lunes, 23 de abril de 2007

Jornada: ''peregrinación apartidista'' antiaborto




PRD = Asesino, se leyó en pancartas de la ''peregrinación apartidista'' antiaborto


En el nombre de la ''virgen cósmica'', marchan las Hijas de María Inmaculada


Los creyentes hablaban de pacifismo llevando fetos y manos ensangrentadas


KARINA AVILES

La manifestación contra el aborto lució sotanas, rezos y cantos. A la cabeza, el rector de la antigua Basílica de Guadalupe, monseñor Pedro Agustín Rivera, detrás del cual caminaban las Hijas de María Inmaculada, de ahí salieron las consignas: "¡En el nombre de la virgen cósmica no pasarán!", "¡defiende la vida cueste lo que cueste!", "por el asesinato de tus futuros discípulos", "por el derramamiento de sangre en toda la nación". Pero los devotos hablaron de pacifismo.

Y también de apartidismo. "Es una peregrinación apolítica", dice por un altavoz el presidente de la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF), Guillermo Bustamante. Y en los carteles repartidos entre los niños se lee: "PRD = Asesino".


En el Monumento a la Madre es la cita. El hombre de la sotana, monseñor Rivera, con un rosario entre sus manos, se santigua antes de partir. Al unísono, los fieles de la "vida" levantan su mano para llevársela a la frente, al pecho, a un hombro y a otro.
"Padre nuestro que estás en el cielo..." dicen con sus labios que apenas y se abren. Es el inicio de su trayecto sobre Reforma hasta llegar a la catedral.


Jóvenes distinguidos con una playera roja, mujeres de atuendo primaveral y algunos hombres seguidores de la UNPF y de la Unión de Voluntades Dignidad Ciudadana rezan el rosario, se concentran como si estuvieran en el templo y cierran sus ojos para orar también por los grandes pecadores y/o abortistas.


Sacan a paseo toda clase de imágenes y signos religiosos. Todos con la misma característica: fetos y manos ensangrentadas, la virgen de Guadalupe bañada en lágrimas, y otras representaciones de este icono, como uno de gran formato en plástico -parecido al de los espectaculares de las películas- que cargan las Hijas de María Inmaculada de Guadalupe.


Hay una treintena de ellas. Todas, peinadas con la raya de lado y el cabello cortito, relamido; las medias grisáceas y las faldas en los tobillos. Sólo de cerca se nota su juventud, niñas de 15 años y un poco más que fueron aceptadas en la congregación a cambio de tener su secundaria terminada y las ganas "de entregarse a la salvación de las almas del mundo entero".


Niñas que recuerdan a las mujeres enlutadas de Agustín Yáñez. Una de ellas, María del Rosario, confiesa que ahora "estamos haciendo oraciones y sacrificios" para que se aleje el aborto de la vida de los mexicanos. Cuenta que ha rezado mucho, que ha hecho visitas al Santísimo y ha asistido a muchas celebraciones eucarísticas con ese fin.
"...y líbralos del aborto"


A la altura de la glorieta de Colón, los manifestantes ya llevan al menos la mitad de las 50 aves marías, cinco glorias, cinco padres nuestros y cinco jaculatorias que van a rezar. En éstas últimas alguien dice: "Santa María de Guadalupe, cuida y protege a los niños en el seno de su madre" y los manifestantes responden: "y líbralos del aborto".


Monseñor Rivera, al frente de los fieles, y seguido por dos jóvenes cantores también enfundados en una sotana, recuerda a los manifestantes que van en oración y que rechazan las consignas partidistas.


En los hules de gran formato, los mirones leen: "Con los gobiernos de los demócratas degenerados, los derechos de los delincuentes valen más que los de los abortados".


En la letanía en respuesta al aborto, estallan a una sola voz: "Por el pecado cometido en contra de la vida...por el pecado del aborto...por el asesinato diario de niños inocentes...por el derramamiento de sangre en toda nuestra nación...por nuestras hermanas y hermanos no nacidos que son asesinados por el aborto...por los líderes del gobierno que puedan defender la vida..."


Para cuando llegan a la Catedral Metropolitana, aseguran ya estar "dispuestos a defender la vida cueste lo que cueste".

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