Resalta su discurso de mano dura y su acercamiento a las fuerzas armadas
Cien días del gobierno calderonista: no hay proyecto de país ni liderazgo
Destaca la ausencia de iniciativas en materias laboral, energética y política
Pobreza, tema pendiente
Se ha reunido más veces con priístas que con dirigentes del PAN
CLAUDIA HERRERA BELTRAN
Si algo ha distinguido los primeros 100 días de gobierno del presidente Felipe Calderón Hinojosa, quien presentará hoy su balance en Chiapas, ha sido el discurso de la "mano firme" contra la delincuencia, apoyado en las fuerzas armadas, con las cuales ha estado en 10 actos. Asimismo, una carrera frenética por cumplir sus 100 promesas, pero sin conseguir 17 y dejando otras como enunciados, sin metas ni recursos.
Así, en ese periodo, que el michoacano se fijó como plazo para cumplir el proyecto que presentó 12 días antes de la elección con el nombre 100 acciones para los primeros 100 días de gobierno, su agenda ha sido intensa. Ha pronunciado 106 discursos y ha realizado cuatro giras internacionales y 30 en el país. Los estados más visitados han sido Michoacán (tres ocasiones), Nuevo León (tres), Estado de México (cinco), Guerrero (dos) y Sinaloa (dos).
A golpe de "compromisos de gobierno" y de discursos de "mano firme contra la delincuencia", el jefe del Ejecutivo ha buscado superar la tensión política causada por las elecciones del 2 de julio.
El peso de las fuerzas armadas
Desde el comienzo de su gobierno buscó apuntalar su figura apoyado en las fuerzas armadas. En promedio, uno de cada 10 días lo dedicó a un acto militar. La lista es larga: Día de la Bandera, desayuno por el Día del Ejército, Marcha de la Lealtad, desayuno conmemorativo de la Fuerza Aérea Mexicana, entrega del sable de mando de la Marina, visita y saludo a las fuerzas federales en Michoacán, desayuno de fin de año con personal de la Armada de México, transferencia de personal de Defensa y la Marina a la Policía Federal Preventiva, toma de protesta del gabinete de seguridad y salutación de las fuerzas armadas.
Distancia con el foxismo y cercanía con el PRI
Un tema que obsesionó al mandatario en el arranque de su gobierno fue el de "fortalecer la institución presidencial", pues su correligionario Vicente Fox la dejó maltrecha. En su afán por diferenciarse del foxismo ha optado por proyectar una imagen sobria, que se sustenta en eventos rígidos, apego al discurso escrito y escaso contacto con la población. Esto último también a causa de las estrictas medidas de seguridad que rodean sus eventos, para evitar manifestaciones perredistas.
Calderón, a diferencia de Fox, siempre se ha ostentado como panista de cepa, pero paradójicamente se ha reunido más con el tricolor y su brazos corporativos que con su partido. De hecho, en 100 días únicamente se ha informado de una visita del líder nacional del blanquiazul, Manuel Espino, a Los Pinos.
En contraste, han sido recibidas la nueva dirigencia del PRI y su fracción parlamentaria en la Cámara de Diputados, la Confederación de Trabajadores de México, la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos, y el Congreso del Trabajo.
Aliada desde la campaña presidencial, la dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Elba Esther Gordillo, celebró su cumpleaños en la casa presidencial, donde reafirmó su alianza con el panista y de paso dictó la agenda educativa sexenal.
Apurado por mostrar cercanía con el perredismo, el jefe del Ejecutivo ha buscado aparecer al lado de gobernadores que triunfaron bajo las siglas de ese partido. Ya realizó giras con el michoacano Lázaro Cárdenas Batel, la zacatecana Amalia García, el chiapaneco Juan Sabines y el guerrerense Zeferino Torreblanca, y con el de Baja California, Narciso Agúndez, sólo se entrevistó.
Hasta ahora el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, ha sido el único mandatario perredista que no ha asistido a ningún acto con el Presidente.
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