jueves, 29 de enero de 2009

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Jornada: Cuba

■ La visita del presidente del país caribeño es la primera que realiza en 24 años

Cuba y Rusia defienden la idea de un mundo multipolar, afirma Raúl Castro en Moscú

Juan Pablo Duch (Corresponsal)

Ampliar la imagen El mandatario cubano es recibido por una guardia de honor a su llegada al aeropuerto Vnukovo de la capital de Rusia El mandatario cubano es recibido por una guardia de honor a su llegada al aeropuerto Vnukovo de la capital de Rusia Foto: Reuters

Moscú, 28 de enero. El presidente de Cuba, Raúl Castro, llegó hoy a la capital de Rusia en visita oficial que sella el rencuentro entre Moscú y La Habana, tras los años de distanciamiento originado por la desaparición de la Unión Soviética, y que también corrobora el relevante papel que empieza a desempeñar América Latina en la política exterior del Kremlin.

Esta visita, calificada de histórica por las cancillerías de Rusia y Cuba, es la primera que realiza un jefe de Estado cubano a este país desde 1987, cuando Fidel Castro asistió a los actos del 70 aniversario de la revolución bolchevique.

Raúl Castro tenía 24 años de no venir a Rusia y ahora, en este su segundo viaje al exterior desde que, en julio de 2006, sucedió a su hermano al frente de los consejos de Estado y de Ministros, permanecerá aquí una semana completa.

En un gesto inusual en visitas de mandatarios extranjeros a Rusia, que subraya una especial deferencia hacia Raúl Castro, éste será recibido este jueves por su par ruso Dimitri Medvediev en la residencia presidencial de descanso en Zavídovo, a 120 kilómetros de Moscú, donde Nikita Jruschov atendió a Fidel Castro durante su primer viaje a la Unión Soviética.

Tras esa primera ronda de pláticas informales, el viernes tendrán lugar en el Kremlin las conversaciones oficiales y la firma de acuerdos de cooperación que buscan dar un renovado impulso a intercambios bilaterales en economía, comercio, finanzas y cultura.

El presidente cubano, entrevistado por la agencia local Itar-Tass, definió de “excelente” el estado de la relación bilateral y expresó la esperanza de que dichos nexos “se desarrollen y fortalezcan”.

Después de recordar que Cuba y Rusia defienden la idea de un mundo multipolar, el líder cubano apuntó: “nosotros, como muchos otros, juzgamos que el renacimiento de Rusia es un factor positivo”.

Para Medvediev, quien en noviembre visitó la isla al término de la gira que lo llevó también a Perú, Brasil y Venezuela, Cuba “ha sido y es” uno de los “socios clave” de Rusia en América Latina.

De unos años para acá, la cooperación ruso-cubana registra avances ostensibles en sectores de hidrocarburos, níquel, industria farmacéutica, biotecnologías, telecomunicaciones, computación o turismo, por enumerar algunos.

La cooperación militar, sin recobrar la intensidad que tuvo en la época soviética, adquiere un significado especial por obvias razones geoestratégicas. No figura en el orden del día instalar una base militar rusa en Cuba, pero es frecuente la visita de buques de guerra y ya se realizaron misiones de reconocimiento para el eventual aterrizaje de bombarderos estratégicos de Rusia en la isla.

Por todo ello, el canciller ruso Serguei Lavrov consideró –en entrevista con Prensa Latina– que la visita de Raúl Castro “será un hito importante en los ascendentes vínculos entre Rusia y Cuba”.

La visita del presidente cubano es la tercera, en menos de dos meses, que efectúa a Moscú un mandatario de América Latina. Antes de Castro vinieron la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega.

En febrero se espera aquí a Evo Morales, presidente de Bolivia, y en abril a Michelle Bachelet, presidenta de Chile. Hugo Chávez, mandatario de Venezuela, quien es huésped asiduo y socio privilegiado del Kremlin, tiene planes para venir este año.

Todo esto confirma que la diplomacia rusa concede creciente importancia a las relaciones con América Latina.

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Cuando los pronósticos son muy negativos se inhibe la toma de decisiones, advierte en Davos

Calderón enmienda la plana a Ortiz; pide moderar expectativas económicas

■ El Banco de México ha variado frecuentemente sus propias estimaciones, señala

■ El Presidente se reúne en Davos con Zedillo y critica distorsiones informativas que comparan a México con Pakistán

Claudia Herrera Beltrán (Enviada)

El presidente Felipe Calderón y su esposa, Margarita Zavala, durante un recorrido por calles de Davos

El presidente Felipe Calderón y su esposa, Margarita Zavala, durante un recorrido por calles de Davos Foto: Ap

Davos, 28 de enero. El presidente Felipe Calderón dejó ver diferencias con el Banco de México –que un día antes pronosticó un año de decrecimiento económico–, al recomendar que se cuide la generación de expectativas, pues cuando son cada vez más negativas pueden carecer de fundamentos sólidos e inhibir a los agentes económicos.

Antes de su participación en el Foro Económico Mundial, también aseguró que una de sus misiones en esta reunión, que congrega a la elite política y económica del planeta, es “eliminar” las distorsiones informativas que comparan a México en situaciones de fragilidad equivalentes a las de Pakistán. Eso es “totalmente desproporcionado y claramente equívoco”, señaló en relación con un informe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos.

El Fobaproa en Davos

Como primera actividad a su llegada a esta villa alpina, el Ejecutivo mexicano almorzó durante una hora con el ex presidente de México Ernesto Zedillo quien, según explicó, le dio una perspectiva “muy interesante” sobre la crisis económica. A esa hora, el ex mandatario había causado revuelo durante su participación en el foro, porque afirmó que el Fobaproa costó mucho más que el rescate de los bancos de Estados Unidos.

Acerca de su charla en el Gentiana, pequeño y exclusivo restaurante que estuvo vigilado discretamente por el Estado Mayor Presidencial, Calderón comentó que fue de “mucha utilidad” y elogió a su interlocutor con estas palabras: “Es una persona a la que respeto, desde luego, y que aprecio, además de que ha sido también muy respetuoso en cuanto al desempeño de mi gobierno en esta administración, lo cual realmente agradezco”.

De ahí, junto con su vocero, Maximiliano Cortázar, y sus escoltas, el michoacano caminó unos metros al restaurante Schneider. Ahí aseguró, en relación con el anuncio que hizo el gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, de que México decrecerá entre 0.8 y 1 por ciento, que él prefiere ubicarse en un escenario equilibrado, realista. “Yo creo que tan malo es generar expectativas sobradas o infundadamente optimistas, como generar expectativas cada vez más negativas y deterioradas que también pueden carecer de fundamentos sólidos”, argumentó.

Rodeado de los secretarios de Economía, Gerardo Ruiz; de Energía, Georgina Kessel, y de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa, el Presidente advirtió que en la medida que se generan expectativas negativas se inhiben algunas decisiones, y puso como ejemplo a una familia común que decide no comprar un vehículo o una casa motivada por las expectativas que los actores económicos, como gobiernos, bancos centrales, generan sobre la economía.

Con base en esta preocupación explicó que dio instrucciones a su gabinete para que se concentre “no tanto en cuál puede ser el mejor pronóstico que en estos tiempos de incertidumbre es muy difícil precisar… sino en qué podemos hacer para minimizar el impacto en el empleo”.

En una terraza de este restaurante que Proméxico convirtió en su centro de operaciones para la promoción del país, el titular del Ejecutivo hizo ver que el propio Banco de México ha variado frecuentemente sus propias estimaciones de crecimiento económico, y lo mismo ha hecho la Secretaría de Hacienda.

Consideró también que es lógico el cambio de las previsiones económicas del país, por el actual entorno de incertidumbre, y aseguró que por eso el Banco de México dio un rango de variabilidad del crecimiento del PIB en un punto porcentual, que es “muy amplio”.

Eso, explicó Calderón, habla de la dificultad que existe para precisar exactamente cuáles van a ser los efectos de esta situación económica adversa, que –insistió– será “difícil, lo sabemos todos”, sobre todo al principio del año, pero que el gobierno enfrentará.

En relación con el señalamiento de Ortiz Martínez, de que México está en recesión, dijo saber que el mundo enfrenta ese problema y que a nuestro país “seguramente” lo afectará.

Al presentar los objetivos de su apretada agenda en Davos, que incluye 24 actividades entre entrevistas, cenas y participación en diversas sesiones, explicó que buscará “reducir o eliminar” las distorsiones informativas que en ciertas esferas del ámbito internacional se han generado.

Casi para concluir, al referirse al informe elaborado por el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, que ubica a México y Pakistán como estados en “riesgo de colapso”, explicó que en otros foros su gobierno se ha encargado de revertir esa imagen y que a él personalmente le interesa despejar esa duda. Además, ofreció que en sus encuentros con líderes políticos y económicos planteará de manera “directa, objetiva y real” los desafíos que enfrenta México.

El objetivo de Calderón es mostrar los “logros” del país, sobre todo las reformas en los rubros fiscal, de pensiones y energético que fueron promovidas por su gobierno y aprobadas por el Congreso de la Unión.

Después, el michoacano acudió, como otros 40 jefes de Estado y de gobierno, a la apertura del foro y a la cena que ofreció el presidente del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab.

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