democracia. La delantera en esa lucha de lodo la lleva Carlos Salinas de Gortari, el eterno aspirante a un retorno a la escena pública sin rechiflas e insultos.
Salinas es el protagonista central de las más recientes truculencias de Carlos Ahumada, tan villano y deleznable éste como los personajes y las historias de sus memorias recientemente organizadas en forma de libro. Y ahora ha sido un declarante enfermo, Miguel de la Madrid, sin control real sobre su capacidad de hacer declaraciones y análisis sensatos, pero con conocimiento directo y exacto de los antecedentes y las hechuras de Salinas, el que ha arrojado nueva carretada de suciedad sobre quien fue su secretario de Programación y Presupuesto. No tiene, desde luego, el ex presidente al que se considera el más gris de la historia reciente, ninguna autoridad moral para arrojar piedras a quien hizo su sucesor. Basta recordar que el mismo De la Madrid fue quien abrió la puerta con amplitud a la fusión de la política gubernamental con el narcotráfico, y que durante su administración se produjeron múltiples incidentes que lo colocaron a él mismo, el errático Miguel hoy necesitado de tutela para hablar de política, como protector de determinados bandos del negocio de las drogas y como renovado ejecutante sin melindres de la corrupción institucional endémica.
Sin embargo, y aun en ese estado de precariedad declarativa en que se encuentra (¿qué tantas cosas raras medio diría Carlos Jonguitud si fuera entrevistado en el momento de postración en que hoy está?), De la Madrid ha emitido en el noticiario radiofónico de Carmen Aristegui un fraseo trabajoso cuya destilación mediática forma una serie de acusaciones graves contra el salinismo, no sólo el de Carlos, sino de Raúl, el tesorero familiar, Adriana y el difunto Enrique. Cierto es que, horas después, su hijo, Federico de la Madrid (Enrique es el director general de la Financiera Rural del gobierno calderonista), dio a conocer una retractación fundada en el sabido mal estado de salud de su padre, pero el golpe a CSG ya es irreversible y la esencia de las acusaciones ha sentado carácter público. Vaya ironía para uno de los grandes manipuladores de la comunicación social en México: tal como ya lo hizo años atrás al contestar preguntas televisivas, Carlos Salinas podría acogerse a la figura fácil de la política ficción para tratar de desacreditar lo dicho en su contra, pero resulta que –como en el caso de Ahumada– lo que se ha consignado públicamente –en la entrevista de radio o en el libro, según corresponda– tiene plena correspondencia con lo que una gran parte de los mexicanos piensa y considera verdadero. La política ficción ha alcanzado al elusivo corredor de Agualeguas.
Otro declarante en maratónica interdicción moral, Roberto Madrazo Pintado, también ha considerado oportuno hacer gala de presunta valentía cívica al acusar a los ex presidentes Zedillo y Fox de haber hecho pactos con cárteles del narcotráfico. Al primero, hoy alto directivo académico en Yale, que la semana entrante estará en México en una convención de aseguradores y tendrá oportunidad de responder a las acusaciones, lo relaciona con el cártel de Juárez, y al segundo, al doctor honoris Coca, premiado por la Universidad de Humory, con el Chapo al que habría abierto las puertas del penal tapatío de Puente Grande para que se convirtiera en una especie de funcionario sexenal extraoficial. Apenas es necesario recordar aquí que la biografía del denunciante Madrazo Pintado está suficientemente cargada de episodios que en un país de leyes y justicia lo habrían llevado a la cárcel, pero hoy en México está de moda el deporte político de denunciar a otros sin reparar en lo propio.
Astillas
Héctor Alejandro Quintanar recuerda que Vicente Fox recibió en 2002 un doctorado honoris causa en filosofía de una universidad de Israel, la Ben-Gurión (la entrega fue en un Hilton de Cancún) y comenta: “Ahora, años después, esta disciplina está socavada en nuestro país, pues los panistas pretenden desaparecerla. Igualmente, este año, Fox recibe de una universidad gringa el mismo grado académico, según eso por sus ‘aportes a la democracia’, cuando bien sabemos que el culpable principal del desastre que desde 2006 vive el entramado democrático del país tiene como culpable al ignorante guanajuatense, que horrores causa. Qué desquicio del mundo moderno. Si a esas vamos, poco falta para que le den un honoris causa a Calderón por sus aportes a la ética pública y a la salud de los mexicanos”... Elizabeth Jiménez hace un recuento de las crisis recientes: la política, después de las elecciones que nos dejaron confrontados a todos; la de seguridad pública, con sangre por todo el país; la sanitaria, actual; y de nuevo la política, con los libros y declaraciones recientes. ¿Qué sigue? ¿Una crisis alimentaria?
... Muy de mañana fueron borradas las evidencias de que en la página electrónica del Instituto del Fraude Electoral se daba clic a la plataforma electoral de la Alianza por el Bien de Todos, correspondiente a 2006, y lo que aparecía era el texto correspondiente al PAN. Sin embargo, la basura fue mal puesta bajo la alfombra cibernética, pues, a la carrera, borraron el rubro específico de Plataformas electorales de coaliciones 2006
, que es donde estaba el error, y dejaron todo, genéricamente, bajo el título de Plataformas electorales de partidos políticos nacionales 2006
. En cambio, respecto a 2009, sí se mantiene la división entre coaliciones y partidos, tal como estaba en relación con 2006 antes de la plomería electrónica mal hecha de ayer... Y, mientras se le enreda el punto inmobiliario al estado de Hidalgo, y Guanajuato está en panista espera de la presunta refinería, ¡hasta mañana, con Hillary dando las gracias a México por sufrir para que Estados Unidos no lo hiciera!
No hay comentarios:
Publicar un comentario