lunes, 29 de septiembre de 2008

Jornada: AMLO

■ Se dice dispuesto a dialogar y llegar a un acuerdo si se retiran iniciativas privatizadoras

Propone AMLO a sus adversarios plan anticrisis para salvar a Pemex

■ Pide en el Zócalo respaldar el programa de acción inmediata para el fortalecimiento de la paraestatal

■ El llamado incluye a las fuerzas políticas y a representantes de todos los sectores

Alma E. Muñoz y Enrique Méndez

Miles de seguidores de López Obrador entonaron el Himno Nacional

Miles de seguidores de López Obrador entonaron el Himno Nacional Foto: Marco Peláez

El Hemiciclo a Juárez también fue escenario de la defensa petrolera

El Hemiciclo a Juárez también fue escenario de la defensa petrolera Foto: Carlos Ramos Mamahua

En el acto del Zócalo, un hombre no identificado golpeó con un palo en la cabeza a un ayudante de camarógrafo de la empresa Televisa

En el acto del Zócalo, un hombre no identificado golpeó con un palo en la cabeza a un ayudante de camarógrafo de la empresa Televisa Foto: Marco Peláez

Andrés Manuel López Obrador se mostró dispuesto “a dialogar y a llegar a un acuerdo con nuestros adversarios, si se hace el compromiso de retirar en definitiva las iniciativas de privatización de Petróleos Mexicanos (Pemex) y se apoya el programa de acción inmediata para el fortalecimiento de la paraestatal”, elaborado por un grupo de intelectuales y expertos en la materia; el ofrecimiento incluye que se admita un “plan anticrisis” que presentará el Frente Amplio Progresista (FAP) en el Congreso de la Unión, espacio donde podría concretarse ese pacto.

“Para rescatar al país de la crisis actual estamos dispuestos a construir un acuerdo con todas las fuerzas políticas y con los representantes de todos los sectores sociales de México, siempre y cuando se convenga cambiar la política económica para apoyar a la mayoría de los mexicanos, en especial a los pobres y desposeídos del país, y todos nos comprometamos a no permitir la privatización de la industria petrolera, en ninguna de sus modalidades”, afirmó al encabezar un mitin en el Zócalo capitalino.

A pesar de ello, López Obrador mantuvo la alerta ante la posibilidad de un albazo por parte de Felipe Calderón y las cúpulas del PRI y del PAN para aprobar un dictamen que muy posiblemente, dijo, se prepara en reuniones en casas particulares u hoteles. “De ser así –expuso– estén muy pendientes porque vamos a movilizarnos, habrá resistencia civil pacífica y no habrá multa o sanción que nos impida ejercer el derecho constitucional de manifestación. Además, la libertad y la justicia no se imploran, se conquistan”.

En su intervención dirigida a miles de personas que en su mayoría marcharon, previamente, desde del Ángel de la Independencia, el ex candidato presidencial condenó una vez más “el acto terrorista de Morelia”, y rindió homenaje a los jóvenes que participaron en el movimiento estudiantil de 1968 porque, refirió, fueron ellos los que abrieron los cauces democráticos del país. “Cuarenta años después, como ellos, seguimos luchando por la justicia, la democracia y la libertad”.

Previamente, y poco antes de que el embajador Jorge Eduardo Navarrete explicara el contenido del libro de López Obrador, La gran tentación: el petróleo de México, desde detrás de las vallas un hombre robusto y de bigote utilizó el palo de una pancarta para golpear en la cabeza al ayudante de camarógrafo de la empresa Televisa, Abel Urrutia. Ello le causó una herida en el lado izquierdo de la frente, y un médico lo atendió detrás del templete para detener la hemorragia.

Después, a lo largo de su discurso en asamblea informativa del Movimiento en Defensa del Petróleo, el “presidente legítimo” planteó en cuatro ocasiones su disposición a un acuerdo. Pero acotó que ello debe implicar un trato serio de sus adversarios, que exige voluntad, compromisos y responsabilidad de todos en el Congreso de la Unión, porque “es obvio que no aceptaremos la simulación ni el engaño”.

Delimitó que si los adversarios del movimiento “optan por seguir haciendo la política de siempre, ésa donde sólo cuentan los intereses de una minoría y no las demandas y aspiraciones del pueblo, de una vez les decimos que sigan su camino, que nosotros vamos a continuar ejerciendo el legítimo derecho de hacer una nueva política para poder construir una República más justa, más humana e igualitaria”.

Y si aceptan la propuesta, agregó, “vamos al acuerdo para salvar al país y a proteger a nuestro pueblo”. Se mostró seguro que si se aplica su plan, “se puede frenar la crisis, enfrentar la incertidumbre y crear un ambiente de seguridad, de aliento y de esperanza al pueblo de México. Ello con la participación de legisladores de todos los partidos políticos y representantes de todos los sectores sociales”.

Al respecto, precisó que en el Poder Legislativo están representadas todas las fuerzas políticas del país y desde ahí podría convocarse al resto de la sociedad. En específico, resaltó que como la Cámara de Diputados tiene la facultad exclusiva de aprobar el Presupuesto de Egresos de la Federación, la mayor parte de las propuestas se consolidarían con una nueva orientación del gasto público.

“En pocas palabras, se necesita que el destinatario del presupuesto sea el pueblo y no los potentados y la alta burocracia. En consecuencia, voy a solicitar respetuosamente a los legisladores del Frente Amplio Progresista, que presenten a sus homólogos de otros partidos este plan anticrisis”, dijo. Se refirió a los que estaban a su lado: Alberto Anaya, coordinador de los senadores del PT; Dante Delgado y Alejandro Chanona, coordinadores de Convergencia, y a Javier González Garza, de los diputados del PRD. López Obrador detalló enseguida los pormenores de su “plan anticrisis”.

Dijo que en materia económica, para enfrentar la crisis y evitar que se agrave la situación, “se debe fortalecer nuestra producción interna para, cuando menos, evitar un mayor desempleo y disminuir el déficit comercial”. Sostuvo que esto puede lograrse aumentando la producción para depender menos de las importaciones de gasolinas, diesel, gas natural, alimentos y toda la gama de productos manufacturados, que no son competitivos por los altos costos de los energéticos y del crédito.

Afirmó que los fondos para el plan pueden obtenerse con la reorientación del 50 por ciento de los 400 mil millones de pesos que el gobierno federal destina a gasto corriente; a esto se sumarían, dijo, otros 200 mil millones por ingresos extraordinarios de la venta de crudo de exportación.

Con esta bolsa de 400 mil millones de pesos, consideró, se pueden financiar proyectos de alto impacto económico para mejorar el nivel de empleo, la competitividad y atemperar la crisis social y el clima de inseguridad. También se incluyen los diez puntos presentados por él mismo la noche del 15 de septiembre.

López Obrador insistió en que la propuesta elaborada por los intelectuales, artistas y expertos permitirá que se asignen mayores recursos a Pemex, y demuestra que no se requiere “invitar” a inversionistas extranjeros para fortalecer a la empresa.

El ex candidato presidencial presentó un saldo de lo que denominó “la política de pillaje llamado neoliberalismo”, en la que incluyó una crítica a “muchos intelectuales y comunicadores al servicio de la derecha” que, afirmó, se condujeron “como borregos” porque “repetían y consideraban válida la seudoteoría del goteo, según la cual si le iba muy bien a los de arriba, les iría bien a los de abajo; si llovía fuerte arriba, goteaba abajo, como si la riqueza en sí misma fuera permeable y contagiosa”.

Por la noche, López Obrador viajó a Los Angeles, California, junto con el cineasta Luis Mandoki, recientemente galardonado en el Festival Internacional de Cine Latino en esa ciudad, por Fraude: México 2006. Se confirmó que el tabasqueño concederá entrevistas a medios de comunicación, ofrecerá una conferencia y sostendrá encuentros con la comunidad latina.

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