Ignacio Comonfort
N. Orléans, enero 17 de 1855.
Señor don Melchor Ocampo.
Brownsville.
Muy querido amigo y señor mío:
En 20 de noviembre último salió Nacho Comonfort de N. York llevando más de cien mil fusiles, algunos cañones y obuses de montaña, cien quintales de polvora, veinte mil tiros de fusil, muchos de cañón, bombas, granadas, cohetes de diversas clases, plomo y, en suma, un surtido regular de las municiones de guerra que necesitaba para la fortaleza de Acapulco y para sostener con éxito la revolución en el Sur. Tengo ya carta suya en que me participa que llegó sin novedad a Acapulco el día 7 de diciembre, y que las cosas relativas a la revolución iban perfectamente por allá.
Lo más satisfactorio para nosotros y que seguramente le será también para usted, es que Comonfort, a fin de surtirse de todo lo que he dicho y para habilitarse de una imprenta y algún dinero efectivo, no hizo contrato alguno en que se afectara la independencia de la patria o su territorio en lo más mínimo, como calumniosamente han querido sospechar algunos periódicos de México, pues únicamente le hizo un préstamo un amigo suyo, más por consideraciones de amistad particular que por cualesquiera otras.
El poder amplio del general Álvarez que trajo Comonfort para proporcionar recursos a la revolución, quedó sustituido a mi favor, con todos los requisitos legales; en virtud de él he trabajado lo posible sin conseguir hasta ahora cosa alguna; más, sigo trabajando y si algo consiguiere lo participaré a usted, a fin de formentar la revolución por ese rumbo; además, si ustedes pueden en este sentido hacer allí algún contrato y le fuere útil mi representación, debe usted estar seguro de que yo ratificaré cuanto haga, para lo cual, si fue re necesario ir allá marcharé inmediatamente con su aviso.
Suplico a usted le diga a Ponciano que tenga esta carta por suya; dele muy finas memorias de mi parte a Pepita, y disponga del invariable afecto que le profesa su muy apasionado amigo y compañero que besa su mano.
Miguel Ma. Arrioja.
[INAH, 50-A-4-7-2].
91
N. Orléans, enero 17 de 1855.
Señor don Melchor Ocampo.
Brownsville.
Muy querido amigo y señor mío:
En 20 de noviembre último salió Nacho Comonfort de N. York llevando más de cien mil fusiles, algunos cañones y obuses de montaña, cien quintales de polvora, veinte mil tiros de fusil, muchos de cañón, bombas, granadas, cohetes de diversas clases, plomo y, en suma, un surtido regular de las municiones de guerra que necesitaba para la fortaleza de Acapulco y para sostener con éxito la revolución en el Sur. Tengo ya carta suya en que me participa que llegó sin novedad a Acapulco el día 7 de diciembre, y que las cosas relativas a la revolución iban perfectamente por allá.
Lo más satisfactorio para nosotros y que seguramente le será también para usted, es que Comonfort, a fin de surtirse de todo lo que he dicho y para habilitarse de una imprenta y algún dinero efectivo, no hizo contrato alguno en que se afectara la independencia de la patria o su territorio en lo más mínimo, como calumniosamente han querido sospechar algunos periódicos de México, pues únicamente le hizo un préstamo un amigo suyo, más por consideraciones de amistad particular que por cualesquiera otras.
El poder amplio del general Álvarez que trajo Comonfort para proporcionar recursos a la revolución, quedó sustituido a mi favor, con todos los requisitos legales; en virtud de él he trabajado lo posible sin conseguir hasta ahora cosa alguna; más, sigo trabajando y si algo consiguiere lo participaré a usted, a fin de formentar la revolución por ese rumbo; además, si ustedes pueden en este sentido hacer allí algún contrato y le fuere útil mi representación, debe usted estar seguro de que yo ratificaré cuanto haga, para lo cual, si fue re necesario ir allá marcharé inmediatamente con su aviso.
Suplico a usted le diga a Ponciano que tenga esta carta por suya; dele muy finas memorias de mi parte a Pepita, y disponga del invariable afecto que le profesa su muy apasionado amigo y compañero que besa su mano.
Miguel Ma. Arrioja.
[INAH, 50-A-4-7-2].
·Obras Completas de Don Melchor Ocampo, Tomo IV. Raúl Arreola Cortés.
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