■ Azorados, Kessel y Reyes Heroles recibieron recriminaciones
Vapuleo de priístas al diagnóstico sobre Pemex
■ “Nos presentan una visión catastrofista de la paraestatal con verdades a medias, cuyo contenido ofende la inteligencia de los mexicanos”
Roberto Garduño
Con azoro, la secretaria de Energía, Georgina Kessel, y el director general de Petróleos Mexicanos, Jesús Reyes Heroles, escucharon la andanada de críticas al texto de parte de los legisladores priístas. Ambos funcionarios coincidieron, mediante respuestas lacónicas, en que la administración panista no pretende privatizar la industria petrolera, que el problema fundamental de la paraestatal no radica en el terreno financiero, sino en la urgencia de hacerla productiva para beneficio de los mexicanos.
De inicio a fin, la secretaria y el director general escucharon observaciones severas, críticas y señalamientos descalificatorios al gobierno. La reunión se inició con una larga exposición de Kessel, quien intentó sensibilizar a los priístas sobre la urgencia de explorar –vía asociaciones con empresas extranjeras– las aguas profundas del Golfo de México, y del compromiso de no privatizar la industria petrolera.
En la ronda de preguntas y respuestas, los diputados del PRI emprendieron un agudo análisis del documento. Carlos Rojas Gutiérrez afirmó que las autoridades refieren una reforma energética, y por el contrario, no se dice nada de una política de Estado en la materia.
“El estudio confirma una visión catastrofista para la actividad petrolera; esto no nos sorprende, obedece a una vieja práctica de ahogar a las instituciones para luego desprestigiarlas, y luego tratar de solucionar el problema con propuestas como las que ahora nos dicen hay que acompañar con inversión privada a Pemex. ¿Qué hicieron, qué le pasó a Pemex, cuando en el año 2000 era la empresa número seis del mundo y ahora es la undécima? ¿Qué hicieron con más de 45 mil millones de dólares de recursos de los excedentes petroleros? ¿Quién tomó esas decisiones?”
La respuesta de la secretaria careció de sustancia, pues adujo que se debe “ver la situación de la empresa el día de hoy, darle las herramientas, por eso el presidente Calderón puso a su disposición este diagnóstico”, y de inmediato pasó el micrófono a Reyes Heroles: “Se trata de un documento que apretadamente trata de resumir la situación de Pemex; estamos en la disposición de entregar más información… se ha iniciado un proceso de cambio en la dirección correcta y hay que determinar los márgenes para continuar”.
Enseguida, el ex gobernador de Oaxaca José Murat recriminó a la funcionaria: “No traten de que se dé una venta de garaje, ¡no!, cuidado con eso.
“Ustedes lo que buscan y quieren es privatizar Pemex, quieren los contratos de riesgo, que es una violación a la Constitución, y se van a ir por la ley reglamentaria para justificar esos contratos; no nos metan a un debate tramposo, no queremos que beneficien a la iniciativa privada nacional e internacional. Si para los empresarios es negocio comprar Pemex, ¿entonces debe ser negocio para el gobierno mexicano mantener a la empresa? ¿A quién quieren beneficiar? Repsol, Exxon, la Shell, están como perros sobre el negocio; hagamos un negocio para beneficio de México.”
Y sobrevino una andanada de golpes severos al diagnóstico calderonista. Gerardo Sosa también reprochó al director general de Pemex por qué no actúa como su padre:
“No sé si el director conoció al señor Jesús Reyes Heroles; él decía que en política hay que cuidar la forma, porque la forma es fondo; creo que habría que repasar la obra de este intelectual mexicano y no olvidar que la expropiación petrolera es un logro de un gobierno priísta (sic) y ahora quieren que nosotros demos la vuelta a esto”.
Quien también recriminó la estrategia de la administración federal fue Samuel Palma, porque es simplemente “el planteamiento de un problema, no un diagnóstico. ¿Qué ha pasado con los recursos extraordinarios de Pemex? ¿Qué pasó con el Instituto Mexicano del Petróleo? Hay una clara pobreza del documento que se nos presenta. Usted nos apremia en el sentido del tiempo; en los regímenes presidenciales, la práctica señala que la mayoría de las iniciativas provienen de los gobiernos. ¿Dónde está la responsabilidad del gobierno de ustedes? Esto parece ser un round de sombra, es una propuesta descompuesta”.
Descompuesta... la secretaria de Energía, quien no respondía a los reclamos y centró su defensa del diagnóstico gubernamental en posturas como la siguiente: “La problemática que enfrenta Pemex no es de índole financiera; necesitamos fortalecer la rectoría del Estado sobre los hidrocarburos; Pemex no se privatiza; sí queremos fortalecerla, no estamos pensando llevar a cabo ninguna privatización”.
Sin mediar la tersura, Beatriz Pagés replicó a la enviada del gobierno de Felipe Calderón:
“Tengo la obligación de ser muy franca, porque el tema tiene que ver con el destino de la nación: la estrategia del gobierno federal y el diagnóstico que se nos presenta insulta la inteligencia de los mexicanos, porque se nos presentan verdades a medias; tal parece que al gobierno lo único que le interesa es privatizar el Golfo de México en aguas profundas. Este diagnóstico pretende ver en el Golfo de México y en las aguas profundas una panacea.
“Se utilizó el caso cubano como una intención mediática para decir a la izquierda que en un país socialista se realizó la asociación; ¿por qué arrojar a México en la aventura de las aguas profundas?, ¿por qué lanzarlo a la aventura como si fueran los piratas del Caribe?”
Las quejas por lo inacabado del documento siguieron. Samuel Aguilar acusó que el texto se limita a un área del sector:
“El documento que ustedes dieron a conocer renuncia al planteamiento de una reforma energética; este gobierno sin decirlo ha renunciado a un planteamiento de reforma energética… ¿acaso son intelectualmente incapaces de elaborar una iniciativa de esta naturaleza?”
Mariano González Zarur señaló
que si bien el destino “no nos ha alcanzado y nosotros estamos reprobados como opositores, ustedes están reprobados como gobierno; hay que hacer un verdadero diagnóstico de una verdadera política energética en el país”.
Para Raúl Cervantes, el problema es estructural porque “el presidente Calderón es el que está manejando el país de manera incongruente. En la reforma del Estado los panistas no quieren tocar al Presidente de la República”.
Ante la crítica, Kessel respondió lacónica y terminó por aceptar la escasez de información:
“La secretaría y Pemex han venido platicando con las distintas comisiones de energía del Senado y de la Cámara de Diputados; hemos estado comentando este diagnóstico en los últimos cinco, seis meses; quisiera ser enfática: el problema de Pemex no es sólo financiero… ustedes tienen razón; para tomar una decisión de esta naturaleza se requiere información, cuenten ustedes con la secretaria de Energía…”
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