Carlos Marín
Germán Martínez, presidente del PAN, dijo el viernes con Carlos Loret que la ética de los servidores públicos “es la ley”, lo cual es mentira: la ética es el espacio, la atmósfera, el ecosistema de los servidores públicos, obligados todos, por supuesto, a cumplir y hacer cumplir la ley.
La noche del mismo viernes, con Joaquín López-Dóriga, Juan Camilo Mouriño recordó que su familia empezó a hacer negocios con Pemex cuando poseía diez camiones; que él era entonces un niño; que la flotilla es hoy de ocho, y que su firma en los contratos que se han vuelto combustible de su hoguera es “legal y ética”.Para sus enemigos, Mouriño es la encarnación del mal (ratero, “español”, de “la pandilla del espurio”, “traidor a México” que quiere “privatizar Pemex”).
Más allá del linchamiento, para efectos legales están contra Mouriño los artículos 217, 220 y 221 del Código Penal Federal, así como el 47 de la Ley de Responsabilidades de los Funcionarios Públicos.
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