martes, 14 de octubre de 2008

Jornada: Granaditas

■ Festeja hoy 51 años con gran comilona de carnitas, baile y las tradicionales peleas de box

Ni los productos chinos ni la crisis han podido con el Mercado de Granaditas

■ Ofrece en sus 709 locales más de 10 mil modelos y diseños diferentes de zapatos, ciento por ciento nacionales

■ “Antes venían y se llevaban tres o cuatro pares; ahora, nada más uno”

Rocío González Alvarado

En los 709 locales del mercado, distribuidos en 13 pasillos, se expende todo tipo de calzado: deportivo, escolar, casual o ejecutivo

En los 709 locales del mercado, distribuidos en 13 pasillos, se expende todo tipo de calzado: deportivo, escolar, casual o ejecutivo Foto: Roberto García Ortiz

Tambien se pueden encontrar extravagantes diseños en botas con tacones de plataforma, utilizados por bailarinas

Tambien se pueden encontrar extravagantes diseños en botas con tacones de plataforma, utilizados por bailarinas Foto: Roberto García Ortiz

Rodeado del comercio informal, en medio del popular barrio de Tepito, el mercado de Granaditas resiste, a sus 51 años de edad, los embates de las grandes cadenas comerciales, los productos chinos, la crisis económica y la inseguridad que permea en la zona, al conservar las mismas características que le dieron origen: artículos ciento por ciento mexicanos, bajos precios y más de 10 mil modelos y diseños diferentes de zapatos.

A decir de sus locatarios –que comenzaron a alistarse para festejar este martes un aniversario más con las ya tradicionales funciones de box, el baile amenizado por los grupos musicales de moda, la comilona con 400 kilos de carnitas, así como rifas y ofertas especiales para los clientes, hasta con 50 por ciento de descuento–, lo único que ha cambiado son las ventas, que cada vez son menores.

A diferencia de otros mercados públicos, el de Tepito 60, como también se le conoce, a poco más de medio siglo de fundado conserva su imagen. Sus 709 locales –distribuidos en 13 pasillos– lucen abiertos, iluminados y con rejillas repletas de todo tipo de calzado: deportivo, escolar, casual, de ejecutivo, zapatillas, y hasta extravagantes diseños en botas con tacones de plataforma, utilizados por bailarinas.

Apenas el año pasado, cuenta Juan Alberto González, presidente de la mesa directiva de este mercado, se hicieron trabajos de rehabilitación. “Se pintó, se arreglaron las instalaciones eléctricas, y hasta se cuenta con un circuito de cámaras de video y seguridad privada, para brindar mejor servicio a los clientes”, comenta

La inseguridad y la crisis económica por la que atraviesa el país han mermado sus ventas. “Antes venían y se llevaban tres o cuatro pares; ahora, nada más uno. Si la señora iba a vestir de verde, pues quería sus zapatillas y hasta la bolsa del mismo color; pero ya se acabaron esos tiempos, porque ahora las familias no tienen el mismo poder adquisitivo”, refiere el administrador, Martín Rivera.

Aun así, el ir y venir de la gente no cesa. Procedentes de la periferia de la ciudad y el área conurbada, principalmente, o de estados como Veracruz, los clientes son atraídos por los bajos precios. Desde 50 hasta 800 pesos se pueden encontrar pares de zapatos, según la calidad, de piel o de imitación, pero de manufactura mexicana.

“Si algo hemos procurado es mantener el mercado libre de productos chinos. Ya ha habido intentos de introducirlos, pero se han frenado”, asegura el administrador, quien precisa que este mercado genera dos mil 100 empleos directos y un número indeterminado de indirectos al adquirir el calzado en talleres de León, Guadalajara, San Mateo Atenco y de la ciudad de México, en colonias como Morelos, 20 de Noviembre y Centro.

Doña Sarita Guillén, una de las fundadoras del mercado, comenta que lamentablemente se han reducido las oportunidades de brindar trabajo. “Antes no nos dábamos abasto, se tenían contratadas seis personas, y teníamos más de seis proveedores. Nos quedamos con un taller que nos surte cada semana, de poquito en poquito, y atendemos los locales entre la familia”, expresa.

Aun así, el desánimo no cunde entre los locatarios, que este día, al igual que los del mercado de La Lagunilla, festejarán un aniversario más de vida. Don Luis Alegría, dedicado a la venta de huaraches de Sahuayo, Michoacán, dice que la única forma de sobrevivir en este oficio, o cualquier otro, es “trabajar duro, ofrecer buenos precios y buen trato. La mejor temporada es en diciembre, se vende todo, pero dura tan poquito; imagínese si vamos a estar tristes todo el año”.

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