Carlos Marín
Incomprensible coartada intelectual
Abundan las atrocidades en el nombre de Dios (¿qué tal el desvío de 90 millones de pesos del erario jalisciense para un santuario cristero?), pero son muchas también las que se cometen en el nombre de la Patria.La de Andrés Manuel López Obrador para integrar con mujeres la primera línea de su batalla por desquiciar el país es una de ésas, y no sólo por las eventuales y previsibles madrizas que les toquen, sino porque se trata del mismo viejo, sucio y vil, pero sobre todo cobarde recurso de los afectados de machismo y misoginia.
Pero ayer López Obrador dio a conocer que, además de aguerridas amazonas, cuenta ya, por fin, con un extraordinario aval moral: el de varios de los inmortales vivos de México, entre quienes resaltan José Emilio Pacheco, Carlos Monsiváis y Fernando del Paso.
A falta de agua, lejía y desde luego vocación para que laven la sucia cara del perrediano “movimiento patriótico”, es de inferirse que ellos están contra “los traidores” que “quieren privatizar Pemex”.¿Su aportación será delatar a los “vendepatrias” que pululan en el mundo de las letras?
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