viernes, 6 de junio de 2008

Jornada: PEMEX



“No es un capricho, sino un método democrático”

Ángel Bolaños Sánchez

El jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubon, sugirió ayer a Felipe Calderón no enojarse por la consulta popular a la que convocó en materia energética y seguir el ejemplo de países como España, al que “tanto admiran”, que ha recurrido a este mecanismo en la toma de decisiones. Por la noche, en respuesta a la Secretaría de Gobernación, la administración local externó su preocupación porque el Ejecutivo federal descalifique un legítimo y democrático ejercicio ciudadano, “que tiene como eje fundamental el principio constitucional de que la soberanía recae en el pueblo y se constituye en beneficio de él”.

Mediante una carta que el subsecretario de Gobierno capitalino, Juan José García Ochoa, envió al subsecretario de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Daniel Cabeza de Vaca, se señala que “no creemos que un mecanismo democrático y legal de consulta a los ciudadanos debiera ser descalificado. Al contrario, fortalece el proceso de consulta que se está llevando a cabo en el Senado, toda vez que se está discutiendo el futuro de la principal riqueza de nuestro país y consideramos indispensable que se tome en cuenta la opinión de todos los ciudadanos”.

Por tal razón, se puntualiza que Ebrard, “en su ámbito de competencia”, convocó a los habitantes de la ciudad a que se expresen al respecto en una consulta, a efecto de que el resultado de la misma sea tomada en consideración por los legisladores, y exhortó a los gobiernos de los estados a hacer lo propio de acuerdo a sus leyes.

Se aclara que la consulta ciudadana convocada es una propuesta realizada en el marco de las facultades que le otorgan al mandatario local la Constitución, el Estatuto de Gobierno del DF, el Código Electoral local y la Ley de Participación Ciudadana.

Por la mañana, en entrevista luego de presentar un programa ambiental para la ciudad de México, Ebrard dijo que la mejor manera de resolver diferencias tan profundas como la que ha generado la iniciativa enviada por Calderón es consultando a la gente.

“No es ni un capricho ni una ocurrencia, es un método democrático que se utiliza en muchos países”, apuntó.

Sobre el riesgo de que al embate del gobierno federal contra las autoridades capitalinas en este tema se sumen los empresarios propiciando una polarización social como la que se registró en el contexto de los comicios de 2006, el mandatario capitalino consideró importante que tanto quienes están de acuerdo en la reforma, como los que no lo están, tengan un acceso equitativo en los medios para presentar sus argumentos.

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