirita y otros minerales con propiedades catalíticas.laTalaia¿Hacia a dónde va la investigación del origen de la vida?Antonio LazcanoTal vez una de las áreas que muestra mayor dinamismo es el estudio de las propiedades catalíticas del RNA, un ácido nucleico que probablemente precedió tanto a las proteínas como al propio DNA. Este tipo de investigaciones, que en sus inicios estuvieron limitadas a quienes se interesaban por entender las etapas iniciales de la evolución biológica, se ha desarrollado de forma impresionante gracias, entre otras cosas, a su enorme potencial biotecnológico. Es evidente que este fenómeno es un reflejo más de la extraordinaria expansión que ha experimentado la biología en las últimas décadas, cuya intersección con otras disciplinas, como la informática, ha permitido el desarrollo de técnicas y conceptos de análisis evolutivo cada vez más refinados que se reflejan, por ejemplo, en la genómica comparada y que también están impactando el estudio del origen y la evolución inicial de la vida. A mí me resulta igualmente alentador el interés creciente de los astrónomos por el origen de la vida, así como la intensidad con que geólogos y paleontólogos discuten el impacto de los seres vivos en la evolución del planeta y las huellas que los seres vivos han dejado en los sedimentos. Por desgracia, el desarrollo de las investigaciones sobre el origen de la vida es muy asimétrico. En estos momentos, por ejemplo, existe un número muy reducido de laboratorios dedicados a la química prebiótica y muchos de los investigadores que efectuaron contribuciones clásicas en esta área, como Stanley Miller, Joan Oró y Leslie Orgel, por ejemplo, se han jubilado ¡y no hay muchos que los vayan reemplazando!LT¿Qué piensa de que hoy en día algunos estados de Estados Unidos prohíban explicar las teorías evolucionistas y sigan defendiendo una visión religiosa sobre los orígenes de la vida? ALEs una situación grotesca que se debe entender no como una postura religiosa, sino como la expresión ideológica de una posición política caracterizada por una lamentable pobreza científica y teológica. Corresponde, por supuesto, a un conservadurismo rupestre que se intenta justificar con la lectura literal de la Biblia, pero hace poco honor a la extraordinaria herencia científica que posee Estados Unidos. No deja de ser contradictorio, por supuesto, que mientras se sigue alimentando la leyenda negra que se le endilgó hace muchos años a España y, por extensión, a América Latina, que en los países con tradición católica el rechazo a las ideas evolucionistas diste mucho de exhibir la militancia activa que muestran los grupos que usted menciona. Es obvio que tanto en España como en Latinoamérica existen sectores muy conservadores que padecen estremecimientos teológicos ante la mera mención de las teorías evolutivas, pero es evidente que muy pocos de ellos buscan exorcizar a la sombra de Darwin apelando a las Sagradas Escrituras. A éstos, lo que les preocupa sobre todo es el desarrollo de la investigación en tecnologías reproductivas. En realidad, los países de habla hispana son un campo muy fértil para promover el estudio y la enseñanza de la evolución, porque no existe el rechazo histórico que resulta tan evidente en Estados Unidos debido a la estridencia de los grupos mencionados.LT¿Es posible compatibilizar la vida científica con las creencias religiosas?AL Ni la ciencia tiene como objetivo validar o no las creencias religiosas ni la religión tiene porque sancionar el conocimiento científico. Son cosas que se mueven en terrenos diferentes. Existe un número enorme de creyentes que no perciben una contradicción entre sus creencias y prácticas religiosas, por un lado, y la visión secular que les ofrece la ciencia, por otro. Es obvio que la mente humana posee capacidad de separar sin problema alguno lo que corresponde a distintas áreas de la cultura sin caer en la esquizofrenia. Ello es perfectamente claro, por ejemplo, en el caso de la pintura. Todos sabemos que las mujeres no son como las pintó Picasso en su época cubista y, sin embargo, ello no nos impide apreciar el valor estético de sus cuadros. Por supuesto que pueden llegar a sentirse dudas y conflictos al tratar de conciliar las ideas religiosas con las teorías y descubrimientos científicos, pero el buen creyente no necesita pruebas. Le debe bastar la fe que, después de todo, es una de las tres virtudes teologales. Yo le tengo un gran respeto a quienes, ante este tipo de conflictos, buscan en el diálogo y la discusión una solución a sus dudas en lugar de refugiarse en el dogma. Me parece que, en términos generales, en nuestros países está claro que hay que darle a Dios lo que es Dios, al César lo que es del César y a Darwin lo que es de Darwin.LTUsted ha dedicado parte de su vida profesional a la divulgación científica. ¿Cómo se siente al ser casi un best-seller en el área científica?ALEstoy convencido de que la divulgación científica es una labor central de la comunidad científica, que contribuye a la democratización del conocimiento. Es evidente que no puede estar limitada por objetivos meramente didácticos, sino que se debe reconocer que contribuye a generar una identidad cultural esencial para comprender en forma crítica y gozosa el mundo actual. Eso lo refleja el enorme interés que muchos lectores, jóvenes y viejos, sienten por la ciencia, y creo que eso explica la buena acogida que han tenido mis libros. Le debo confesar que me sigue sorprendiendo el interés que continúa despertando el primer libro que publiqué sobre el origen de la vida, hace ya más de 25 años, ¡y del que se han vendido más de medio millón de ejemplares! Creo que el mérito fundamental de ese libro es el entusiasmo con el que lo escribí. Lo demás es producto de la generosidad del lector.LTLa vida extraterrestre ha sido uno de los temas tabú en el mundo científico. ¿Qué sabemos hoy en día de la vida fuera de nuestro planeta?AL El problema básico de la vida extraterrestre es que es como la democracia. Todos hablamos de ella, pero nadie la ha visto. Sin embargo, gracias al empeño de astrónomos como Frank Drake, Carl Sagan, Vassilii Fesenkov y otros más, por una parte, y al desarrollo de los programas espaciales de Estados Unidos y la antigua Unión Soviética, por otra, la posibilidad de que exista vida en otras partes del universo ha ido ganando poco a poco un lugar legítimo en la comunidad científica. No hay pruebas de que existan otros mundos habitados. Sin embargo, en muchos círculos científicos la posibilidad de que exista vida en otras partes del universo es vista como una preocupación importante, basada sobre todo en: primero, el descubrimiento de un número cada vez mayor de sistemas planetarios; segundo, la existencia de multitud de compuestos orgánicos en otros cuerpos del sistema solar y en las nubes de material interestelar tanto de la Vía Láctea como de otras galaxias; tercero, el desarrollo de teorías sobre el origen de la vida en la Tierra que plantean que ésta no es producto de un milagro ni de una casualidad, sino de un proceso de evolución natural que no tiene porque estar limitado a nuestro planeta; y, por último, la sorprendente habilidad que poseen muchos microorganismos para adaptarse a ambientes que a nosotros nos parecen extremos. El tabú ha desaparecido y ha cedido su lugar al reconocimiento de la importancia científica y filosófica que tiene el estudio de las posibilidades de vida extraterrestre. Vale la pena señalar que este interés ha logrado sobrevivir, inclusive, a la convicción cada vez más generalizada de que las estructuras que se encontraron en el meteorito marciano Allan Hills y que tanto interés despertaron hace algunos años no son de origen biológico.LT¿Cuál es el principal problema al que se enfrentan los científicos que estudian el origen y la evolución de nuestra especie?ALEl estudio del origen y la evolución humana es un tema fascinante, al cual los científicos españoles han efectuado aportaciones importantísimas. Entender cómo surgen los humanos y cuáles son los procesos que llevan a la extraordinaria riqueza genética que caracteriza a nuestra especie complementa el esquema general de la evolución biológica, que comienza con la aparición de la vida y continúa ininterrumpidamente durante 4 mil millones de años con el surgimiento y la extinción de una diversidad extraordinaria de especies. Es cierto, también, que los distintos registros fósiles (tanto paleontológicos como moleculares) disponibles en el caso de la evolución de los primates permiten una reconstrucción de nuestra evolución con un detalle que resulta envidiable para quienes estudiamos el origen de la vida. Pero hay problemas equivalentes: ¿en qué momento surgen los primeros humanos? ¿Qué es lo que define a un humano y lo distingue de los demás primates? Dada la extraordinaria similitud que existe a nivel genómico entre chimpancés y humanos ¿cuáles y cuántas son las diferencias genéticas que existen entre estos dos grupos biológicos? ¿Qué efecto tuvieron en el desarrollo de nuestras capacidades intelectuales y en la aparición del lenguaje? Son preguntas esenciales, me parece, porque responder a ellas es enfrentar nuestra naturaleza misma.