Confía en que los diputados locales desaprueben el martes la iniciativa de ley
Rechaza el papa Benedicto XVI despenalización del aborto en DF
Ratifica su apoyo a la Iglesia católica ''y a tantas personas de buena voluntad'' en México que están en favor de la vida
Llama el Episcopado a no avalar propuestas sociales como la eutanasia
JUAN BALBOA
Lago de Guadalupe, Estado de México, 20 de abril. El papa Benedicto XVI expresó hoy su rechazo a "una ley mexicana" que pretende despenalizar el aborto y estar en contra de la vida y se unió a la Iglesia en México, "y a tantas personas de buena voluntad", preocupadas ante un proyecto de ley en el Distrito Federal que amenaza la vida del niño por nacer.
En una carta enviada a la 83 asamblea general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), el Papa mantiene la esperanza, dice, de que la iniciativa de ley que podría ser aprobada por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) sea rechazada por los propios legisladores, y ratificó su apoyo a los obispos reunidos en la plenaria de la asamblea, quienes se han expresado en favor de la vida del ser humano.
Esta es la primera vez que un jerarca católico se pronuncia por una iniciativa de ley en México. "En este tiempo pascual, con la resurrección de Cristo estamos celebrando el triunfo de la vida sobre la muerte. Este gran don nos impulsa a proteger y defender con firme decisión el derecho a la vida de todo ser humano desde el primer instante de su concepción, frente a cualquier manifestación de la cultura de la muerte", puntualiza la carta del papa Benedicto XVI enviada a los obispos mexicanos por el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado del Vaticano.
Por todo ello, el Papa "encomienda a la maternal intercesión de nuestra señora de Guadalupe a todos los hijos e hijas de esa querida nación".
''Un delito, aunque se le cambie el nombre, sigue siendo delito''
Al recibir el apoyo solidario del papa Benedicto XVI, la plenaria de la asamblea general de la CEM hizo un nuevo llamado a hombres y mujeres, "profesen la religión católica o no", de no apoyar las propuestas sociales o políticas que favorezcan acciones contra la vida como el aborto y la eutanasia.
En una carta al pueblo de México, los cardenales, arzobispos y obispos de México declaran que el aborto directo "es un desorden moral grave" y señalan que ninguna ley del mundo podrá jamás hacer lícito un acto que es intrínsecamente ilícito.
"Los obispos, como pastores del pueblo de Dios, compartimos nuestra preocupación sobre el tema de la vida y recordamos que una obligación primaria del Estado consiste en velar y defender el derecho natural de todo ser humano a la vida y a la integridad física desde la concepción hasta la muerte. Si una ley positiva priva a una categoría de seres humanos de la protección que el ordenamiento civil les debe, el Estado niega la igualdad de todos ante la ley.
"Cuando el Estado no pone su poder al servicio de los derechos de todo ciudadano, y particularmente de quien es más débil, se quebrantan los fundamentos mismos del estado de derecho", subrayan los obispos mexicanos en la carta pública al pueblo de México.
Ningún hombre o mujer, profese la religión católica o no, precisan en el documento final de la 83 asamblea general, debe apoyar las propuestas sociales o políticas que favorezcan acciones contra la vida, como el aborto o la eutanasia. "Debe constar con toda claridad que el aborto directo, es decir, querido como fin o como medio, es un desorden moral grave, en cuanto eliminación deliberada de un ser humano inocente".
Carlos Aguiar Retes, obispo de Texcoco y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, dijo que el papa Benedicto XVI se sumó a las voces de los obispos mexicanos que han hecho público su rechazo total a la despenalización del aborto, y criticó los argumentos falaces de los diputados locales de la capital mexicana que insisten, pero sobre todo el intento por confundir cambiando de nombre al acto de abortar por el de interrumpir el embarazo.
"Cuando hay un delito, aunque se le cambie el nombre sigue siendo delito. Interrupción de embarazo y aborto son dos formas distintas de llamar a la muerte", puntualizó el presidente de la CEM, quien fue avalado por el arzobispo de Tuxtla Gutiérrez, Rogelio Cabrera López, y el obispo auxiliar de Guadalajara, José Leopoldo González.
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